La capilla de Santa Escolástica está integrada dentro del Palacio Ducal de Fernán Núñez, ubicándose en su torre derecha, la cual ocupa en su totalidad a excepción del sótano de la misma. Está construída en homenaje a Escolástica Gutiérrez de los Ríos, duquesa viuda de Béjar, que falleció en 1782, en Madrid. La duquesa de Béjar estaba muy unida a su hermano, el sexto conde de Fernán Núñez, Carlos José Gutiérrez de los Ríos, como ya pudimos leer en su
biografía, y por supuesto, es a ella a quien debe su advocación. Probablemente Fernán Núñez es de los pocos lugares de España que cuenta con un edificio religioso con dicha advocación.
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La capilla y su puerta principal desde la calle Puerta de la Villa |
La capilla está en consonancia con el estilo imperante del Palacio Ducal, el neoclásico, sin embargo como apuntaba Crespín Cuesta tiene detalles barrocos. Su planta es cuadrada y está comunicada con el palacio mediante una puerta que da a la Sala de Audiencias y mediante otra, a la sacristía, una pequeña habitación situada en uno de sus laterales. La otra puerta es la que da la calle Puerta de la Villa mediante la cual accedía el pueblo a misa, a través de una doble escalinata de mármol blanco, hoy muy deteriorada. La puerta principal tiene el escudo ducal del primer duque y séptimo conde, Carlos Gutiérrez de los Ríos. A la izquierda de la capilla encontramos la espadaña con una sola campana y rematada por una elegante cruz de hierro.
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Espadaña de la capilla |
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Cruz de la espadaña |
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Escalinata de marmol. Bajada a la plaza de Armas |
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La capilla consta de tres altares. El mayor o principal colocado frente a la puerta de entrada, dedicado a la titular de la capilla y dos laterales, algo más pequeños que el principal, dedicados a la Gloriosa Resurrección del Señor y a San Carlos Borromeo. Sobre el de San Carlos, se podía ver al titular y la imagen de una dolorosa, la Virgen de la Soledad de pequeño tamaño, atribuída a José de Mora, regalo del Principe de Asturias (Carlos IV) al duque de Béjar y sobre el del Resucitado, una copia pequeña de la Virgen de Guadalupe, conocida como Virgen de las Batallas, patrona de la Casa de Fernán Núñez. Este nombre puede tener relación con el hecho de que los señores y condes de
Fernán Núñez durante el siglo XVI, XVII y XVIII destacaron siempre en
el ambito militar, tanto en tierra como en mar y esta imagen de la
Virgen de Guadalupe, de pequeño tamaño, podía acompañar a los señores y
posteriores condes en cualquier contienda.
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Altar Mayor de Santa Escolástica. Fotografía de Fernando Serrano. 1979 |
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Resucitado. Hoy en la parroquia de Santa Marina |
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Virgen de Guadalupe, conocida como de las Batallas |
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Virgen de la Soledad |
La capilla tiene dos balcones justo encima de la pared del altar mayor destinados a la familia condal, con comunicación directa a sus dormitorios. También presentan balcones el resto de ventanas del piso superior. Junto a los balcones principales existen dos cartelas donde se explica la historia de la fundación de la capilla por el sexto conde en homenaje a su hermana Escolástica. El techo se cierra con una cúpula elíptica sobre pechinas.
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Balconada para el acceso de los condes. Fernando Serrano. 1979 |
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Estado actual de la capilla. Fotografía del blog de la Asociación de Los Ríos |
Los vasos sagrados para el servicio de la capilla fueron labrados en Madrid. La custodia era magnífica, teniendo el resplandor y el viril sostenidos por una figura de plata, con los ojos vendados, que representaba la Fé. Las vestiduras y ornamentos eran de gran riqueza y llevaban bordadas las Armas de la Casa de los Ríos.
El Papa Pío VI otorgó privilegio especial para que en el altar mayor se conservase perpetuamente el sacramento de la eucaristía y fueron declarados privilegiados de alma todos los altares.
La bendición de la capilla se llevó a cabo el 22 de mayo de 1784, asistiendo a la misma el sexto conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos, su esposa, María de la Esclavitud Sarmiento y sus hijos Carlos y José Joaquín. Ofició la ceremonia el canónigo de la catedral de Córdoba, Cayetano Carrascal, el cual, encabezando una solemne procesión, formada por el clero de Santa Marina revestido de hábito coral, el Conde y sus hijos, las autoridades municipales, militares y judiciales de la Villa y el pueblo, se dirigió entonando el Salmo Miserere, a bendecir los exteriores del nuevo templo, concluyendo en e interior con la bendición de muros y altares.
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Puerta de entrada a la capilla |
Al día siguiente se reanudaron los actos con el repique de las campanas de la Parroquia de Santa Marina, las ermitas de la Veracruz, La Caridad, San Sebastián y el Calvario y la propia capilla que se inauguraba. Las calles fueron limpiadas para tal acontecimiento y engalanadas, mientras que en los balcones del nuevo palacio estaban iluminadas durante la noche con hachones encedendidos. Se invitó expresamente al clero de Montemayor y a los hombres de relieve de dicha villa.
Se volvió a celebrar otra misa en la parroquia de Santa Marina oficiada por el canónigo Carrascal, estando el sermón a cargo del Reverendo Fray Miguel Antonio de Espejo, de la Orden del Carmen, asistido por los caballeros Joaquín de Luna, teniente coronel retirado y gobernador del Estado de Fernán Núñez y Francisco Serrano, capitán retirado y alcaide del castillo-fortaleza de Fernán Núñez, a partir de estas fechas, ya palacio. Ya por la tarde, se colocó la Sagrada Forma en la custodia y en procesión solemne se llevó de Santa Marina hasta la nueva capilla, bajo palio y seguidos por la comitiva del clero, la familia condal y el Concejo Capitular, terminando el acto con un Te Deum en accion de gracias, por hallarse cumplidos los deseos de Carlos José Gutiérrez de los Ríos de honrar a su hermana difunta.
Durante los días 25,26 y 27 se celebraron más festejos como mascaradas, corridas de toros y ejercicios ecuestres destacando en las pruebas de equitación Pedro de Luque, natural de Montemayor, pero vecino de Fernán Núñez. Los condes y sus hijos observaban desde su balcón las demostraciones.
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Carlos José Gutiérrez de los Ríos y su familia por Francisco de Goya |
Poco queda de aquella suntuosa capilla, los balconcillos de los condes están hoy sostenidos por vigas, ya que corren peligro de desplome. La mayor parte de los objetos de culto y las imágenes fueron llevadas hace ya bastantes años a la parroquia de Santa Marina donde se guardan, otras desaparecieron y están en paradero desconocido y finalmente se puso una malla de protección a la cúpula, seriamente afectada por las obras de, supuestamente, restauración realizadas en 1987.
Hace unos meses volvió a publicarse una noticia por parte de un grupo político del Ayuntamiento de que el estado del palacio se agraba cada día más y se creó una recogida de firmas para dar respuesta al futuro del palacio que cada día que pasa es más incierto y corre más peligro.
Son muchos los autores que piensan que la parte más importante del palacio es esta capilla, abajo dejo el enlace para firmar por ella y seguir luchando por la restauración de un monumento civil único en la provincia de Córdoba, Andalucía y España.