Más de una vez me han parado por Fernán Núñez, sobre todo personas mayores con mucho interés en que responda a la pregunta que da título a la entrada.
Fernán Núñez desde la Vereda Córdoba- La Rambla |
En parte, es normal que no me reconozcan puesto que estuve más de seis años estudiando y trabajando fuera de mi casa. Uno se va casi siendo un niño y vuelve con barba y hasta un poco más alto (un poco solo). Ahora nuevamente, estoy fuera de ella, y la adaptación al nuevo medio lleva su tiempo, que le resta a otras cosas, entre ellas el blog, pero eso no quiere decir que no vaya a continuar. Lo haré más despacio pero con más ganas, por la gran nostalgia que me produce estar fuera de mi tierra, hay que aprovechar ese sentimiento y darle alguna utilidad.
Por eso, porque no es suficiente los nombres y apellidos en un pueblo, sirva esta entrada de presentación, que la de la izquierda se queda siempre muy escueta.
Por parte de padre, soy nieto de Francisco Cardador López, aperaor de la Lameilla (La Alamedilla) conocido con el mote de "el extremeño". Se casó con Tránsito Ariza Rosal (cómo no, uno de los nombres más fernannuñenses que haya), vivían en la calle Barroseco, en una casa grande con dos puertas, la falsa daba al matadero. Tuvieron seis hijos: Ana, Juan, Antonio, Antoñi, Francisco y Rosa.
Por parte de madre, soy nieto de Diego González Tamayo, montillano, que se casó con mi abuela Francisca Luque Cardador, con el mote de "la cachirrota". Su familia procedía de Nueva Carteya. Mi abuela era la hermana mayor de ocho hermanos, todos vivían en la barriada del Monte La Vieja, de la que algún día hablaré. Mis abuelos solo tuvieron una hija, María, mi madre, Mari "la cachirrota" para muchos. Mi abuelo Diego estuvo mucho tiempo en Linares, por no compartir los ideales que se imponían en aquellos tiempos. Mi abuela trabajaba hasta los domingos para poder ayudar a sus demás hermanos y para sacar adelante su propia familia. Mi abuelo después tenía un carrillo-puestecillo con chucherías que ponía en el paseo los días de fiesta y los fines de semana. También arreglaba paraguas.
Mis padres no fueron más de unos meses a la escuela. Cuando aprendieron a leer y a escribir se fueron a trabajar. Mi padre a la Viña del Duque, de zagal, a guardar mulos entre otras cosas, en cuyas cuadras dormía y mi madre ha trabajado en todas las profesiones posibles del campo incluso embarazada de nueve meses de la primera de mis hermanas estaba cogiendo aceitunas en el cortijo de Monteagüillo.
La Viña del Duque |
Pues se conocieron el hijo del extremeño y la cachirrota y en esta parte de la historia es cuando llego yo. Primero llegó mi hermana Tránsito, después mi hermana Paqui, siguió mi hermana Mari, mi hermano Antonio, mi hermano Francisco, con su mote "El Chico" y yo, el más pequeño, en teoría pero no en práctica, porque mi hermano siguió llevando el mote.
Mi padre fue aperaor de otro cortijo, Villafranquilla, y mi madre lo acompañó. Allí vivieron ellos con mis tres primeras hermanas, hasta que decidieron mudarse a Fernán Núñez, su lugar de origen y dejar de tener internas a mis hermanas en el Convento del Espíritu Santo de La Rambla.
Supongo que fue casualidad, pero lo cierto es que eligieron en un punto intermedio entre sus casas familiares, la del Monte La Vieja y la calle Barroseco: la calle San Sebastián. Allí por 25000 pesetas mi padre compró una casa con pozo, corral y dos puertas, la falsa al Encinar y al Higueral y la principal a la calle San Sebastián. Mi padre consiguió el dinero gracias a un año donde tuvo un melonar excepcional (vamos, las cosas están igualitas que hoy)
Desde mi azotea: un gato del Encinar y la capilla de Santa Escolástica (torre del Palacio Ducal, al fondo) |
Y aquí se detiene la historia porque cada uno de nosotros seis estamos escribiendo ahora nuestra parte de la historia. Sirva esta entrada para que me situéis aquellos que me leéis e intuyáis quien está detrás de estas lineas, a veces algo apersonales.