lunes, 25 de marzo de 2013

El V conde de Fernán Núñez: José Diego de los Ríos

José Diego Gutiérrez de los Ríos y Zapata de Mendoza fue el V conde de Fernán Núñez tras la muerte de su hermano Pedro que no tuvo descendencia.

En febrero de 1734 se recibe en la villa la siguiente comunicación:
Habiendo fallecido el conde, mi hermano sin sucesión y recaído en mí su Casa, estados y derechos, y hallándome con el quebranto de aquella pérdida y demás ocupaciones de duelo, no puedo dar por ahora más disposiciones y órdenes que las precisas para que se tome la posesión de todas las pertenencias del Estado y mayorazgos.Y esta orden general, para todas las personas que componen el Gobierno, Justicia y Ayuntamiento de esa Villa., continúen sin novedad, en la misma forma que lo han hecho en tiempo de mi hermano, que goce de dios, hasta nuevas órdenes mías, esperando del buen celo de todos el correspondiente desempeño de la obligación de cada uno. Dios os guarde muchos años, como deseo.
Madrid, 16 de Febrero de 1734. EL CONDE.
 Esta misiva del Archivo Municipal de Fernán Núñez, marcó el inicio del gobierno del V conde, XX señor de Fernán Núñez, V Vizconde de Abencaes y XII señor de la fortaleza y villa de La Morena, entre otros muchos títulos nobiliarios.

Busto de don José Diego en la entrada a las Caballerizas de la Plaza de Armas
Nació en Madrid, el 11 de enero de 1681. Muy joven, al igual que su hermano, ingresó en la Real Armada del Océano, donde durante largo tiempo estuvo prestando servicios. En sus inicios, bajo las órdenes de su propio padre, el tercer conde Francisco de los Ríos, estuvo sirviendo en las fuerzas que defendían Cádiz. Algún tiempo después fue destinado a la flota de galeones, hasta que fue destinado a la Armada Real Francesa para perfeccionar sus conocimientos, situación en la que se encontraba cuando en 1702, se le ascendió al grado de Alférez de Navío.

En 1704, ostentado ya el cargo de Teniente de la Mar, tomó parte en la defensa de las plazas de Málaga y Gibraltar, acciones que le valieron para convertirse en Capitán de Navío. En 1706 contribuye con la flota de Galeras, al sitio de Barcelona, cuya región con la de Valencia y parte de Aragón, estaban en contra de Felipe V. En estas acciones se apodera de varias embarcaciones del bando del Archiduque de Austria, burlando el bloqueo. También auxilió a varias poblaciones costeras de la Comunidad Valenciana.

Terminada la Guerra de la Sucesión, emprendió nuevas acciones contra la piratería turco-berberisca en el Mediterráneo. 
Retrato del V conde. Ayuntamiento de Fernán Núñez

Por todo ello, en 1725 fue nombrado Capitán General de las Reales Galeras de España, en sustitución de su hermano. Las galeras fueron poco a poco desapareciendo de los mares, siendo su galeón insignia el último que entró en el Puerto de Santa María para ser desguazado. Por ello se conoce al V conde de Fernán Núñez como el último General de las Galeras de España. Para el conde fueron fechas tristes por tener que decir adiós a su flota, pero sobre todo lo fue al recibir la siguiente respuesta, al preguntar al Ministerio sobre donde debía depositar el estandarte de su nave capitana, testigo de cien memorables batallas: Entréguelo en el departamento de objetos inservibles.
José Diego casó con una dama francesa, Carlota Felicita Rohán y Chavot, hija del duque de Rohán y Príncipe de León, don Luis de Bretaña y Alén y de la Princesa Francisca de Rochoxeror. Dicha dama, sería condesa viuda de Fernán Núñez durante un cierto periodo tras la muerte de su marido, gobernando tras su muerte los condados y señoríos de su esposo.


 · Información editada procedente de: 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Los Villafranca

En el siglo XVII llegó a Fernán Núñez una familia de hidalgos apellidados Villafranca. Llegaron bajo la orden del tercer conde, Francisco Gutiérrez de los Ríos, que al ser capitán general de la Armada, mantenía el contacto con familias de marinos: los trajo a la villa para que formase parte de sus hombres de confianza en su condado, con tareas vinculadas a la administración.

Provenían de Guetaria, villa de Guipúzcoa, conocida por ser el lugar natal de Juan Sebastián Elcano, primer hombre que dió la vuelta al mundo. La familia estaba formada por Domingo de Villafranca y María Ignacia de Lizasoeta y su hijo Lorenzo. 

Villa de Guetaria, en castellano, Getaria en euskera
Lorenzo de Villafranca y Lisazoeta (I) llegó a la villa con once años con sus padres que,  como decía, entraron en servicio del tercer conde. Lorenzo se casó en Fernán Núñez, el 27 de febrero de 1702 con Juana Francisca Moyano del Olmo, nacida en Madrid e hija del oficial de la Armada, capitán de fragata, Matías Moyano del Rosal, natural de Fernán Núñez,  y de Isabel del Olmo, natural de Pastrana. Matías Moyano fue alcaide del castillo y fortaleza de esta villa desde 1662 y regidor de la misma desde 1680. Lorenzo y Juana tuvieron cinco hijos, dos de los cuales siguieron con la tradición familia de ser marinos, Lorenzo y Francisco, uno presbítero, Pedro y dos mujeres, María Ignacia e Isabel, todos nacidos en Fernán Núñez.

Lorenzo de Villafranca  fue nombrado Corregidor de la Villa por dicho conde el 8 de junio de 1701, dejando fama de ser muy austero y pulcro con las cuentas, además de bondadoso y llano.También sirvió en la marina, pero finalmente pasó sus últimos días en nuestro pueblo, donde vino a morir.

El linaje se sucedió a través de Lorenzo Villafranca y Moyano (II), teniente de navío y capitán del puerto de La Habana y casó con Angela María Barba y Sotolongo, natural de La Habana. Estos tuvieron un hijo llamado José Lorenzo Villafranca Barba (III), capitán de fragata de la Real Armada, natural de La Habana y que casó con Rafaela Fernández Cueto, también de La Habana. Ambos tuvieron a Lorenzo Villafranca Fernández Cueto (IV) Capitán primer ayudante del cuerpo de Artillería que casó con María del Carmen Jiménez del Guzmán, natural de El Ferrol.

Lorenzo Villafranca (IV) tuvo un hijo, José Villafranca Jiménez del Guzmán (V), que se asentó en Utrera, fue capitán de infantería y finalmente fue nombrado por Isabel II, corregidor de la Villa de Fernán Núñez en enero de 1853 y se casó con Agustina de la Secada Nieto, natural de Fernán Núñez. 
Con este cargo y matrimonio, el linaje volvió a Fernán Núñez.

Finalmente tuvieron a Lorenzo Leonardo Villafranca de la Secada (V) que será ya el tataranieto de Lorenzo de Villafranca que llegó de Guetaria a finales del siglo XVII con tan solo once años. El último de la saga fue abogado de los Tribunales Nacionales y jefe honorario de la Administración Civil. Murió sin sucesión y está enterrado en el patio primero del cementerio municipal.
Lápida de Lorenzo de Villafranca de la Secada
Queda bastante claro que la relevancia de los Villafranca en la vida de Fernán Núñez era bastante importante desde su llegada en el siglo XVIII hasta la muerte del último de los Villafranca sin descendencia ya en el siglo XIX.
Tumba de la esposa de Lorenzo de Villafranca, al lado y con el mismo escudo nobiliario.
Las lápidas del cementerio muestran que una familia de dicho estatus no podía estar enterradas en cualquier lugar, por ello están en el patio 1, próximo a la zona que hoy aún se reserva para los enterramientos condales o ducales. Sin embago este no es su enterramiento original: Los Villafranca llegaron a ser tan importantes que dispusieron de una capilla propia en la Iglesia de Santa Marina y que aún hoy día ser conserva como tal: la capilla de San Francisco, situada a los pies del templo, en el lado de la Epístola. La reja de la capilla se encuentra coronada por el escudo de las armas de los Villafranca y en ella consta, por la lápida, que está enterrado Francisco Villafranca Moyano, el hijo primogénito de Lorenzo de Villafranca.

Capilla de San Francisco con las armas de los Villafranca
Tampoco la estirpe podía vivir en cualquier lugar, así que disponía de una casa solariega al menos desde aquella época del siglo XVIII. El lugar era la plazuela antiguamente conocida como del Portugués, del Molino o con la denominación actual de la Plaza de Juan Polo. Esta plaza no es más que un ensanche de la calle Doctor Berral, muy próxima a la Plaza de Armas. Entre los siglos XVII y XVIII esta plazuela era el centro del casco urbano de Fernán Núñez, ya que las sucesivas ampliaciones hacia el occidente desplazaron el núcleo inicial: la plaza de Armas. Por tanto, desde el centro, con su torre los Villafranca conseguían un mayor control como corregidores de la Villa.



La casa hacía esquina en dicha plaza y abre su puerta principal a la calle Doctor Berral, donde encima de su balcón existia un escudo con las armas de su familia. A la plazuela abría su puerta posterior y un alto mirador con un tejado a dos aguas. Las connotaciones del mirador pueden ser varias y las dejo en el aire para que el lector las imagine.

Mirador y puerta falsa desde la plazuela
Mirador de los Villafranca desde la torre de la Vera Cruz
La casa sigue la composición típica de las casas solariegas fernannuñenses del siglo XVIII: gran puerta principal con balcón y escudo. Ventanales en el piso superior e inferior enrejadas completamente. Por último un desván o granero, pero que en este caso solo daban algunas de sus ventanas a la plazuela y no a la calle principal. Con el tiempo se fue haciendo más pequeñas las ventanas y se añadieron otras puertas puesto que se instaló una tienda en la fachada principal.

Fachada principal en calle Doctor Berral
Detalle del escudo nobiliario
Según Antonio Jesús Luque Cuesta, el escudo nobiliario de esta familia se describe de la siguiente manera: en campo de azur (azul) siete bezantes de plata, colocados de tres en tres en plao y uno en punta partido. En jefe y en punta un trangle ondeado de planta. Bordura de gules (rojo), con ocho torres de oro. Al timbre una corona abierta. Acolados trofeos militares (banderas) y armas de guerra (cañones) ya que eran miembros de la Real Armada, es decir, militares de rango.
Hace aproximadamente un mes esta casa comenzó a ser derribada y hoy solo se conservan los muros de su planta baja. Sirva esta entrada para recordar su historia y la de la familia que la habitó.





 · Información  procedente de:
· Callejero de la villa de Fernán Núñez : nomenclátor de las vías urbanas con sus antecedentes históricos. Francisco Crespín Cuesta ; edición, estudio introductorio, fotografías y notas de José Naranjo Ramírez. 2007.
· Revista de Feria de 2007. Heráldica de Fernán Núñez. Antonio Jesús Luque Cuesta. Páginas 34 y 35.


sábado, 16 de marzo de 2013

La Calle Nueva (Calle Ángel Espejo)

El entramado medieval de Fernán Núñez se quedó pequeño en el siglo XVIII. El auge demográfico gracias a las reformas del tercer conde Francisco de los Ríos, entre las cuales destacó el repartimiento de tierras en censo enfitéutico, modifica social y urbanísticamente la villa. 

La importancia de la agricultura en Fernán Núñez es tal que se distinguen distintas clases sociales dentro de los agricultores en el siguiente orden: aquellos que simplemente son braceros o jornaleros, los que tienen cierto poder adquisitivo y son capaces de arrendar tierras al conde y por último, aquellos que son aperaores y se encargan de otros menesteres vinculados a la organización de los cortijos como la búsqueda de temporeros, y que a su vez, también arrendan cortijos o parcelas que sean ya de su posesión.

Esta última subclase social necesita un nuevo lugar donde ubicarse, pues el callejero medieval fernannuñense no es apto para la construcción de sus viviendas. Las casas han de ser acordes con su nuevo estatus y disponer de espacio suficiente para dependencias como corrales o corralones donde guardar ganado, carros y aperos de labranza, que ahora sí se pueden permitir tener.

El lugar elegido es el oeste y sur de la villa, el espacio comprendido entre la Iglesia de Santa Marina y la ermita de la Vera Cruz, en las afueras del pueblo en aquel siglo XVIII. Un lugar relativamente llano, espacioso donde se puedan construir casas que cumplan una tipología concreta que ahora veremos. Así surge la calle Nueva, la calle hacia la que dan las fachadas principales de las nuevas casas y que vertebra la nueva expansión urbanística. Una calle en pleno centro de la zona en expansión. También es conocida como la calle de Los Ricos o la Calle de los Labradores.

La Calle Nueva. 1985. Fotografía de Fernando Serrano
La calle Nueva. Marzo 2013
 Los corralones de las casas de la calle Nueva crean una nueva línea de casas que con el tiempo recibe el nombre de la Alameda de San Marcos. Esta Alameda pasaría posteriormente a ser la carretera de Córdoba a Málaga y finalmente, hoy día la calle de San Marcos. Topónimo del cual mantengo mi propia teoría y que algún día trataré de contar.

En las proximidades de aquella nueva calle de "puertas falsas" ya se ubicaban varios elementos básicos para los nuevos agricultores:
 - Los pósitos municipales de San Mateo y San Bartolomé
- El Ejido, llamado Plaza de San Marcos, donde puede permanecer el ganado a sus anchas y los animales de carga (actual paseo de Santa Marina)

El propio Ejido era un cruce de caminos que permitirían el tránsito de carros con facilidad sin tener que transitar por las estrechas calles del entramado medieval. 

Esquema sobre el entramado actual de calles
Una vez tenemos ubicada la calle, nos falta conocer como eran sus casas. La estructura de su fachada era muy simple: una puerta principal cuyas jambas estaban hechas de un material más noble como la caliza micrítica de la sierra de Córdoba, la cual se conserva aún en algunas casas. A los lados de la puerta, en la planta baja siempre ventanales enrejados. Subiendo a la primera planta encontraremos nuevos ventanales enrejados, alternando con balcones. El balcón se ubicará con más probabilidad encima de la puerta principal.

Finalmente en una segunda planta aparece un desván que se usaba para entre otras cosas guardar el grano. Desvanes donde era muy útil la presencia de un gato para mantener el grano a salvo de los ratones, para tal fin se practicaban en las puertas orificios que a modo de gateras permitían la entrada y salida de estos animales.   Lógicamente, a pesar de la entrega del tercio al arrendador (el conde, la iglesia o el cabildo municipal) el campesino se quedaba con una parte  del grano que podía almacenar para consumo propio durante algunos periodos del año, necesitando este lugar para su almacenamiento. El desván probablemente no fuese exclusivo para el grano y otros muchos productos se dejaban en dicho lugar para su conservación o almacenamiento como por ejemplo los productos de las matanzas.

Matanzas que se realizaban en la propia casa porque disponían de corrales en la parte trasera donde podía tener algunos cerdos o aves. Sobre todo de estas últimas que eran muchas veces requeridas como tributo por la casa condal. Los reyes del corral serían los mulos y burros, los que se encargaban del duro trabajo de la agricultura y del transporte. 

Las casas se vertebraban por un gran patio, al que se accedía desde la puerta principal con un zaguán. Este zaguán está custodiado por una cancela, normalmente de madera con ventanales enrejados que permitía ver el interior del patio, siempre y cuando el dueño dejase la puerta de la calle abierta, cosa bastante frecuente y en segundo lugar, los ventanales de la cancela, cosa no ya tan frecuente. El motivo era quitarse del calor en verano y del frío en invierno.

Ejemplo de puerta y cancela de madera
 Un segundo patio distribuye las corraletas para el ganado y da directamente a la puerta falsa, que normalmente, como ya he dicho en el caso de la calle Nueva daba a la actual calle San Marcos.

En cualquiera de los dos patios habría una palmera, un naranjo o  una lima. 

Algunas de las casas más típicas y que conservan casi plenamente esta esencia son la de los números 2 y 4, que se encuentran al otro lado de la calle, no teniendo sus puertas falsas hacia la futura calle San Marcos, pero que seguirían el estilo de las casas que se construyeron en frente.

Número 4
Detalle de la cerradura del número 4.
En el mismo lado se conserva hoy día la Escuela Hogar Alfonso Gómez Jiménez, que atendía a niños con residencia en cortijos o caseríos sin escuela. Dicha casa fue cedida en 2005 al ayuntamiento de Fernán Núñez con la condición de que tuviese un uso municipal en un plazo de cinco años, concretamente como residencia de ancianos. Finalmente la casa volvió a manos de sus propietarios por cumplir el plazo sin ninguna consecución.

La Escuela Hogar. 1985. Fotografía de Fernando Serrano
La Escuela-Hogar. Marzo 2013

En el lado impar, tenemos la casa número 9 y 11. Al llegar a las casas 13-15-15bis  encontramos un recurso bastante frecuente: la división de la casa en varias partes. Varias de estas casas eran una única casa que se partió en tres, conservando claramente la puerta principal.

Casas 13, 15 y 15bis.

En esa misma acera, la impar, destacan el número 23 y el número 25, aunque ambas han perdido ese carácter dieciochesco que si conservan las primeras nombradas en la acera par, pero mantienen la organización típica de la fachada.
Número 23

La calle Nueva dejó de ser la novedad y la calle San Marcos, la que era de las puertas falsas, pasó a ser el eje vertebrador de Fernán Núñez.  En junio de 1896, la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia dirigió un escrito a la municipalidad, solicitando que se diese a esta calle el nombre de Angel Espejo y Cisneros, maestro superior de enseñanza, médico-cirujano y fundador y director de la banda de música de dicha sociedad, dicho nombre se conserva hasta la fecha de hoy. Angel Espejo, vino a la villa en 1865 para trabajar en la escuela superior de niños que se instaló en la localidad. Era natural de Córdoba y vecino del barrio de la Catedral y al parecer obtuvo plaza en Fernán Núñez tras un idilio amoroso con una de nuestras vecinas. Fue muy apreciado por los vecinos por su solidaridad, haciendo repartos de pan en períodos de carencia, donaciones de medicamentos a pobres o liberación de soldados de familias humildes mediante cuotas fijadas por el gobierno para lo que realizaba colectas que iban encabezadas por su banda de música.

Al llegar el siglo XX, en 1953 los vecinos  de dicha calle vieron como en su extremo,  la ermita de la Veracruz, pasó a convertirse en la segunda parroquia de Fernán Núñez. Pero por esta época ya había muchos cambios en la Calle Nueva: muchos de sus vecinos, también llamados señoritos, finalmente dieron el salto a la capital cordobesa, vendiendo sus grandes caserones o dejándolos como segunda residencia. La parte trasera de dichas casas era lo primero en venderse, para así poder crear nuevas casas con aquellos corrales en la nueva calle principal de San Marcos, que definitivamente robó el protagonismo a la calle Nueva o de Angel Espejo, ya que la calle San Marcos terminó siendo más ancha y de paso obligado para todo aquel que se dirigiese de Córdoba a Málaga. 

Es peculiar que su nombre de Nueva, se haya conservado desde aquel siglo XVIII en la memoria y la voz de todos los fernannuñeses y que quizás algún día se materialice con la sustitución del nombre actual, sin que ello repercutiese en la memoria de Angel Espejo, al igual que sucedió con la calle de la Puerta de la Villa. 


 · Información  procedente de:
· Callejero de la villa de Fernán Núñez : nomenclátor de las vías urbanas con sus antecedentes históricos. Francisco Crespín Cuesta ; edición, estudio introductorio, fotografías y notas de José Naranjo Ramírez. 2007.

miércoles, 6 de marzo de 2013

La Vera-Cruz (II)

El edificio actual

La iglesia de la Vera-Cruz, es una de las dos iglesias con las que cuenta Fernán Núñez. Fue una ermita hasta 1953 donde el obispo Fray Albino la transforma en la segunda parroquia de la villa.

La esquina de la Veracruz. Fotografía de Fernán Núñez en Imágenes
Es una obra neobarroca de Carlos Sáinz de Santamaría. Su planta es de cruz latina con la peculiaridad de que uno de los brazos del transepto o brazo menor es de mayor longitud, en concreto el del lado del Evangelio donde se sitúa el sagrario de la Iglesia.

Fachada principal

A los pies de la iglesia, en el lado del Evangelio, hay una torre  prismática, de dos cuerpos, con dos ventanales en cada uno de sus lados y ojos de buey en un tejado a cuatro aguas. 

Al lado de la torre está la fachada con la puerta principal, ésta enmarcada en varias pilastras y placas que terminan en un frontón partido donde se sitúa una hornacina con una imagen de el Sagrado Corazón de Jesús.

La parroquia presenta unos salones anexos que se usan para el catecismo y otras actividades como exposiciones. Estos salones a su vez tienen una capilla propia. Fueron construidos en los años 90 derribando otros anteriores, modificando el aspecto de la esquina de las calle Veracruz, Angel Espejo (conocida como la Calle Nueva) y Portichuelo (por existir allí un portillo o portón siglos atrás cuando la ermita marcaba el final del pueblo). Lo único que se conservó fue una estatua San Rafael, llamado el Angel del Portichuelo, del cual desconozco su origen y antigüedad, pero quizás tuviese que ver con la antigua ermita de la Veracruz de siglos atras.

El Angel del Portichuelo desde la torre
El interior de la Vera-Cruz es bastante sencillo y armonioso. Presenta tres naves, siendo la central la de mayor anchura y altura y esta se separa de las laterales por columnas toscanas. En las laterales se ubican retablos de madera, sin separaciones entre sí, solo marcados por pilastras jónicas.

La cúpula del crucero está adornada solo por unas yeserías sencillas. A través de la torre se puede acceder a un balcón que se sitúa encima del cancel de la entrada.

Cúpula
Nave principal
 En el lado de la Epístola tenemos el altar de la Virgen de los Dolores, obra de Martínez Cerrillo, tallada en 1941 en sustitución de una antigua imagen desaparecida tras el incendio de la iglesia durante la Guerra Civil. Desde el siglo XVI ya existe una cofradía instalada en dicha ermita primero, y luego parroquia, cuya advocación era la de los Dolores. Este altar es de obra reciente y culmina con una copia del Cristo Crucificado de Velázquez. Tanto la imagen de la Virgen como el cuadro se salvaron del derrumbe de la anterior parroquia a finales de los 50. Presenta dos puertas para acceder a un pequeño camarín donde se ubica la imagen de la Virgen.

Altar de la Virgen de los Dolores. Fotografía de "El Penitente"

Altar de los Dolores y Cristo del Camino. Blog de "El Penitente"
 Otras capillas del lado de la Epístola son la del Bautismo, a los pies del templo y la de San José. Justo al lado del retablo de la Virgen de los Dolores se encuentra la imagen del Cristo del Camino que procesiona el Jueves Santo.

Pila bautismal y retablo del Bautismo

Retablo de San José
Esta parroquia no tiene Altar Mayor, y en el testero del presbiterio se encuentra el Cristo del Perdón y la Pobreza, una obra del siglo XVIII, donada por el Deán de la Catedral de Córdoba y tras su restauración de 2007 se atribuyó a la escuela granadina de dicho siglo.

Cristo del Perdón y la Pobreza. Anónimo. Siglo XVIII

 Finalmente en el lado del evangelio tenemos el Sagrario, conservado también tras el derrumbe de 1957. En la nave lateral tenemos un retablo de madera con una imagen de la Virgen del Carmen y un cuadro de la Virgen de Guadalupe, traído por una familia de Fernán Núñez que emigró a México.
Sagrario. Lado del Evangelio


Virgen del Carmen

Cuadro de la Virgen de Guadalupe
Espero que esta entrada sirva, dentro de mis limitaciones a la hora de expresar ciertos términos arquitectónicos, para dar a conocer mejor esta iglesia que siempre pasa desapercibida.


· Enlaces relacionados: 
Algunos apuntes sobre las ermitas de Fernán Núñez 
El derrumbe de la Vera Cruz  
Vera Cruz (I)