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viernes, 17 de mayo de 2013

La Villa durante la Regencia de Francisco de Cepeda

Tras la muerte de la quinta condesa de Fernán Núñez, Carlota Rohán-Chabot en 1750, su cuñada, Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, viuda del cuarto conde, Pedro Gutiérrez de los Ríos Zapata de Mendoza, se queda a cargo de los dos hijos de los condes: Carlos José Gutiérrez de los Ríos Rohán - Chabot, con siete años de edad y su hermana Escolástica con solo tres años. Junto a ella pasarán los lutos por la muerte de su madre y esperarán la decisión del rey Fernando VI con respecto al futuro gobierno de la villa.

Fernando VI por Jean Ranc. 1731. Museo Naval de Madrid

La minoría de edad le impide al heredero ejercer la jurisdicción de Fernán Núñez así que el rey decide que el regente sea Francisco de Cepeda y Castro, consejero de Castilla. Nació en una familia de hidalgos de La Puebla de Montalbán (Toledo).

Una fuerte amistad unía a la Casa de Fernán Núñez con la Casa de Béjar, ya que la mujer del duque de Béjar, Joaquín López de Zúñiga y Castro era Leopoldina Elizabeth de Lorena, Mademoiselle de Pons, de procedencia francesa como ella. La condesa de Fernán Núñez nombra como albacea de su testamento al duque de Béjar y le deja encomendado que tras su muerte, si el rey así lo permite, sus hijos sean mandados a la Corte de París para que se eduquen y críen en poder del excelentísimo Duque de Rohán, mi hermano. Fernando VI no dió su consentimiento y don Carlos fue educado en el Seminario de Nobles (Conocido conocido como Colegio Imperial de la Compañía de Jesús o Reales Estudios de San Isidro) y su hermana doña Escolástica en el Convento de la Visitación (también conocido como Convento de las Salesas Reales, hoy ocupado en parte por el Tribunal Supremo), ambos en Madrid. 

Actual Instituto de San Isidro, antiguo Seminario de Nobles. Madrid.
La unión entre ambos hermanos fue muy fuerte, por ser ambos huérfanos de padre y madre a tan corta edad. Posteriormente Carlos José fundará una capilla, símbolo de este afecto, en Fernán Núñez  en honor a su hermana que falleció en 1782, un año justo después se empezarán las obras de reconstrucción del palacio de Fernán Núñez.

Hasta el año 1767, Carlos José no empieza a gobernar los estados heredados por su padre, siendo la fecha en la que alcanza la mayoría de edad para dicho fin (25 años) cesando Francisco de Cepeda de su cargo.

Durante los diecisiete años de mandato de Francisco de Cepeda  sucedieron importantes acontecimientos en la villa, en los que destacó:

El terremoto de Lisboa de 1755

El uno de Noviembre de 1755 fue una fecha fatídica para Portugal y para muchos pueblos y ciudades españolas, entre ellas Fernán Núñez. Las casas del vecindario quedaron bastante afectadas, entre ellas las Capitulares, situadas en la calle Puerta de la Villa. Varias dependencias del Palacio- Fortaleza se vinieron a tierra, entre ellas las que guardaban los papeles del Concejo Municipal, que después resultaron incendiadas, quemándose todos los documentos. El Cabildo Capitular expuso la situación a Francisco de Cepeda, quien respondió lo siguiente:

Respecto de hallarse las Casas Capitulares que esta Villa tiene para celebrar sus cabildos, con la próxima ruina en que las dejó el temblor y el terremoto que S. M. nos envió el día de todos los Santos del año pasado, por cuya desgracia, no teniendo otras adonde para los actos capitulares se junten, siendo indispensable el hacerlo, como el acudir a repararlas y componerlas de la mejor forma que puedan, Prevengo a Vm. que para celebrar los cabildos, interín que se dispone la composición de las casas que se tenía la Villa y han padecido el quebranto, destine las salas de ese palacio, que no haga falta ni perjudique a lo demás de él la comunicación que será precisa por la entrada de los mismos capitulares, para que en ella, con la decencia correspondiente, acudan a sus Ayuntamientos y demás actos propios de sus empleos. Madrid y Enero 28 de 1756. Francisco Cepeda.

Bernardo Espinalt y García dice, respecto al mismo suceso:
Este palacio padeció mucho en el terremoto de 1755 que derribó una parte, y entre ella la del archivo, no sin grave perjuicio, por los papeles que de él se han extraviado, perdiéndose igualmente varias pinturas, estatuas de mármol y alabastro y acciones memorables hechas por los Señores de la Casa y de los últimos Reyes Godos y Longobardos, de que se cree procede la de los Ríos.

En septiembre de 1756 se terminaron las obras de reparación de las Casas Capitulares, las cuales importaron la cantidad de 646 reales y 28 maravedís. Aunque según el cronista Crespín Cuesta no regresaron a estas y se instalaron en otras casas que disponían en la Plaza de Armas (que hoy ocupa el actual Ayuntamiento)


Foto de la izquierda: casas  de la Plaza de Armas propiedad del cabildo antes de 1750 ( Procesión Virgen de Guadalupe) Foto de la derecha: Actual ayuntamiento
Escuelas
Por este tiempo funcionaba en la villa dos escuelas de primeras letras, una de niños y otra de niñas, donde los alumnos pagaban la enseñanza que recibían, y una tercera de Gramática, fundada y dotada por el presbítero don Francisco Suárez Varela, que falleció el dos de septiembre de 1760 y se enterró en la bóveda del brazo izquierdo de la capilla mayor. Dejó fundada, desde mucho antes de su muerte, una capellanía perpetua para sostenimiento de su escuela y por su testamento, otorgado en 1754, dejó  por heredera de sus bienes a dicha capellanía.

Intento de refundación del Hospital de La Caridad por parte del Concejo de la Villa.
Ya tratado en la primera parte del siguiente enlace donde contaba la historia del antiguo Hospicio de Fernán Núñez.



 · Información editada procedente de: 
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.
- Los fiscales de la Cámara de Castilla. Pere Molas Ribalta. Revista de la UCM. 1993. 
-Vida de Carlos III. Carlos José Gutiérrez de los Ríos.

lunes, 22 de abril de 2013

La quinta condesa de Fernán Núñez, segunda condesa viuda: Carlota de Rohán - Chabot

Charlotte Félicité de Rohán-Chabot y Roquelaure era hija de Luis de Bretaña Alén Rohán - Chabot (Louis Bretagne Alain Rohan-Chabot) Príncipe de Lyon y Duque Par de Francia, y de Francisca de Rioquelaure, hija del Mariscal Duque de Roquelaure, también Duque Par de Francia (este título significa que eran familiares del rey francés) Pertenecía por tanto a una gran familia aristocrática de Francia.

Escudo nobiliario de los Rohán-Chabot

Carlota, como se solía traducir su nombre al castellano, se casó con el segundo hijo del tercer conde de Fernán Núñez, que en principio no sería conde, pero por la muerte de su hermano sin hijos, terminó siendo el V conde de Fernán Núñez, Josep Diego Gutiérrez de los Ríos Córdoba Mendoza y Zapata. 

Se casaron el 29 de septiembre 1739, fecha en la que ya ostentaba el título condal y que explica cómo un segundón consiguió un matrimonio con alguien de las alta nobleza francesa. El matrimonio solo duró 6 años, pues su marido falleció en 1745, convirtiéndose ella en la condesa viuda de Fernán Núñez y tras una solicitud al rey Fernando VI, heredó todas las posesiones de su marido cuando este calló enfermo unos meses antes de morir, incluyendo por supuesto, nuestra Villa de Fernán Núñez. Contaba solo con 32 años.

También fue nombrada tutora de sus dos hijos Carlos y Escolástica que en ese año contaban con seis y tres años. Su gobierno en la Fernán Núñez a pesar de lo corto que fue, estuvo lleno de polémica.
Según cuentan, la condesa mostraba un carácter violento e irascible, sin llegar al entendimiento con los capitulares de la villa. Los capitulares era la corporación municipal de aquella época, una especie de concejales que se encargaban de los asuntos principales del pueblo. La función de alcalde la ejercía el corregidor.

Retrato de Carlota Felicita Rohán - Chabot. Ayuntamiento de Fernán Núñez
Hay constancia de la estancia de la condesa en Fernán Núñez, en concreto desde el 10 de octubre de 1749, cinco meses después de la muerte de su marido, permaneciendo hasta el 20 de marzo de 1750, donde vuelve a Cartagena, la ciudad donde tenían su domicilio, por haber sido el conde Capitán General en dicha ciudad.

La estancia en Cartagena fue breve porque el 27 de mayo de dicho año, le sorprende la muerte en nuestra villa, quedando sus hijos, hasta que el rey decidiese otra cosa, a cargo de Ana Francisca Gutiérrez de los Ríos y Alsacia, viuda del IV conde, primera condesa viuda de Fernán Núñez y cuñada de Carlota Rohán-Chabot.

En el archivo parroquial de la villa se guarda el siguiente documento:

La Excma. Sra. Doña Carlota Felicita de Rohán
En la Villa de Fernán Núñez, en veinte y siete días del mes de Mayo del año de mil setecientos y cincuenta, murió la Excma. Sra Doña Carlota Felicita de Rohán, Condesa Segunda, viuda que fue de estaVilla, hija legítima de los Excmos. Sres. Don Luis de Bretaña Alén de Rohán y Chavot, Príncipe de León, Duque de Rohán, y de Doña Francisca de Rochoxeror; Viuda del Excmo. Señor Don José de los Ríos y Córdoba, conde que fue de essta Villa, General de las Reales Galeras de España, Grande de Primera Clase. Y se enterró Su Excelencia en la Iglesia Parroquial de esta Villa, con entierro de tres nocturnos, el día veinte y ocho de este dicho mes y año. Otorgó su testamento cerrado, a los nueve de este mismo mes y año, ante Alonso José de Espinosa, escribano público y número de ella, por el cual mandó se dijesen por su alma cien misas rezadas, todas en esta Parroquial, y que por la limosna de cada una se diesen cuatro reales de vellón que se diesen de limosna, para Redención de Cautivos Cristianos cuatro reales y otros cuatro para los Santos Lugares de Jerusalén. Nombró por sus albaceas al Excmo. Sr. Duque de Béjar, residente en la Villa y Corte de Madrid, al licenciado Don José Teodosio Delgado y Mentera, abogado de los Reales Consejos y Corregidor de esta de Fernán Núñez, a Don Juan Izaguirre y a Don José Loarte, y por sus herederos al Excmo. Sr. Don Carlos José Gutiérrez de los Ríos y a la Sra. Doña Escolástica Gutiérrez de los Ríos, sus hijos, de menor edad, y del expresado Excmo. Sr. Don José Diego Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, su difunto marido.

En su testamento manda que se diesen a sus criados mayores Josef y Joan Loarte un vestido de gala de los de mi poner a cada uno y a don Ramón y Rafael Gallego, todos los vestidos de gala de hombre que tengo en mi poner con sus guardapieses y entre los dos los partan y dividan igualmente.

A su dama, Madame de Callot y a doña Antonia, aya de su hija Escolástica, dejó toda la ropa blanca para que la partiesen en partes iguales. También legó todos los vestidos de gala, aunque en este caso advirtió que que dicha doña Antonia ha de tomar uno por dos que tome dicha Madamme Callot.

A su hijo le dejó su biblioteca, dos fusiles, atrezo para cazar y un aderezo de caballo de terciopelo verde bordado de oro con su arnés, todo lo cual por ningún título ni causa se pueda vender ni venda. A su confesor de la Compañía de Jesús le dejó un juego de libros de temática religiosa que sumaban 32 tomos, trece cuadros pequeños de los Santos Apóstoles y seis mil reales de vellón para que tras su fallecimiento pueda retirarse a su colegio. 

El vínculo con la corte de Francia también está presente en su testamento, especialmente con Leopoldina Elizabeth de Lorena, Mademoiselle de Pons, de la Casa de Lorena, a la que le deja un vaso verde de Indias con flores de oro. Dicha dama se casó con el Duque de Béjar, el cual es nombrado no sólo su albacea sino tutor de sus dos hijos.

Castillo- Palacio de los Duques de Béjar. Béjar, Salamanca

Tras Carlota Felicita Rohán- Chabot, falleció dos años después su cuñada, la primera condesa viuda, Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, siendo ambas las dos últimas condesas que se enterraron en la cripta condal de la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas de Fernán Núñez.

 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.
El tercer conde de Fernán Núñez (1644 - 1721): Corte, parentesco y memoria familiar. Carolina Brutrach. Florencia. 2009. 
· Entradas relacionadas:  

domingo, 17 de febrero de 2013

La Vera-Cruz (I)

Apuntes históricos

La actual parroquia de la Vera-Cruz se ubica en la calle Angel Espejo, conocida popularmente en Fernán Núñez como la calle Nueva.


 Encontrar referencias de su pasado ha sido algo difícil, aún así algo hay y voy a tratar de sintetizarlo en esta entrada. La Vera-Cruz, ha ido cambiando a lo largo de los siglos, pasando de ser inicialmente una ermita de extramuros a una parroquia auxiliar, más o menos centrada en el casco urbano de Fernán Núñez. Su torre es, sin duda, la protagonista del perfil del pueblo desde muchos puntos de la campiña, sobre todo cuando nos aproximamos desde Córdoba por la A-45.

La Vera Cruz desde la ermita del Calvario
 Lo que nunca ha cambiado de este edificio religioso es su denominación. Parece ser que muy próxima a ella se ubicaba una cruz de término, por ser uno de los puntos de entrada/salida de Fernán Núñez (los restantes eran la Cruz de San Marcos, en el Paseo de Santa Marina, la de San Sebastián en el cementerio municipal y la de la calle Hermano Bonifacio). Por tanto su nombre se puede interpretar de varias formas:

- Ermita de la Vera Cruz, por estar al lado o a la vera de la Cruz de término.

- Ermita de la Vera Cruz, entendiéndose como de la Verdadera Cruz. Según Crespín Cuesta, esta segunda era la hipótesis correcta: la cruz de término adyacente contenía una astilla de la cruz de Cristo, de la Verdadera Cruz.
Lo curioso es que esta advocación está muy presente en toda la campiña: Montemayor, Montalbán, La Rambla, Aguilar y hasta Puente Genil han contado o cuentan con ermitas con la misma denominación.

De aquella cruz de término no hay rastro alguno. Tampoco se conoce la fecha inicial de la fundación de la ermita. Al igual que ocurre con la ermita de San Sebastián, se conocen datos de su actividad cofrade, ya presente en el siglo XVI. Así, Juan Aranda Doncel nos cuenta que la única cofradía penitencial que hay en la villa es la de la Veracruz, con procesión en la tarde del Jueves Santo. Esta cofradía sufre un gran impulso en 1580, cuando hay grandes obras en su ermita del mismo título. Posteriormente, en 1589, es visitada por el Doctor Lope de Ribera para comprobar la construcción del aposento para el santero y el enladrillado del suelo de la iglesia.  Aranda también cita algunos de sus hermanos mayores a finales del siglo XVI: Antonio Rodríguez de la Mata en 1580, Juan López de Jaén en 1585 y Antón del Pino en 1611.

La ermita se pierde en el tiempo, volviéndose a mencionar durante el siglo XVII concretamente en torno a 1734 y 1752: doña Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, viuda del cuarto conde, sufraga la restauración y ampliación del edificio.  En los años posteriores del siglo XVIII y durante el XIX será cuando la ermita se una al pueblo con la construcción de la Calle Nueva, hoy llamada Angel Espejo, una calle surgida gracias al auge de las clases media-altas en nuestro pueblo.  

La torre de la Veracruz desde la calle Nueva
Según Crespín Cuesta, en las dependencias de esta ermita o capilla estuvo establecido un colegio llamado Escuela de Cristo dirigido por monjas, las cuales también cuidaban de dicha capilla, el cual, habiendo decaído posteriormente, fue restablecido hacia 1780 por el sexto conde D. Carlos José Gutiérrez de los Ríos.

Y precisamente de estos últimos siglos es donde sabemos poco, aún así tenemos una referencia clara: El Madoz,  nombre por el que normalmente se denomina al “Diccionario Geográfico – Estadístico – Histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, de Pascual Madoz, un diccionario del siglo XIX, la Biblioteca Municipal Don Juan Gómez, posee una edición de 1847.
Cuentanse además cuatro ermitas, dos dentro de la población y otras dos fuera: aquellas están dedicadas a Nuestra Señora de la Salud, y a la Vera – Cruz, donde se venera a Nuestra Señora de los Dolores y está fundada la escuela de Cristo.

Pascual Madoz estuvo quince años recopilando la información para su diccionario, que culminó y publicó en 1829, por tanto, haciendo una media, quizás esta descripción la consiguió entorno a 1820, fecha en la que ya queda patente que la ermita no está fuera de la localidad, sino integrada en ella.

Desde esa descripción del Madoz hasta la Guerra Civil, no sabemos si se mantiene la ermita que restauró la condesa viuda, o en cambio se hizo una nueva ermita más grande y acorde a las necesidades del pueblo. Lo único que  podemos conocer son algunas de las imágenes que se veneraban en ella gracias a las procesiones de Semana Santa en los años 20 del siglo XX. En la ermita existía una cofradía que salía el Jueves Santo por la noche con el Señor de la Peña (desnudo y sentado en un peñón), el Señor de la Palma (crucificado) y la Virgen de los Dolores.  También es por esta época, en 1919,  cuando José Blanco Sancha, Deán de la Mezquita Catedral de Córdoba dona el Cristo del Perdón y la Pobreza, talla que hoy se conserva y cuya advocación era otra, la del Crito de la Misericordia. 

La ermita de la Veracruz. En torno a1936. Fotografía de la Universidad de Sevilla.
 
Según vemos en la fotografía era una ermita de tamaño considerable y fue incendiada  durante la contienda, perdiendo sus bienes muebles, pero permaneciendo su estructura en pie.

Posterior a la guerra se empezó la reconstrucción de la ermita, sobre todo impulsada por la refundada Hermandad de la Vera Cruz. Se le dota de nuevos bienes muebles, incluyendo un altar de yeso donde se coloca la nueva imagen de la Virgen de los Dolores de 1941

En el año 1953, el obispo Fray Albino decide crear una nueva Parroquia en Fernán Núñez, estableciendo su sede en la ermita de la Vera Cruz. El párroco de dicha parroquia, Isidoro Casta, decide realizar algunas obras como un sótano en lo que antiguamente era el huerto de la ermita. 

Dicha ermita, ya iglesia, se derrumbó, apareciendo la noticia el 1 de julio de 1957 en algunos medios,  cuando tras unas confesiones y al poco del cierre de la iglesia, el techo se desmoronó, arrastrando las paredes y quedando una altura de escombros de hasta cinco metros. Se consiguieron salvar algunas de las ímagenes, e incluso algunos cuadros. 

Recorte del ABC. 1 de Julio de 1957
Estado de la Iglesia tras el derrumbe. Fotografía de Fernán Núñez en Imágenes

Finalmente,  gracias al sufragio de todos los fernannuñenses, impulsado por el párroco Isidoro Casta Blanco, se comenzó la construcción de la nueva iglesia de la Vera Cruz, bajo las trazas del arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría, arquitecto municipal del Ayuntamiento de Córdoba y de la Diócesis, construyendo una parroquia de planta en cruz latina de estilo neobarroco, siendo la actual parroquia auxiliar de Fernán Núñez.

Fachada de la Iglesia actual. Enero 2013.
 Por tanto, en este solar ha habido mínimo dos ermitas diferentes: la del siglo XVI y la refundación en el siglo XVIII por parte de la condesa viuda de Fernán Núñez;  y dos iglesias: la derrumbada en 1957, que solo contaba con unos diez años de existencia, y la actual que perdura hasta nuestros días.








 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.
- Movimiento cofrade y religiosidad popular durante los siglos XVI y XVII en seis localidades de la Campiña cordobesa : Aguilar, Baena, Espejo, Fernán Núñez, Montemayor y La Rambla. Juan Aranda Doncel. 1990.
- Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz. 1829.
- Revista de Feria de 2001. La Semana Santa antes de la Guerra (págs. 51 y 52) Antonio Pérez Rodríguez y Antonio M. Delgado Laguna. 2001

· Enlaces relacionados: 
Algunos apuntes sobre las ermitas de Fernán Núñez 
El derrumbe de la Vera Cruz 
Veracruz (II) 

· Agradecimientos:
A Juan Luis Ramírez 

lunes, 11 de febrero de 2013

Ana Francisca de los Ríos y Alsacia

El cuarto conde de Fernán Núñez, Pedro Gutiérrez de los Ríos y Zapata, se casó con su prima Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, hija de los marqueses de los Ríos, don Francisco Gutiérrez de los Ríos de la Tour y Taxis y doña Ana de Alsacia. El padre de Ana Francisca, fue uno de los principales nobles aliados del Archiduque Carlos en su lucha por el trono de la corona española, tanto que le otorgó el título de Marqués de los Ríos y se trasladó con su familia a la corte de Bruselas. Contrasta este hecho con sus familiares los Gutiérrez de los Ríos de Fernán Núñez que siempre mostraron su afinidad por Felipe V. 

Al parecer se limaron asperezas entre las dos familias ya que el primer Marqués de los Ríos fue criado como un hijo más por su tío, el tercer conde de Fernán Núñez, Francisco de los Ríos, y consintió la boda de sobrina y su primogénito.
Doña Ana Francisca pasó gran parte de su vida en Fernán Núñez mientras su marido se dedicaba a su profesión de Capitán General. Este falleció en 1734, sin embargo ella tuvo una vida muy longeva y sobrevivió a su cuñado José Diego (fallecido en 1749) que sería quinto conde de Fernán Núñez tras la muerte de su marido y a la mujer de este, la condesa viuda Carlota Rohán y Chabot (fallecida en 1750). Los hijos de estos dos últimos, Carlos José, futuro sexto conde y Escolástica, futura duquesa de Béjar, quedan bajo la tutela de Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, permaneciendo en la villa hasta pasar los lutos por la muerte de sus padres. Los niños eran menores y hasta 1767 no heredaron los estados, mientras Fernando VI designó a Francisco de Cepeda como gobernador de los estados de Fernán Núñez.

Ana Francisca de los Ríos mantuvo relaciones estrechas con Pedro de Luque Granados, una de las personas que más influyeron en la construcción del nuevo templo de Santa Marina de Aguas Santas y con la familia de los Villafranca, hidalgos que llegaron a Fernán Núñez y que prestaron servicio como administradores, caballerizos de la casa condal y presbíteros en la iglesia de Santa Marina desde la época del tercer conde. Llegaron a contar con gran prestigio en la villa y aún conservan hoy capilla propia en la iglesia de Santa Marina, llamada de San Francisco, así como sepulturas destacadas en el cementerio municipal y su escudo en una casa solariega de nuestro pueblo.

Escudo de los Villafranca en la calle Doctor Berral
  El 30 de junio de 1752, fallece doña Ana Francisca y el concejo de la villa, dispone los lutos y los sufragios pertinentes en honor a los beneficios aportados a este pueblo, como las partidas de dinero para la finalización de la construcción de la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas o la restauración de la capilla de la Veracruz. Sobre esta última apenas hay datos, pero sí de la primera: el 23 de julio de 1735 ella aporta 8000 reales que faltaban para el importe acordado por su marido, el cuarto conde y con el dinero se concluyó la obra de la Iglesia Mayor de Fernán Núñez, aunque con modificaciones. El concejo acuerda que la fiesta religiosa que anualmente sufragaba la condesa viuda, en honor a Santa Marina el 18 de julio, se celebrase en adelante con cargo a los fondos del común. En el Archivo Parroquial se conserva el siguiente documento:

En la Villa de Fernán Núñez, en treinta días del mes de Junio del año de mil setecientos cincuenta y dos, murió, habiendo recibido los Santos Sacramentos, la Excma. Señora Doña Ana Francisca Josefa de los Ríos y Alsacia, Condesa viuda que fue de esta Villa, mujer del Excmo. Señor Don Pedro José Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, Conde de dicho título, Grande de España de Primera Clase, General de la Real Armada del Mar Océano y Ejército de su Majestad, Clavero del Castillo y Sacro Convento de Calatrava, Dignidad de la Orden y Comendador de ella, Camarera que fue, dicha Excma. Señora de la Reina nuestra Señora, y en el día primero de Julio de este dicho añose enterró Su Excelencia en la Capilla Mayor de la Iglesia Parroquial de esta dicha villa, al lado del Evangelio, con entierro solemne de tres nocturnos, asistencia de todo el clero, música y doble general de campanas, habiendo precedido la recomendación solemne y después novenario en los días siguientes, con la misma solemnidad y asistencia. Y no habiendo podido testar su S.E., se dió poder para ello a Don Pedro de Villafranca, presbítero, su capellán, vecino de esta Villa, a los once días del referido mes de Junio de dicho año, ante Alonso José de Espinosa, escribano público del número de ella, en cuya virtud, el expresado don Pedro de Villafranca, otorgó su testamento a los catorce días del mes de Octubre de este dicho año, ante el referido escribano, por el cual dispuso se dijesen por el alma de S. E. mil misas rezadas, u limosna de cada una dos reales y medio de vellón, la cuarta parte de estas misas para la Parroquia y, de las foráneas, cincuenta para Don Antonio de Villafranca, presbítero, secretario del Secreto del Santo Tribunal de la Inquisición, de la ciudad de Córdoba, otras cincuenta para el Rvdo. Padre Fray Juan de Montes de Oca, y otras cincuenta para el Revdo. Padre Fray Miguel Díaz, ambos del Orden de la Santísima Trinidad, Redentores calzados, conventuales del de la Rambla, capellanes que fueron de S. E. y las demás para los eclesiásticos seculares o regulares que dispusieren sus albaceas. Y que se diese limosna de quince reales de vellón para la cera del Santísimo Sacramento, ocho reales para Redención de Cautivos, otros ocho para los Santos Lugares de Jerusalén y, a las demás obras pías y mandas acostumbradas, cuatro reales de cada una. Nombró por albaceas al Excmo. Sr. Don Francisco Gutiérrez de la Tour y Taxis y a la Excma. Sra. Doña Ana de Alsacia, Marqueses de los Ríos, padres de dicha Excma. Señora, al Eminentísimo Sr. Cardenal de Bussu, arzobispo de Malinas, su tío, a la Excma. Señora Doña María Francisca de Silva Hurtado de Mendoza Sandoval de la Baga y Luna, duquesa del Infantado, Pastrana y Lerma, marquesa de Santillana, su sobrina, al Sr. Don Francisco de los Ríos, su hermano, Coronel Comandante del Regimiento de los Ríos, en servicio de sus Majestades Imperiales, y al dicho Don Pedro de Villafranca. Se nombró, asimismo, por albaceas al Dr. Don Pedro de Luque Granado, Vicario de la Iglesia de esta villa y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, a Don Juan y Don Pedro Baena y Luque, curas de dichas Iglesias, y al referido Don Antonio de Villafranca, y por herederos a los Excmos. Señores Marqueses de los Ríos, padres de dicha Excma. Señora, arriba expresados, residentes en Bruselas, corte de Flandes.

Firma de Alonso de Espinosa, escribano de la villa de Fernán Núñez. Archivo Histórico Provincial de Córdoba



 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.