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domingo, 19 de enero de 2014

La capilla de Santa Escolástica

La capilla de Santa Escolástica está integrada dentro del Palacio Ducal de Fernán Núñez, ubicándose en su torre derecha, la cual ocupa en su totalidad a excepción del sótano de la misma. Está construída en homenaje a Escolástica Gutiérrez de los Ríos, duquesa viuda de Béjar, que falleció en 1782, en Madrid. La duquesa de Béjar estaba muy unida a su hermano, el sexto conde de Fernán Núñez, Carlos José Gutiérrez de los Ríos, como ya pudimos leer en su biografía, y por supuesto, es a ella a quien debe su advocación. Probablemente Fernán Núñez es de los pocos lugares de España que cuenta con un edificio religioso con dicha advocación.

La capilla y su puerta principal desde la calle Puerta de la Villa

La capilla está en consonancia con el estilo imperante del Palacio Ducal, el neoclásico, sin embargo como apuntaba Crespín Cuesta tiene detalles barrocos. Su planta es cuadrada y está comunicada con el palacio mediante una puerta que da a la Sala de Audiencias y mediante otra, a la sacristía, una pequeña habitación situada en uno de sus laterales.  La otra puerta es la que da la calle Puerta de la Villa mediante la cual accedía el pueblo a misa, a través de una doble escalinata de mármol blanco, hoy muy deteriorada. La puerta principal tiene el escudo ducal del primer duque y séptimo conde, Carlos Gutiérrez de los Ríos. A la izquierda de la capilla encontramos la espadaña con una sola campana y rematada por una elegante cruz de hierro.

Espadaña de la capilla

Cruz de la espadaña

Escalinata de marmol. Bajada a la plaza de Armas
 La capilla consta de tres altares. El mayor o principal colocado frente a la puerta de entrada, dedicado a la titular de la capilla y dos laterales, algo más pequeños que el principal, dedicados a la Gloriosa Resurrección del Señor y a San Carlos Borromeo. Sobre el de San Carlos, se podía ver al titular y  la imagen de una dolorosa, la Virgen de la Soledad de pequeño tamaño, atribuída a José de Mora, regalo del Principe de Asturias (Carlos IV) al duque de Béjar  y sobre el del Resucitado,  una copia pequeña de la Virgen de Guadalupe, conocida como Virgen de las Batallas, patrona de la Casa de Fernán Núñez. Este nombre puede tener relación con el hecho de que los señores y condes de Fernán Núñez  durante el siglo XVI, XVII y XVIII destacaron siempre en el ambito militar, tanto en tierra como en mar y esta imagen  de la Virgen de Guadalupe, de pequeño tamaño, podía acompañar a los señores y posteriores condes en cualquier contienda.

Altar Mayor de Santa Escolástica. Fotografía de Fernando Serrano. 1979

Resucitado. Hoy en la parroquia de Santa Marina

Virgen de Guadalupe, conocida como de las Batallas


Virgen de la Soledad
La capilla tiene dos balcones justo encima de la pared del altar mayor destinados a la familia condal, con comunicación directa a sus dormitorios. También presentan balcones el resto de ventanas del piso superior. Junto a los balcones principales existen dos cartelas donde se explica la historia de la fundación de la capilla por el sexto conde en homenaje a su hermana Escolástica. El techo se cierra con una cúpula elíptica sobre pechinas.

Balconada para el acceso de los condes. Fernando Serrano. 1979

Estado actual de la capilla. Fotografía del blog de la Asociación de Los Ríos
Los vasos sagrados para el servicio de la capilla fueron labrados en Madrid. La custodia era magnífica, teniendo el resplandor y el viril sostenidos por una figura de plata, con los ojos vendados, que representaba la Fé. Las vestiduras y ornamentos eran de gran riqueza y llevaban bordadas las Armas de la Casa de los Ríos. 

El Papa Pío VI otorgó privilegio especial para que en el altar mayor se conservase perpetuamente el sacramento de la eucaristía y fueron declarados privilegiados de alma todos los altares.

La bendición de la capilla se llevó a cabo el 22 de mayo de 1784, asistiendo a la misma el sexto conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos, su esposa, María de la Esclavitud Sarmiento y sus hijos Carlos y José Joaquín. Ofició la ceremonia el canónigo de la catedral de Córdoba, Cayetano Carrascal, el cual, encabezando una solemne procesión, formada por el clero de Santa Marina revestido de hábito coral, el Conde y sus hijos, las autoridades municipales, militares y judiciales de la Villa y el pueblo, se dirigió entonando el Salmo Miserere, a bendecir los exteriores del nuevo templo, concluyendo en e interior con la bendición de muros y altares.

Puerta de entrada a la capilla
 Al día siguiente se reanudaron los actos con el repique de las campanas de la Parroquia de Santa Marina, las ermitas de la Veracruz, La Caridad, San Sebastián y el Calvario y la propia capilla que se inauguraba. Las calles fueron limpiadas para tal acontecimiento y engalanadas, mientras que en los balcones del nuevo palacio estaban iluminadas durante la noche con hachones encedendidos. Se invitó expresamente al clero de Montemayor y a los hombres de relieve de dicha villa. 

Se volvió a celebrar otra misa en la parroquia de Santa Marina oficiada por el canónigo Carrascal, estando el sermón a cargo del Reverendo Fray Miguel Antonio de Espejo, de la Orden del Carmen, asistido por los caballeros Joaquín de Luna, teniente coronel retirado y gobernador del Estado de Fernán Núñez y Francisco Serrano, capitán retirado y alcaide del castillo-fortaleza de Fernán Núñez, a partir de estas fechas, ya palacio. Ya por la tarde, se colocó la Sagrada Forma en la custodia y en procesión solemne se llevó de Santa Marina hasta la nueva capilla, bajo palio y seguidos por la comitiva del clero, la familia condal y el Concejo Capitular, terminando el acto con un Te Deum en accion de gracias, por hallarse cumplidos los deseos de Carlos José Gutiérrez de los Ríos de honrar a su hermana difunta. 

Durante los días 25,26 y 27 se celebraron más festejos como mascaradas, corridas de toros y ejercicios ecuestres destacando en las pruebas de equitación Pedro de Luque, natural de Montemayor, pero vecino de Fernán Núñez. Los condes y sus hijos observaban desde su balcón las demostraciones.  

Carlos José Gutiérrez de los Ríos y su familia por Francisco de Goya
Poco queda de aquella suntuosa capilla, los balconcillos de los condes están hoy sostenidos por vigas, ya que corren peligro de desplome. La mayor parte de los objetos de culto y las imágenes fueron llevadas hace ya bastantes años a la parroquia de Santa Marina donde se guardan, otras desaparecieron y están en paradero desconocido y finalmente se puso una malla de protección a la cúpula, seriamente afectada por las obras de, supuestamente, restauración realizadas en 1987.

Hace unos meses volvió a publicarse una noticia por parte de un grupo político del Ayuntamiento de que el estado del palacio se agraba cada día más y se creó una recogida de firmas para dar respuesta al futuro del palacio que cada día que pasa es más incierto y corre más peligro.

Son muchos los autores que piensan que la parte más importante del palacio es esta capilla, abajo dejo el enlace para firmar por ella y seguir luchando por la restauración de un monumento civil único en la provincia de Córdoba, Andalucía y España. 


 · Información editada procedente de:  
- Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta. 1983. 
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El Palacio Ducal de Fernán Núñez (I)

lunes, 21 de octubre de 2013

Biografía de Escolástica Gutiérrez de los Ríos Rohán-Chabot

Escolástica Gutiérrez de los Ríos Rohán-Chabot fue la segunda hija del quinto conde de Fernán Núñez, José Diego Gutiérrez de los Ríos y su esposa, Carlota Felicita Rohán - Chabot. El primer hijo del matrimonio fue el sexto conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos. Ambos quedaron huérfanos con siete y tres años respectivamente tras el fallecimiento de su padre en 1749 y de su madre en 1750. 

 Escolástica ingresa en 1758 en el Colegio madrileño de La Visitación conocido como el Convento de las Salesas, centro especialmente dirigido para la formación de la nobleza, fundado por Bárbara de Braganza, reina de España, esposa de Fernando VI en ese mismo año.

Fachada del Convento de las Salesas. Madrid
 Tras la muerte de su madre, esta deja en su testamento que fuesen enviados sus dos hijos a la corte de París con su hermano, el duque de Rohán. Sin embargo, el rey Fernando VI desestima esto y nombra a Francisco de Cepeda como administrador del estado de Fernán Núñez, hasta que el conde alcance la mayoría de edad. Ambos son tutorizados por el duque de Béjar, Joaquín Diego López de Zuñiga y Sotomayor Castro y Portugal, XII duque de Béjar y Plasencia, XVI conde de Belalcázar, Grande de España y poseedor de numerosos títulos. Este estuvo casado con una dama francesa Leopoldine Elisabeth de Lorraine, que mantenía cierta amistad con Carlota Felicitá Rohán - Chabot, por proceder ambas del vecino país.

Escudo de la Casa de Béjar

Este matrimonio del duque de Béjar terminó siendo nulo en 1757 y tras la muerte de Leopoldine de Lorraine en 1759, decidió tomar por esposa a su ahijada, Escolástica. Ambos tenían una diferencia de edad de  más de treinta años, siendo Escolástica una adolescente en su matrimonio y el duque de Béjar contaba ya con cuarenta y seis años.

Escolástica y su hermano siempre estuvieron muy unidos, ambos siendo unos niños estudiaban cada uno en sus internados de Madrid y el conde siempre mostró un gran afecto por su hermana y viceversa. Esto fue así, tanto que Escolástica no dudo en venir a Fernán Núñez desde Valencia a ver a su hermano tras su incidente en Argel en 1775.

El duque de Béjar falleció en 1777, sin descendencia en ninguno de sus dos matrimonios, pasando Escolástica a ser duquesa viuda de Béjar. Pero la duquesa solo viviría cinco años más, falleciendo en 1782, en Madrid, apenando para siempre a su hermano, el conde de Fernán Núñez que decide homenajearla de tres formas:

 En primer lugar con nueve días de luto, lo que se conoce como un novenario, en la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas de la villa de Fernán Núñez. El último día se lee una oración funebre que aún se conserva que repasa la vida de esta mujer de la nobleza española del siglo XVIII. La oración se divide en tres partes, una primera donde repasa su infancia en el Convento de las Salesas y se aprovecha para recordar el linaje de los Gutiérrez de los Ríos y su legitimidad como señores de Fernán Núñez. La oración muestra a la duquesa de Béjar como una joven llena de virtudes. La segunda parte habla sobre su matrimonio con el duque de Béjar y su honroso comportamiento como esposa del mismo. Finalmente en la tercera parte, detalla las obras y legados y su vida como viuda. 


 En segundo lugar con la construcción de una capilla en su nuevo palacio de la Villa de Fernán Núñez, situada en una de sus torres bajo la advocación de Santa Escolástica. Antes de su creación el propio conde deja escrito el Libro de Motivos para la construcción de Santa Escolástica.

La Capilla de Santa Escolástica desde la calle Puerta de la Villa

Y, por último, dándole el nombre de Escolástica a su hija.


 · Información editada procedente de: 
Oración fúnebre de la Sra. doña Escolástica Gutiérrez de los Ríos. Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque de Montilla. Enlace online.
 
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La Capilla de Santa Escolástica

viernes, 17 de mayo de 2013

La Villa durante la Regencia de Francisco de Cepeda

Tras la muerte de la quinta condesa de Fernán Núñez, Carlota Rohán-Chabot en 1750, su cuñada, Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, viuda del cuarto conde, Pedro Gutiérrez de los Ríos Zapata de Mendoza, se queda a cargo de los dos hijos de los condes: Carlos José Gutiérrez de los Ríos Rohán - Chabot, con siete años de edad y su hermana Escolástica con solo tres años. Junto a ella pasarán los lutos por la muerte de su madre y esperarán la decisión del rey Fernando VI con respecto al futuro gobierno de la villa.

Fernando VI por Jean Ranc. 1731. Museo Naval de Madrid

La minoría de edad le impide al heredero ejercer la jurisdicción de Fernán Núñez así que el rey decide que el regente sea Francisco de Cepeda y Castro, consejero de Castilla. Nació en una familia de hidalgos de La Puebla de Montalbán (Toledo).

Una fuerte amistad unía a la Casa de Fernán Núñez con la Casa de Béjar, ya que la mujer del duque de Béjar, Joaquín López de Zúñiga y Castro era Leopoldina Elizabeth de Lorena, Mademoiselle de Pons, de procedencia francesa como ella. La condesa de Fernán Núñez nombra como albacea de su testamento al duque de Béjar y le deja encomendado que tras su muerte, si el rey así lo permite, sus hijos sean mandados a la Corte de París para que se eduquen y críen en poder del excelentísimo Duque de Rohán, mi hermano. Fernando VI no dió su consentimiento y don Carlos fue educado en el Seminario de Nobles (Conocido conocido como Colegio Imperial de la Compañía de Jesús o Reales Estudios de San Isidro) y su hermana doña Escolástica en el Convento de la Visitación (también conocido como Convento de las Salesas Reales, hoy ocupado en parte por el Tribunal Supremo), ambos en Madrid. 

Actual Instituto de San Isidro, antiguo Seminario de Nobles. Madrid.
La unión entre ambos hermanos fue muy fuerte, por ser ambos huérfanos de padre y madre a tan corta edad. Posteriormente Carlos José fundará una capilla, símbolo de este afecto, en Fernán Núñez  en honor a su hermana que falleció en 1782, un año justo después se empezarán las obras de reconstrucción del palacio de Fernán Núñez.

Hasta el año 1767, Carlos José no empieza a gobernar los estados heredados por su padre, siendo la fecha en la que alcanza la mayoría de edad para dicho fin (25 años) cesando Francisco de Cepeda de su cargo.

Durante los diecisiete años de mandato de Francisco de Cepeda  sucedieron importantes acontecimientos en la villa, en los que destacó:

El terremoto de Lisboa de 1755

El uno de Noviembre de 1755 fue una fecha fatídica para Portugal y para muchos pueblos y ciudades españolas, entre ellas Fernán Núñez. Las casas del vecindario quedaron bastante afectadas, entre ellas las Capitulares, situadas en la calle Puerta de la Villa. Varias dependencias del Palacio- Fortaleza se vinieron a tierra, entre ellas las que guardaban los papeles del Concejo Municipal, que después resultaron incendiadas, quemándose todos los documentos. El Cabildo Capitular expuso la situación a Francisco de Cepeda, quien respondió lo siguiente:

Respecto de hallarse las Casas Capitulares que esta Villa tiene para celebrar sus cabildos, con la próxima ruina en que las dejó el temblor y el terremoto que S. M. nos envió el día de todos los Santos del año pasado, por cuya desgracia, no teniendo otras adonde para los actos capitulares se junten, siendo indispensable el hacerlo, como el acudir a repararlas y componerlas de la mejor forma que puedan, Prevengo a Vm. que para celebrar los cabildos, interín que se dispone la composición de las casas que se tenía la Villa y han padecido el quebranto, destine las salas de ese palacio, que no haga falta ni perjudique a lo demás de él la comunicación que será precisa por la entrada de los mismos capitulares, para que en ella, con la decencia correspondiente, acudan a sus Ayuntamientos y demás actos propios de sus empleos. Madrid y Enero 28 de 1756. Francisco Cepeda.

Bernardo Espinalt y García dice, respecto al mismo suceso:
Este palacio padeció mucho en el terremoto de 1755 que derribó una parte, y entre ella la del archivo, no sin grave perjuicio, por los papeles que de él se han extraviado, perdiéndose igualmente varias pinturas, estatuas de mármol y alabastro y acciones memorables hechas por los Señores de la Casa y de los últimos Reyes Godos y Longobardos, de que se cree procede la de los Ríos.

En septiembre de 1756 se terminaron las obras de reparación de las Casas Capitulares, las cuales importaron la cantidad de 646 reales y 28 maravedís. Aunque según el cronista Crespín Cuesta no regresaron a estas y se instalaron en otras casas que disponían en la Plaza de Armas (que hoy ocupa el actual Ayuntamiento)


Foto de la izquierda: casas  de la Plaza de Armas propiedad del cabildo antes de 1750 ( Procesión Virgen de Guadalupe) Foto de la derecha: Actual ayuntamiento
Escuelas
Por este tiempo funcionaba en la villa dos escuelas de primeras letras, una de niños y otra de niñas, donde los alumnos pagaban la enseñanza que recibían, y una tercera de Gramática, fundada y dotada por el presbítero don Francisco Suárez Varela, que falleció el dos de septiembre de 1760 y se enterró en la bóveda del brazo izquierdo de la capilla mayor. Dejó fundada, desde mucho antes de su muerte, una capellanía perpetua para sostenimiento de su escuela y por su testamento, otorgado en 1754, dejó  por heredera de sus bienes a dicha capellanía.

Intento de refundación del Hospital de La Caridad por parte del Concejo de la Villa.
Ya tratado en la primera parte del siguiente enlace donde contaba la historia del antiguo Hospicio de Fernán Núñez.



 · Información editada procedente de: 
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.
- Los fiscales de la Cámara de Castilla. Pere Molas Ribalta. Revista de la UCM. 1993. 
-Vida de Carlos III. Carlos José Gutiérrez de los Ríos.

lunes, 22 de abril de 2013

La quinta condesa de Fernán Núñez, segunda condesa viuda: Carlota de Rohán - Chabot

Charlotte Félicité de Rohán-Chabot y Roquelaure era hija de Luis de Bretaña Alén Rohán - Chabot (Louis Bretagne Alain Rohan-Chabot) Príncipe de Lyon y Duque Par de Francia, y de Francisca de Rioquelaure, hija del Mariscal Duque de Roquelaure, también Duque Par de Francia (este título significa que eran familiares del rey francés) Pertenecía por tanto a una gran familia aristocrática de Francia.

Escudo nobiliario de los Rohán-Chabot

Carlota, como se solía traducir su nombre al castellano, se casó con el segundo hijo del tercer conde de Fernán Núñez, que en principio no sería conde, pero por la muerte de su hermano sin hijos, terminó siendo el V conde de Fernán Núñez, Josep Diego Gutiérrez de los Ríos Córdoba Mendoza y Zapata. 

Se casaron el 29 de septiembre 1739, fecha en la que ya ostentaba el título condal y que explica cómo un segundón consiguió un matrimonio con alguien de las alta nobleza francesa. El matrimonio solo duró 6 años, pues su marido falleció en 1745, convirtiéndose ella en la condesa viuda de Fernán Núñez y tras una solicitud al rey Fernando VI, heredó todas las posesiones de su marido cuando este calló enfermo unos meses antes de morir, incluyendo por supuesto, nuestra Villa de Fernán Núñez. Contaba solo con 32 años.

También fue nombrada tutora de sus dos hijos Carlos y Escolástica que en ese año contaban con seis y tres años. Su gobierno en la Fernán Núñez a pesar de lo corto que fue, estuvo lleno de polémica.
Según cuentan, la condesa mostraba un carácter violento e irascible, sin llegar al entendimiento con los capitulares de la villa. Los capitulares era la corporación municipal de aquella época, una especie de concejales que se encargaban de los asuntos principales del pueblo. La función de alcalde la ejercía el corregidor.

Retrato de Carlota Felicita Rohán - Chabot. Ayuntamiento de Fernán Núñez
Hay constancia de la estancia de la condesa en Fernán Núñez, en concreto desde el 10 de octubre de 1749, cinco meses después de la muerte de su marido, permaneciendo hasta el 20 de marzo de 1750, donde vuelve a Cartagena, la ciudad donde tenían su domicilio, por haber sido el conde Capitán General en dicha ciudad.

La estancia en Cartagena fue breve porque el 27 de mayo de dicho año, le sorprende la muerte en nuestra villa, quedando sus hijos, hasta que el rey decidiese otra cosa, a cargo de Ana Francisca Gutiérrez de los Ríos y Alsacia, viuda del IV conde, primera condesa viuda de Fernán Núñez y cuñada de Carlota Rohán-Chabot.

En el archivo parroquial de la villa se guarda el siguiente documento:

La Excma. Sra. Doña Carlota Felicita de Rohán
En la Villa de Fernán Núñez, en veinte y siete días del mes de Mayo del año de mil setecientos y cincuenta, murió la Excma. Sra Doña Carlota Felicita de Rohán, Condesa Segunda, viuda que fue de estaVilla, hija legítima de los Excmos. Sres. Don Luis de Bretaña Alén de Rohán y Chavot, Príncipe de León, Duque de Rohán, y de Doña Francisca de Rochoxeror; Viuda del Excmo. Señor Don José de los Ríos y Córdoba, conde que fue de essta Villa, General de las Reales Galeras de España, Grande de Primera Clase. Y se enterró Su Excelencia en la Iglesia Parroquial de esta Villa, con entierro de tres nocturnos, el día veinte y ocho de este dicho mes y año. Otorgó su testamento cerrado, a los nueve de este mismo mes y año, ante Alonso José de Espinosa, escribano público y número de ella, por el cual mandó se dijesen por su alma cien misas rezadas, todas en esta Parroquial, y que por la limosna de cada una se diesen cuatro reales de vellón que se diesen de limosna, para Redención de Cautivos Cristianos cuatro reales y otros cuatro para los Santos Lugares de Jerusalén. Nombró por sus albaceas al Excmo. Sr. Duque de Béjar, residente en la Villa y Corte de Madrid, al licenciado Don José Teodosio Delgado y Mentera, abogado de los Reales Consejos y Corregidor de esta de Fernán Núñez, a Don Juan Izaguirre y a Don José Loarte, y por sus herederos al Excmo. Sr. Don Carlos José Gutiérrez de los Ríos y a la Sra. Doña Escolástica Gutiérrez de los Ríos, sus hijos, de menor edad, y del expresado Excmo. Sr. Don José Diego Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, su difunto marido.

En su testamento manda que se diesen a sus criados mayores Josef y Joan Loarte un vestido de gala de los de mi poner a cada uno y a don Ramón y Rafael Gallego, todos los vestidos de gala de hombre que tengo en mi poner con sus guardapieses y entre los dos los partan y dividan igualmente.

A su dama, Madame de Callot y a doña Antonia, aya de su hija Escolástica, dejó toda la ropa blanca para que la partiesen en partes iguales. También legó todos los vestidos de gala, aunque en este caso advirtió que que dicha doña Antonia ha de tomar uno por dos que tome dicha Madamme Callot.

A su hijo le dejó su biblioteca, dos fusiles, atrezo para cazar y un aderezo de caballo de terciopelo verde bordado de oro con su arnés, todo lo cual por ningún título ni causa se pueda vender ni venda. A su confesor de la Compañía de Jesús le dejó un juego de libros de temática religiosa que sumaban 32 tomos, trece cuadros pequeños de los Santos Apóstoles y seis mil reales de vellón para que tras su fallecimiento pueda retirarse a su colegio. 

El vínculo con la corte de Francia también está presente en su testamento, especialmente con Leopoldina Elizabeth de Lorena, Mademoiselle de Pons, de la Casa de Lorena, a la que le deja un vaso verde de Indias con flores de oro. Dicha dama se casó con el Duque de Béjar, el cual es nombrado no sólo su albacea sino tutor de sus dos hijos.

Castillo- Palacio de los Duques de Béjar. Béjar, Salamanca

Tras Carlota Felicita Rohán- Chabot, falleció dos años después su cuñada, la primera condesa viuda, Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, siendo ambas las dos últimas condesas que se enterraron en la cripta condal de la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas de Fernán Núñez.

 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.
El tercer conde de Fernán Núñez (1644 - 1721): Corte, parentesco y memoria familiar. Carolina Brutrach. Florencia. 2009. 
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