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miércoles, 27 de junio de 2012

La Cruz de los Desamparados (II)

La Cruz: Una de las claves para localizar Abencaes

La aldea de Abencaes, el señorío de Abencales, el vizcondado de Bencalis, la torre de Abencalez... todos estos nombres han designado a través de documentos y textos un mismo lugar: un término muy próximo al actual Fernán Núñez, en donde existía una aldea con iglesia y torre defensiva. 

Es tan importante para Fernán Núñez que el escudo del pueblo representa a la torre de esta aldea en unión con la de Fernán Núñez de Témez, en un claro ejemplo de que sin esta aldea jamás hubiese existido el Fernán Núñez actual, tras aquella razia de 1382 que la destruyó y asoló a los habitantes, teniendo que refugiarse y trasladar posteriormente sus viviendas en torno a la torre-fortaleza de Fernán Núñez.


Como vimos en la anterior entrada, la Cruz de los Desamparados presentaba una relación directa con dicha aldea. Pero hoy día son muchas las incógnitas que rodean a  Abencaes y la principal es cual fue realmente su ubicación.

La tradición y algunos documentos, pero por desgracia no la arqueología, la sitúan al oeste del pueblo actual. Uno de estos restos que nos la sitúan es la Cruz de los Desamparados, en concreto la lápida de la reconstrucción de 1717, conservada en la capilla de Santa Marina de la Parroquia del mismo nombre, donde reza: 

<<...a una pastora que rezando pastaba algún ganado en este sitio por donde entramos al lugar de Abencalez, habitado por cristianos mozárabes, en tiempos de moros...>>

Lápida de la antigua cruz de los Desamparados (Parroquia de Santa Marina)
 No cabe duda que esta cruz marca el inicio del término de Abencaes y por tanto, el lugar donde se ubicaban las casas, la iglesia y la torre de dicha aldea. El dilema que presenta es la dirección que debe  marcar, pues no nos dice acerca del sentido a seguir: si hacerlo mirando desde la cruz hacia Fernán Núñez o lo contrario, mirando desde el pueblo hacia el extrarradio. Es por ello que la frase <<sitio por donde entramos al lugar de Abencalez>> marca dos posibilidades y por tanto, dos ubicaciones diferentes para Abencaes.

1) La  inscripción de la Cruz indica que el inicio de Abencaes es hacia el oeste.

Según esta versión, el inicio de las casas de la aldea estaba en los pagos de San Isidro y La Estacada, conocido como Trance del Pozuelo, por discurrir por allí una colada conocida como la del Pozuelo, que a su vez debe su nombre a una fuente llamada del Pozuelo (hoy carretera a San Sebastián de los Ballesteros)

Como contrapunto hay que decir que es una zona donde solo se tiene constancia arqueológica de restos romanos.
Como ventaja que dista kilómetro y medio de la antigua fortaleza de Fernán Núñez, distancia que el fatídico día de la razia impide a muchos de los habitantes de Abencaes llegar a la fortaleza de Fernán Núñez para su defensa y protección.

Esta hipótesis es apoyada por un documento expedido por el tercer conde Francisco Gutiérrez de los Ríos que declaraba cambiar al Consejo de la Villa unas tierras situadas en el pago de El Berralejo, por otras que el Cabildo poseía en el trance del Pozuelo, citando literalmente hacía referencia a estas tierras como aquellas donde estuvo la aldea de Abencales

El círculo rojo es la cruz de los Desamparados y el perímetro su posible término y ubicación

2) La inscripción de la Cruz indica que el inicio de Abencaes es hacia el este.

Esta tesis fue sostenida por Crespín Cuesta diciendo que Abencaes estaba constituido por viviendas diseminadas que se extendían por la parte vieja de la actual población (extremo norte de las calles Puerta de la Villa, Colón y San José), la Ronda de las Erillas, la Juncada (actual piscina municipal) y el cerro del Calvario. Así lo demuestran los restos árabes encontrados en dichos lugares y que la lápida no especifica el sentido en el que debemos entrar al paraje. Crespín sostiene que esos terrenos fueron parte del trance del Pozuelo, hasta ser separadas por la construcción de la Carretera Nacional que fraccionó la zona.

La distancia de aquí a la antigua fortaleza de Fernán Núñez es solo de una media de 600 metros. Quizás demasiado cerca, siendo este su único punto en contra.

Círculo morado, ubicación de la fortaleza de Fernán Núñez. En rojo, Cruz de los Desamparados y perímetro de Abencaes
Por ahora no sabemos quien tiene la razón en todo este tema, solo queda esperar que el tiempo arroje algo de luz en la ubicación de Abencaes y resuelva todas las incógnitas que hay en torno a esta misteriosa aldea mozárabe que fue el inicio de nuestra villa.


  · Información editada procedente de:
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta.

· Entradas relacionadas: 
La Cruz de los Desamparados (I)

jueves, 14 de junio de 2012

La Cruz de los Desamparados (I)

Ubicación, tradición y leyenda




La cruz de los Desamparados

En el año 1382 no existía Fernán Núñez como pueblo, sino que en su término actual se encontraba una fortaleza en el lugar donde hoy se ubica el Palacio Ducal y una población llamada Abencaez, a unos pocos kilómetros de dicho castillo.  La población se encontraba mal fortificada, pues su torreón había sido desmontado para la construcción de otras estructuras como el Castillo de Montemayor.  

Ambas unieron sus señoríos con una boda entre la Casa de Haro (que ostentaba el Señorío de Abencaez) y los Fernández de Córdoba (que poseían la fortaleza de Fernán Núñez). Ambas posesiones pasaron a manos de los Gutiérrez de los Ríos y perduraron en su familia hasta el siglo XIX (más de cinco siglos). 

Las huestes del sexto señor de Fernán Núñez y Abencalez, Diego Gutiérrez de los Ríos y García de Aguayo se encontraba en ese año de 1382 con las de su cuñado Alonso Fernández de Montemayor combatiendo en Portugal. Por tanto, las fortalezas de Fernán Núñez y Montemayor, así como la población de Abencaes se encontraban sin defensa. 

Bajo estas circunstancia Mohamed V, del reino de Granada hizo una incursión por la campiña, aprovechando el inicio de la recolección de la cosecha y que no se encontraría con resistencia alguna para asaltar nuestras poblaciones. 

La tradición cuenta, según el doctor Gómez Bravo, que estando una zagalilla apacentando sus ovejas en un lugar donde se cruzan el camino del Pozuelo (hoy carretera de San Sebastián de los Ballesteros)  con el que procede de la Puerta de la Villa (procedente del actual Palacio Ducal, antes fortaleza) se le apareció una joven muy bella que le instó a que avisase a los habitantes de Abencaes a que los nazaríes se acercaban para saquear el lugar y llevarse cautivos a muchos de ellos.  Así mismo se le hizo hincapié en que sacase la imagen y objetos de valor d ela iglesia de la aldea y se trasladasen a la vecina fortaleza de Fernán Núñez que soportaría bien dicho ataque.

La aparición, que según la tradición, era Santa Marina de Aguas Santas, después de su advertencia pidió que fuese nombrada patrona del lugar y dejó constancia de su presencia, haciendo brotar de la tierra un manantial y dejando su cruz clavada en aquel sitio.

Al poco tiempo, tuvo lugar el ataque musulmán. El pueblo de Abencaes fue destruido, pero el castillo de Fernán Núñez resistió, obligando a Mohamed V a levantar el cerco sin reducirlo, gracias a la actuación heroica de aquellos vecinos trasladados desde Abencaes.

La cruz clavada en la tierra, fue nombrada por la gente como "de los Desamparados", por el desamparo en el que se encontró el pueblo de Abencaes. Dicha cruz fue colocada sobre un pilar de dos varas de altitud (más de metro y medio) y por un lado dicho pilar tenía la imagen de Jesucristo y por otro la representación de la aparición de Santa Marina. Esta cruz duró hasta 1717.

Fue en ese año de 1717 cuando el tercer conde de Fernán Núñez y vizconde de Abencaes, Francisco Gutiérrez de los Ríos, (décimoctavo señor) mandó edificar un nuevo humilladero, con cruz y fuste de mármol rojo de Cabra. A su pie hizo colocar una lápida con la siguiente inscripción:

Es tradición inconclusa haberse aparecido la Gloriosa Virgen y Mártir Santa Marina, la que llaman de Aguas Santa en Galicia, muy venerada por su patrono, Don Fernán-Núñez de Témez, a una pastora que rezando pastaba algún ganado en este sitio por donde entramos al lugar de Abencalez, habitado por cristianos mozárabes, en tiempos de moros, ordenándole que fuese prestamente al lugar y dijese que los moros irritados, habían de venir a destruirlo y que asegurasen los sagrados vasos e imágenes en la villa de Fernán-Núñez que ya estaba fortificada. Entonces rompiéndose milagrosamente una peña, quedó abierto el pocito que se llama desde entonces de Santa Marina, y su agua entra por su pie en el humilladero, sin haberse agotado su caudal; que la nombrasen Patrona de Fernán-Núñez como se hizo inmediatamente, asegurando que por su intercesión no permitiera nuestro Señor que hubiese peligro en Fernán-Núñez y que se librarían de muchas enfermedades los que usasen fervorosamente de aquel agua y pocito, como reliquia de la Santa. Todo lo cual se ha verificado por la experiencia de mas de cuatrocientos años, y lo acredita el busto de la pastora con el rosario en la mano y corona de resplandores, que en esta Santa Cruz se ve, puesta poco tiempo después. En cuya memoria y por devoción hizo el Excelentísimo Señor Conde de Fernán-Núñez, Señor de esta villa y la de Abencaez, que esta lápida se pusiese a quince de Abril de 1717.

Con esta restauración se resucitó la fé de los vecinos por la cruz, creándose también la ermita del Calvario, que hipotéticamente pudo llamarse en un principio "de Santa Marina" para que se celebrasen oficios en cualquier época del año.

Esta segunda cruz perduró hasta la Guerra Civil, donde fue destruída. De ella solo se conservó la lápida que se transcribe anteriormente. Fue conservada por el párroco Antonio Jurado y posteriormente por el escultor Juan Polo, que la cedió para que fuese colocada en la capilla de Santa Marina de Aguas Santas de la iglesia de la misma advocación, en Fernán Núñez. El 18 de julio del 2000  fue inaugurada.

Capilla de Santa Marina, en la Parroquia de Santa Marina de Fernán Núñez
Placas conmemorativas en dicha capilla


Lápida procedente de la restauración del siglo XVIII
La cruz fue restaurada en los años 80, que es la que hoy podemos contemplar. Tiene una placa en su base con la inscripción: "Cruz de los Desamparados, commemorativa"

La cruz de los Desamparados, hoy día
 Esta historia es el inicio del pueblo de Fernán Núñez como tal, pues casi todos los vecinos de la aldea se trasladaron al entorno de la fortaleza de Fernán Núñez.


  · Información editada procedente de:
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta

lunes, 16 de abril de 2012

La ermita del Calvario (I)

UBICACIÓN, APUNTES HISTÓRICOS y ADVOCACIÓN

La ermita del Calvario, está situada al noroeste de la villa, en la salida hacia San Sebastián de los Ballesteros, en un lugar privilegiado de la campiña. Desde sus trescientos metros de altitud se divisa toda la vega del arroyo Ventojil, el gran cauce fluvial del término de Fernán Núñez. Hoy se observa otra vía igual de importante para los tiempos que corren, la autovía A45.

En rojo, la ubicación de la ermita

En sus proximidades, al sur,  tenemos el pago de San Isidro y las canteras del mismo nombre, hoy ocultas por las construcciones. A sus pies algunas casas en el conocido como Tejar de los Gallegos, por vivir en esas casas familias con dicho apellido que se dedicaban a la fabricación de las tejas. Al norte linda con las huertas y al oeste con el pago de La Estacá. Al este tiene, frente a frente, el cerro donde se asienta Fernán Núñez, separado  por una gran depresión, antiguamente conocida como La Juncá, por la abundancia de juncos, que crecían en torno a una charca formada por aquella hendidura. Hoy este lugar está dividido en la Piscina Municipal y el Parque de Doña Rosalina.

Vistas desde la ermita de la Vega del Ventojil
Vista del Pago de San Isidro y de sus canteras (detrás de las naves)
Detrás de la ermita, la Cruz de los Desamparados
Vistas de Fernán Núñez desde la ermita
El Calvario desde la antigua ermita, hoy parroquia, de la Veracruz
Pero si hay algún sitio al que la historia y la ubicación de la ermita está vinculada es la Cruz de los DesamparadosAbencalez. Esta ermita está en las proximidades de la Cruz de los Desamparados, cruz que fue restaurada en 1717 por el tercer conde Francisco Gutiérrez de los Ríos y Córdoba.  La cruz recordaba la muerte de muchos de los vecinos de Abencalez en el siglo XIV, a excepción de aquellos que se refugiaron en el castillo de Fernán Núñez, avisados, según cuenta la tradición por Santa Marina de Aguas Santas que se apareció en el lugar donde está la cruz.

Las visitas de los peregrinos a la cruz aumentaron desde su restauración, sucediéndose en todas las épocas del año, auspiciadas por el manantial adyacente, con supuestas propiedades curativas, llamado Pocito de Santa Marina. El conde, para preservar a los visitantes y celebrar actos litúrgicos decidió crear esta ermita  en el año 1721. 

Francisco de los Ríos contó con la ayuda de una familia de la localidad, conocida por los Arroyo, de la cual no he podido conseguir más información.

Hay pocos datos sobre estos inicios. Sin embargo, este año, a raíz de la lectura de algunos artículos sobre las más de seis mil cartas en cinco años del tercer conde, encontré como José Granados, arquitecto mayor de la Catedral de Granada, supuestamente, le manda en una de ellas los planos de la ermita de Santa Marina. En el Fernán Núñez actual no encontramos ninguna ermita con dicha advocación, pero si tuviese que elegirse alguna para recibirla, no cabe duda que puede ser otra que la ermita del Calvario, sin embargo, no logro encontrar documento que así lo demuestre (pero seguiré buscando). Tampoco tengo dichos planos.

Las cartas datan de 1680, donde el conde le pide a Granados "que envíe quanto antes el designio de la planta para la ermita de Santa Marina" Quizás en el Archivo Histórico de Toledo, donde se encuentran muchas de estas cartas, tengamos la respuesta a esta incógnita.

En el lado contrario a esta hipótesis, según cuenta el cronista Crespín Cuesta, el pueblo, desde su origen la designó como "del Calvario" como nombre popular, camuflando su verdadero nombre, que era la advocación del Santísimo Cristo de la Expiración. Probablemente, el pueblo dió este nombre  por la realización de algún viacrucis por el pueblo en los siglos posteriores, como hoy se hace en muchos pueblos de Andalucía, el cual tendría ubicadas las estaciones de la vida de Jesucristo que correspondían al monte Gólgota o monte Calvario, en esta ermita. 

Imagen actual desde la carretera de San Sebastián de los Ballesteros
Estamos  muy cerca de celebrar los 300 años de esta ermita, la cual ha pasado por muchas etapas en su historia y que intentaré ir desgranando a través de nuevas entradas, para las cuales, como siempre pido la colaboración de todos vosotros.
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta

Entradas relacionadas:

Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (II)
Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (III)
La Cruz de los Desamparados (I)
La Cruz de los Desamparados (II)

miércoles, 5 de mayo de 2010

La tradición de Santa Marina de Aguas Santas en Abencalez [2]

Desde mediados del siglo XIII hasta unas décadas antes de la conquista de Granada en 1492 estas tierras eran continuamente asaltadas por los musulmanes del cercano Reino de Granada. Sin duda para nuestra historia local, la más decisiva fue en 1382 (o 1385, no queda claro). La aldea y su torre ya están vinculadas al castillo recién creado en torno a la torre de Fernán Núñez de Témez, ya que por unión matrimonial a finales del siglo XIII, del hijo del conquistador de la torre de Abencalez, don Lope Gutierrez de Haro con la hija de Fernán Nuñez de Témez, doña Constanza Fernández de Córdoba el señorío de Abencalez y el de Fernán Núñez ya eran solo uno. Unión que quedó reflejada en el escudo de nuestro pueblo.

Dos torres unidas por un arco: la torre de Abencalez y la de Fernán Núñez

Ahora solo quedaba algún hecho decisivo para trasladar la población y unificar el nuevo centro militar (el castillo) con los habitantes del señorío. Este castillo tenía más posibilidades de soportar los ataques árabes que la vieja torre de Abencalez y dominaba mejor las vistas sobre la vega del Guadajoz, vía de las principales incursiones. Se puede decir que a los árabes si les interesaba mirar hacia la antigua Córdoba califal por eso la importancia de la torre de Abencalez en su ubicación al noroeste, frente a la de la nueva fortaleza cristiana mirando hacia el reino de Granada.

Pero los árabes conocían donde se encontraban las debilidades de nuestro territorio así que tras intentar el asalto a la fortaleza, se dirigieron en ese fatídico 1385 a la pequeña e indefensa aldea. Y así, fue, la aldea fue totalmente destruída y saqueada se vió obligada a desplazarse a las inmediaciones del nuevo castillo.

A partir de aquí es donde se mezcla toda la parte anterior, histórica, con la leyenda o tradición. Se cuenta que una pastora de Abencalez, horas antes del saqueo andaba por las afueras de la aldea cuando se le apareció una mujer que decía ser Santa Marina de Aguas Santas y le encomendó la tarea de ir a Abencalez a avisar a todos sus vecinos del desastre que iba a ocurrir y que recogiesen todos los vasos e imágenes sagradas de la iglesia y se trasladasen hasta el castillo de Fernán Núñez. Para dar credibilidad de sus palabras la santa hizo brotar agua de la tierra. Dicho manantial se ha conservado hasta tiempos recientes con el nombre de "Pocito de Santa Marina"

La pastora avisó a sus vecinos, algunos la siguieron y otros decidieron permanecer en Abencalez. Los árabes llegaron y aquellos que permanecían en la aldea fueron apresados o asesinados. Para conmemorar este hecho al poco tiempo se construyó un monumento cuya alta base soportaba un crucifijo de piedra berroqueña que perduró hasta 1934 cuando fue demolido. Este monumento se le conocía como Cruz de los Desamparados, en memoria de todos aquellos que no se refugiaron en el castillo y fallecieron o fueron apresados. Adosada a la peana, por la parte de atrás llevaba una gran lápida que en 1717 mandó colocar el Conde don Francisco Gutiérrez de los Ríos, que es lo único que se conserva del monumento, hoy situada en la capilla de Santa Marina (antigua del bautismo, en la Parroquia de Santa Marina) en la cual se expone:

Es tradición inconclusa haberse aparecido la Gloriosa Virgen y Mártir Santa Marina, la que llaman de Aguas Santa en Galicia, muy venerada por su patrono, Don Fernán-Núñez de Témez, a una pastora que rezando pastaba algún ganado en este sitio por donde entramos al lugar de Abencalez, habitado por cristianos mozárabes, en tiempos de moros, ordenándole que fuese prestamente al lugar y dijese que los moros irritados, habían de venir a destruirlo y que asegurasen los sagrados vasos e imágenes en la villa de Fernán-Núñez que ya estaba fortificada. Entonces rompiéndose milagrosamente una peña, quedó abierto el pocito que se llama desde entonces de Santa Marina, y su agua entra por su pie en el humilladero, sin haberse agotado su caudal; que la nombrasen Patrona de Fernán-Núñez como se hizo inmediatamente, asegurando que por su intercesión no permitiera nuestro Señor que hubiese peligro en Fernán-Núñez y que se librarían de muchas enfermedades los que usasen fervorosamente de aquel agua y pocito, como reliquia de la Santa. Todo lo cual se ha verificado por la experiencia de mas de cuatrocientos años, y lo acredita el busto de la pastora con el rosario en la mano y corona de resplandores, que en esta Santa Cruz se ve, puesta poco tiempo después. En cuya memoria y por devoción hizo el Excelentísimo Señor Conde de Fernán-Núñez, Señor de esta villa y la de Abencaez, que esta lápida se pusiese a quince de Abril de 1717.

Aquí se vuelve a dejar constancia de la devoción por parte de Fernán Núñez de Témez, y de sus sucesores, hacia Santa Marina, pero no de como llega hasta Abencalez, aldea que no era de la juridiscción de don Fernán Núñez de Témez ni fue conquistada por el, surgiendo así la hipótesis expuesta en la primera parte de esta entrada de que más bien la devoción en la aldea surgió de manos de los repobladores gallegos de Abencalez, independientemente de la devoción que profesase el capitán gallego.

Es muy asombrosa la descripción de la cruz que se hacía en la lápida, sobre todo si se compara con la sobriedad de la actual cruz del siglo XX.

sábado, 1 de mayo de 2010

Cruces en Fernán Núñez

Amoldándonos un poco a las fiestas de estos días, vamos a hacer un repaso breve por las cruces que están o alguna vez estuvieron en nuestro pueblo. Lo suyo sería hablar de la tradición de las cruces de Mayo, pero eso lo dejaremos para otra entrada. Son muchos recuerdos y fotos que habría que buscar... así que para otro momento.

Las cruces de término, en el territorio de Castilla y Aragón y los cruceros, en Galicia y Portugal eran cruces que se erigían normalmente en las afueras de los pueblos, adyacentes a los caminos principales. Eran cruces conmemorativas de acontecimientos históricos o bien, simplemente, un símbolo de la piedad de los vecinos de la población cercana. En nuestro pueblo encontramos las siguientes cruces, de las cuáles dos si que fueron cruces de término, o cumplían estrictamente con esta definición (la de la Vera-Cruz y la de los Desamparados) Tengo constancia de otras en pueblos cercanos como el de Montalbán de Córdoba.

Por otro lado, es muy típico que se situase alguna ermita en torno a la cruz.


Cruz de la Ermita de San Sebastián


Antes de la creación del actual cementerio en el siglo XIX. El camino que salía del sureste hacia Montemayor estaba iniciado por la Ermita de San Sebastián y la Virgen de los Remedios. Apenas hay datos sobre cuando se construyó dicha ermita, por tanto tampoco acerca cuando se instaló la pequeña cruz de forja que había en un pilar. Posteriormente la cruz fue sustituída por un Crucificado de Juan Polo en bronce.

Ermita de San Sebastián, 1980

Es, por tanto, una de las típicas cruces de término que se situaban en las afueras de nuestro pueblo, con un pilar de obra y una pequeña cruz de forja. La cruz y el pilar fueron tirados tras la colocación del cristo de Juan Polo, por los técnicos del ayuntamiento, sin ni siquiera pararse a pensar en que podía tener algún significado histórico.


Cruz de los caídos del Jardinito de Santa Marina de Aguas Santas.

El origen de esta cruz era conmemorar los caídos durante la Guerra Civil. Antes de la creación del paseo de Santa Marina en 1816, había un pedestal en ese jardín, pero no tengo noticias sobre si contenía una cruz. Con la llegada de la democracia se quitó la cruz y se fue eliminando el jardín.

Jardinito de la Parroquia de Santa Marina en 1970


Cruz de la Vera Cruz. Aledaños de la Parroquia de la Vera Cruz.

Al otro lado de la población, teníamos esta cruz de término. Según cuenta la tradición esta contenía un trozo de la vera cruz de Cristo, una de las reliquias traídas por Santa Helena de Tierra Santa que tanto proliferaron en la Edad Media por pueblos y ciudades. No queda nada de dicha cruz, solo el nombre de la que, primero fue ermita y luego iglesia de la Vera Cruz y Virgen de los Dolores,  refundada por la cuarta condesa doña Ana Francisca Gutiérrez de los Ríos en torno a 1721 y 1734.


Actual Parroquia de la Vera Cruz, obra de Carlos Saénz de Santamaría

La Cruz de San Marcos

Situada en el actual paseo de Santa Marina, anteriormente conocido como explanada del Retamar, ya en las afueras del antiguo Fernán Núñez medieval. Apenas conocemos su aspecto y su ubicación concreta, quizás fue sustituía por el triunfo de Santa Marina.


La Cruz de la Calle Hermano Bonifacio

En el cruce de la actual calle Hermano Bonifacio, con la calle Cervantes y Ramón y Cajal, próxima a las antiguas fábricas harineras había otra cruz de término parecida a la del cementerio, que Antonio Cosano describe así: era un sencillo pilar encalado con "templetito", ligeramente abombado en su base, similar a los de la fuente de los Caños Dorados, y arriba una pequeña cruz de forja similar a la que había en el cementerio.

La Cruz de los Desamparados

Cruz de término que conmemora la incursión árabe que en 1382 acabó con la población de Abencalez. La mayoría de la población acudió al Castillo de Fernán-Núñez (actual Palacio Ducal) que soportaba bien este tipo de ataques, pero no todos pudieron refugiarse y algunos decidirían no abandonar su aldea. La cruz honraba a aquellos habitantes que no quedaron bajo el amparo del castillo de Fernán-Núñez y fue erigida en el lugar donde cuenta la tradición Santa Marina de Aguas Santas se apareció a una vecina de Abencalez para prevenir sobre lo que iba a suceder. Lo único que queda de la antigua cruz, la cual fue sustituída en el siglo XX por su mal estado, es una piedra ubicada en la capilla de Santa Marina dentro de la Parroquia del mismo nombre.

Cruz de los Desamparados a finales de los noventa

Es la única que queda y nosotros tenemos la obligación la de mantenerla, cuidarla y respetarla, quizás no tengamos la posibilidad de hacerlo de forma material pero si de forma moral. Independientemente de creencias religiosas, por su valor cultural y por el recuerdo de nuestros primeros antepasados y vecinos.

¡A disfrutar de las cruces!