domingo, 30 de enero de 2011

La muralla urbana de Fernán Núñez en el presente

Lo que nos queda de esta antigua muralla se limita a las siguientes estructuras de nuestro pueblo:

1 .¿Las almenas o merlones de la fachada de la iglesia de  Santa Marina de Aguas Santas?

Estado actual de las dos almenas

Probablemente el tramo de almenas fuese más amplio y podía llegar hasta la torre de la iglesia siguiendo el actual muro sobre el que se abre la actual puerta principal.  La nave no arranca en ese muro de la fachada, sino que lo hace metros atrás. Esto hace que deje un espacio, un adarve. Se podría pensar que estas almenas se pudieron hacer en el siglo XVIII cuando se reconstruyó la iglesia pero ¿para qué? De hecho, al otro lado de la fachada hay unas imitaciones de almenas del siglo XVIII probablemente, porque están hechas con el mismo ladrillo que la torre para intentar equilibrar la composición de la fachada.  Es una incógnita estos motivos, pero quizás fueron de la reconstrucción del XVIII para recordar su pasado militar.

Explicación de las zonas de la fachada de Santa Marina

 Una almena se alterna con una cañonera, que es el espacio vacío que queda entre almena y almena, este espacio pudo ser rellenado en el siglo XVIII y así crear una pared más lisa y posteriormente con el blanqueo de la actual fachada principal se enmascararía su pasado.

Reconstrucción/Imagen actual

Por tanto, esto es lo que queda de la muralla que protegía a Santa Marina, cuya capacidad defensiva, fue el motivo por el que el Obispo de Córdoba, Juan Fernández Pantoja eligió en 1385 este lugar para su emplazamiento.

2. La calle del Portichuelo.

 El aspecto actual de la calle, no nos deja ninguna posibilidad de encontrar algún resto de esta pequeña puerta. Sin embargo, podemos asomarnos por el extremo de la calle, ver las vistas y como las calles descienden vertiginosamente, lo que denota que estamos en uno de los puntos más altos de la población que presenta buenas características para haber sido un punto de defensa y por tanto, tener muralla.

Vistas desde la zona del Portichuelo

3. La Puerta de la Villa.

Hoy no queda nada, solo el nombre en una calle en la que debía de ubicarse. Esta va ascendiendo progresivamente hasta desembocar en la plaza de Armas, núcleo del antiguo castillo.

Cuesta final de la calle Puerta de la Villa

 En dicha calle se abre una plazoleta antes de llegar a la Plaza de Armas. Dicha abertura en el pasado eran útiles para aparcar los carros. En el número 22, la casa con la fachada más pequeña, esconde un torreón que es uno de los pocos que se conservan  en el pueblo y que quizás proceda de alguna torre de defensa de la muralla.

Plazoleta de la Puerta de la Villa
 4. La cerca de la zona oriental.

Justo detrás de la Iglesia de Santa Marina y siguiendo una orientación hacia la Plaza de Armas, tenemos un tramo de muralla que se observa perfectamente desde el barrio del Encinar y que ya fueron grabadas en el XVIII por Vicente Mariani. Estas han sido modificadas añadiendo algunas filas de ladrillos en su parte superior, pero quedando su base. Lo mejor es verlo desde las alturas, con el video de Andalucía es de cine de Canal Sur.

Fotograma del minuto 1:19 donde se aprecia la cerca

sábado, 29 de enero de 2011

La muralla urbana de Fernán Núñez en el pasado

Fernán Núñez sufrió un cambio radical en el siglo XVIII. La nueva corriente de la Ilustración modificó el aspecto medieval del pueblo. Se crearon calles, se derribaron edificios de otras épocas en estado de ruína como la Iglesia o la antigua fortaleza para dar paso a nuevos edificios de líneas más rectas y la apertura de espacios, siendo aquí las grandes perjudicadas, las murallas y cercas que rodeaban y protegían a nuestro pueblo. 

La primera "sentencia de muerte" de las mismas llegó ya en 1492, cuando se conquistó Granada. La conquista del reino Nazarí supuso el fin a las incursiones y las batallas en la campiña cordobesa y por tanto, no tener la necesidad de reforzar y mantener grandes fortalezas y murallas. Comenzó así el declive de muchos castillos que no eran usados como residencia oficial de los señores feudales: Aguilar, Monturque, Anzur, La Rambla, Teba, Castro del Río, Baena y Zuheros. Por otro lado, las murallas y cercas empezaron a ahogar al vecindario y comenzaron a desaparecer.

En esta primera entrada vamos a intentar ver lo que podemos encontrar mirando en el pasado, en documentos gráficos. Y en la siguiente intentaremos ver que es lo que queda hoy día. 

1. Grabado de 1787 de Vicente Mariani tras las obras efectuadas por el VI conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos.


Analizando el anterior grabado y buscando elementos que nos interesan encontramos:



1. Tres almenas en dirección suroeste. Parecen salir de la misma Iglesia de Santa Marina, ya reconstruída y se dirigen o apuntan hacia el paseo, de forma paralela a la actual calle de La Feria. Probablemente girarían en 90º dirección la calle Romero de Torres para encontrarse con el muro descrito en el siguiente punto.

2. Muro o cerca que parte casi desde las Escuelas del Duque en el lado sur de la Plaza de Armas y que llega hasta la parte trasera de la Iglesia de Santa Marina, aprovechando probablemente alguna curva de nivel para ayudarse y crear un buen desnivel, mejorando así la defensa. Existe una gran arboleda en torno a esta, de forma parecida a como ocurre hoy en el castillo de Montemayor.

2. Toponimias en el callejero.

El más claro ejemplo es la calle "El Portichuelo" próxima a la Iglesia de la Veracruz. En primer lugar, la antigua ermita de la Veracruz se hizo junto a una cruz de término en las afueras del pueblo en torno a 1720-1730. La ubicación actual de la Veracruz, nos sirve para marcar como parte de extramuros esa zona y muy próximo estaría el Portichuelo o Portón pequeño. Su nombre se debe a que el acceso principal a la parte amurallada era, con gran probabilidad, la Puerta de la Villa y este era simplemente una pequeña apertura para facilitar a los vecinos salir y entrar del recinto.

Esta calle se encuentra en uno de los puntos más altos de nuestro pueblo, en el lugar donde comienzan a descender las calles hasta la zona de la piscina municipal, que a su vez es una de las zonas de menor altura, junto al Llano de las Fuentes.

Por tanto, la Puerta de la Villa es otra denominación en nuestro callejero que nos vincula con esta muralla, y aunque no sabemos a qué altura de la actual calle se encontraría, podemos fijar una zona de posible ubicación.
  

3. Torreones en la Puerta de la Villa

Fotografía extraída de Fernán Núñez en imágenes.


En algunas casas de la calle de la Puerta de la Villa se conservaban torreones, sobre todo las más próximas a la Plaza de Armas. Quizás sean restos de pequeñas torres de la muralla que se entregan a algunas familias con la misión de vigilar y mantener la muralla. En torno a los mismos, creaban sus hogares para poder realizar su función. 

La casa de Rafael López Pintor conserva un torreón, hoy tapado por el resto de construcciones modernas y quizás dicho torreón provenga de esta tradición. También desde los jardines del palacio se podía contemplar otra de estas torres de una casa próxima, la torre de los Villafrancos, hoy desaparecida, como vemos en la foto de la izquierda.



Quizás sorprenda que nuestro pueblo pudiese tener una muralla urbana de tal magnitud. La importancia del pueblo en la Edad Media, como antesala de la capital cordobesa, la necesidad de defensa de los ataques del reino musulmán de Granada y simplemente, como muestra del poderío de los señores feudales, sobre todo por ser el primer pilar de la Casa de los Fernández de Córdoba, justificaría su tamaño y expansión desde la fundación de la villa.

Desde Fernán Núñez de Témez hasta el noveno señor, Fernando Gutiérrez de los Ríos, todos los señores de la villa en esos más de dos siglos dedicaron probablemente parte de sus arcas a construir y remodelar esta muralla.

Todo esto no son  más que unas hipótesis, pues apenas quedan documentos y cuando se hace una nueva obra en el pueblo, como actualmente están haciendo en la Calleja del Arco, en la calle Juan Criado o se hicieron en Romero de Torres, Angel Espejo o el solar contiguo al Hospital de la Caridad en la calle Francisco Bonilla, no se hace ninguna cata arqueológica.

sábado, 22 de enero de 2011

La torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina (II)

La torre de Santa Marina es una torre hecha con sillares de piedra caliza de tamaño regular. Sus dimensiones son de unos seis por seis metros de lado. Siendo su base casi cuadrada. En su exterior encontramos ciertos elementos que la encuadran en la arquitectura gótica.

Del suelo al campanario encontramos en un primer lugar, una serie de lápidas dispuestas en forma de cruz. La central es posterior a las dos laterales. Quizás, en un principio, estuvieron puestas en otro lugar. Al colocar la última, en el periodo en el que se estaba reconstruyendo la iglesia en el siglo XVIII, se dispuso que se colocaran al pie de la torre para hacerlas públicas al resto de los vecinos del pueblo, junto a la más reciente.
Las lápidas hablan sobre la vocación a la Virgen de Guadalupe y la fundación de una obra pía en honor a dicha Virgen otorgada por el  tercer conde, Francisco Gutiérrez de los Ríos,  y como su nieto, el Conde don Carlos José Gutiérrez de los Ríos, restaura y  mantiene.

Lápidas de las fundaciones creadas por los Condes de Fernán Núñez

Las filas de sillares quedan interrumpidas hasta llegar a los restos de un matacán que le otorga su carácter defensivo y militar. El matacán podría pertener a la antigua terraza de dicha torre y que fue cerrado creando una cornisa  al hacer un segundo cuerpo que hacía de campanario. También se puede ver como debajo del matacán hay una saetera, una ventana pequeña por la que se arrojaban flechas o piedras a los enemigos.

Por matacán entendemos esa obra voladiza, prácticamente sin suelo, que se sitúa encima de las torres o muros, sobraliendo para poder atacar mejor al enemigo cuando este se sitúa a los pies de la muralla o de la torre durante un ataque, ya que ofrece las aperturas necesarias para arrojar armas.

Comparación de los restos del matacán de la torre de Santa Marina y de un castillo de la misma época. En el segundo se puede ver como está abierto aún el matacán por su parte inferior.

Debajo del matacán vemos un friso compuesto por bolas y diamantes, que rodean a la torre por completo en todos sus lados (excepto en el lado que pega a la nave, que se encuentra tapado por esta y no se puede observar) Además en la parte central hay un ensanchamiento donde se muestra un libro abierto y que contiene carácteres góticos, que no he podido identificar por el mal estado de las mismas y porque el zoom de la cámara no avanzaba más.

Detalle del libro que hay en el friso, debajo del matacán




Hasta aquí, no había cambios entre la torre de la primitiva iglesia de Santa Marina y la actual, exceptuando las placas de la dote de los condes, que se colocaron a posteriori o se remodelaron colocando encima y de forma vertical la de menor antigüedad. 
El campanario primitivo tenía un pináculo como se puede observar en el cuadro de La procesión de la Virgen de Guadalupe.

Detalle y modificación del cuadro de "La procesión de la Virgen de Guadalupe"

Dicho pináculo se perdió, dando paso a la cúpula actual que termina en una veleta con la forma de Santa Marina de Aguas Santas. En cuanto al cuerpo del campanario data de la reconstrucción de 1724 - 1740. Está prácticamente hecho de ladrillo en su totalidad. En su cara occidental tiene el reloj, del que desconozco su fecha de colocación y si hubo alguno posterior. 


Parte superior del campanario. Foto de Salvador López, extraída de Fernán Núñez en imágenes

Las campanas fueron restauradas entre febrero y marzo de 2001, afrontada por los donativos de la población. La sujeción de las mismas estaba hecha con yeso y suponía un riesgo para los vecinos.
También se ve como las ventanas eran de mayor tamaño y se fueron cegando, bien en la reforma del dieciocho o poco tiempo después. Son ocho ventanas, dos en cada lado, sin ninguna ornamentación con arcos de medio punto, de las cuales, seis, alojan las campanas. Las del lado oriental son más pequeñas, por no alojar campanas.

Campanario de Santa Marina. Foto de Salvador López, extraída de Fernán Núñez en imágenes.
Por último, más de una vez me comentaron que tenía cierto parecido con la torre-campanario del siglo XVI que Hernán Ruiz el Joven, construyese para la iglesia fernandina del mismo nombre de la capital cordobesa.

Torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas en Córdoba
 Aunque la de Fernán Núñez es mucho más rudimentaria, sin apenas ornamentación, si que presenta algunas similitudes: la cordobesa tiene una cornisa parecida al matacán; la cúpula que la corona; que ambas veletas tenga fisionomia de santo (la forma de San Rafael en el caso de la cordobesa, y con forma de Santa Marina en la de la villa) y la forma de las ventanas.

La primera parte se puede leer aquí: La torre-campanario de  la Iglesia de Santa Marina (I)

martes, 18 de enero de 2011

Cortijo de la Alamedilla (popularmente, La Lameilla)

Quien siga con frecuencia el blog y conozca poco Fernán Núñez puede tener la sensación de que la historia de mi pueblo solo es aquella de sus señores y mandamases. En parte, con dinero y procedencia noble, en la época en la que estés, podrás dejar tu nombre para la posteridad con grandes obras y hazañas.  No quiero decir con mis palabras que no hiciesen en el pasado, hagan en el presente o llegarán a hacer en el futuro cosas buenas o importantes, sino que es injusto para aquellas otras personas que de origen humilde se ponían a trabajar al amanecer y no terminaban hasta el ocaso. Estas si que hacían algo de gran mérito: dar de comer, criar y educar a lo que ha mantenido viva esta villa durante siglos y siglos: sus vecinos, sus habitantes.

Quizás por su proximidad con el actual cortijo y anterior villa de La Morena, que estuvo muy vinculada con Fernán Núñez, el Cortijo de la Alamedilla  (a partir de ahora lo escribiré como La Lameílla) fue un sitio clave para mi familia. Mi abuelo Francisco Cardador López fue aperaor del mismo, posteriormente le sucedió mi tío el mayor, Juan Cardador Ariza y actualmente su hijo mayor, como si fuera un mayorazgo de los del medievo,  Francisco Cardador Moyano, es el aperaor actual. Hoy es un día triste para mi familia, La Lameílla ha vuelto a perder a otro de sus aperaores. 

Vistas del caserío de La Alamedilla
 Por supuesto, fue como la mayoría de los cortijos de Córdoba de propiedad señorial probablemente hasta su venta a una de las familias de la aristocracia cordobesa que comenzaron a adquirir alguno de los grandes cortijos de la nobleza en el siglo XIX. Fue señorío para algunos nobles como Pedro Fernández de Montemayor, hermano de Inés Alonso de Montemayor, sexta señora de Fernán Núñez.

Localización en el Sig Pac
El cortijo se ubica hacia el Monte de La Morena, cerca del arroyo de la Alamedilla, en plena campiña de tierras calmas, al sudeste de la capital cordobesa. Está bastante alejado de Fernán Núñez, y como se ve en el mapa del SIGPAC está más próximo a Córdoba que a nuestra villa. Pero es algo típico de nuestro pueblo, nuestro excaso término municipal siempre ha conducido a nuestros vecinos a trabajar en el término de Córdoba o de La Rambla como aún hoy sucede.

El caserío se dispone en torno a dos patios: uno principal y otro secundario. Se iniciaron las obras en 1929 haciéndose una construcción de dos alturas en fachada, precedida por una era con muros de contención. Cocina con zahurda, granero, cuadras... son algunas de sus dependencias. En 1940 se prolongó uno de sus flancos y se hizo una nueva nave para guardar paja, próxima al camino de entrada al cortijo. En 1950 nuevamente se amplió, creándose otro patio con dependencias para los trabajadores, donde tantas y tantas veces han dormido mi abuelo, mis tíos y mi padre. 

Estatua del Sembrador, obra de Juan Polo. Extraída de Fernán Núñez en imágenes
Sirva esta entrada para recordar a mi abuelo y a mi tío, para recordar tantos años de esfuerzo y trabajo duro y para recordar a todos los agricultores, padres de los fernannuñenses actuales.

domingo, 16 de enero de 2011

La torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina (I)

Después de la Torre de Fernán Núñez de Témez, este es nuestro monumento más antiguo. Su carácter civil-religioso le dan una singularidad que la hacen única entre los campanarios de la provincia. Aunque puede parecer una torre austera y con poca gracia en una primera vista, esta torre cambia con solo fijarse en sus detalles, aunque habrá que afinar la vista (tranquilidad para quien sea miope como yo, que para eso las cámaras ya tienen zoom)

Santa Marina a principios del siglo XX. Tomada de Fernán Núñez en Imágenes
De su origen poco se sabe y hay ciertas incógnitas:

¿Se hizo exclusivamente en 1385 cuando se empezó la construcción de la Iglesia de Santa Marina?
¿Se hizo inicialmente como parte del recinto amurallado o del castillo Fernán Núñez?
 ¿Era de origen árabe?

Lo cierto es que usando la lógica, carece de sentido que haya dos torres tan próximas (la de Fernán Núñez, del Palacio Ducal y la que hablamos) así que pesonalmente, creo que todo apunta a que esta torre se construyó después en la zona donde más se necesitaba, la parte donde la defensa del castillo de Fernán Núñez era menor, porque no existe ningún accidente geográfico en su zona, sino todo lo contrario, el terreno se eleva hasta llegar al polideportivo municipal y la nacional 331 y existe la necesidad de crear una buena torre para poder visualizar ese lado con mayor facilidad. Luego bajo mi punto de vista, no es de origen árabe sino de época cristiana.

Vistas desde la parte alta del pueblo. Extraída de Fernán Nuñez en imágenes.

Probablemente la nueva torre ganó en campo visual a la de Fernán Núñez, unos metros más abajo. Esta ventaja defensiva, así como la saturación de edificios que debía de haber en la Plaza de Armas, harían que fuese la elegida para defender la nueva iglesia que se iba a construir.

Jardinito con la Torre. Extraída de Fernán Núñez en imágenes
 Pasó el tiempo y las murallas  se fueron alejando de la torre y de la iglesia. A sus pies se instaló el primer cementerio de nuestra localidad que perduró hasta hace unos dos siglos, es decir, lo que hoy es la fachada principal de la Iglesia, era antes todo lo contrario, la parte posterior. Y ya en el siglo XX se hizo un jardinito en aquel antiguo cementerio. Este jardín duró hasta finales de los años 70, dejándose solo las palmeras y árboles de mayor tamaño.

El aspecto de esta torre ha cambiado con los siglos, sobre todo su parte superior que ejerce de campanario. Sin embargo ahí lleva, mínimo 625 años. En su primera época ,contemplando el horizonte: las vistas desde la misma son espectaculares, pues se contempla pueblos como La Rambla, que a duras penas se ve desde cualquier casa de Fernán Núñez. Más tarde como campanario, viendo como surgía un pueblo en torno a ella y hoy, como pie de entrada a una imponente iglesia barroca.

Continúa en La torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina (II)

viernes, 14 de enero de 2011

La primitiva Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas

Desde 1385 hasta 1724, es decir, durante más de tres siglos, en el lugar donde hoy se levanta la parroquia barroca de Santa Marina de Aguas Santas, del XVIII, hubo otra parroquia con la misma advocación, de la que hoy quedan pocos restos y que vamos a intentar descubrirlos en esta entrada.

Su fundación se debe a dos personajes históricos:

1. Diego Gutiérrez de los Ríos y García de Aguayo: fue el que pidió el permiso para trasladar otra parroquia con igual advocación hasta su fortaleza de Fernán Núñez, tras una incursión de los ejércitos árabes del reino de Granada que destruyeron la misma así como el poblado que también era de su juridiscción, llamado Abencalez.

2. El Obispo de Córdoba, Juan Fernández Pantoja: fue quien dió permiso para su traslado desde Abencalez y nombró a una serie de constructores para que eligiesen donde ubicarla.

Lauda sepulcral de los cinco obispos (lápida de Don Juan Pantoja) Mezquita Catedral de Córdoba
 El 13 de febrero de 1385 se elige el sitio y se crea la escritura de la nueva iglesia, comenzando su construcción adosada a una de las torres de la fortaleza. Esta torre es el único testimonio material que queda de aquella primitiva iglesia, y por tanto, hablaremos de ella en una entrada a parte. Aún así, su cuerpo superior ha cambiado también con el paso de lo siglos, como lo demuestran algunos documentos gráficos de nuestra Villa.


Plaza actual de la Iglesia de Santa Marina con la torre original del siglo XIV
Los materiales usados para su construcción provenian de la antigua aldea de Abencalez y se construyó orientando su ábside hacia el oriente, hacia donde sale el sol y hacia Jerusalén, como la mayoría de las iglesias que se construían tras la reconquista. Todos los expertos apuntan a que esta iglesia se construyó siguiendo las trazas de las iglesias fernandinas de Córdoba (Santa Marina, Magdalena, Santiago...)

Para su descripción vamos a usar la única imagen que he encontrado de ella, procede del cuadro "Procesión de la Virgen de Guadalupe"  restaurado por la Asociación Los Ríos y que se puede visitar en nuestro Ayuntamiento.


Cuadro "Procesión de la Virgen de Guadalupe" en el Ayuntamiento

Ampliando, podemos ver la silueta de la antigua iglesia de Santa Marina y adivinar algunas de sus características. Este cuadro es de una fecha indeterminada pero todo a punta a que pertenece a la segunda mitad del siglo XVII luego aún faltaba unos cien años para la reconstrucción de esta iglesia.


Detalle del cuadro anterior
Para ayudar a entender mejor cómo era lo mejor es visitar este cuadro en el Ayuntamiento (ya que en la foto no se llega a apreciar bien) Cómo habrá gente que no podrá  ir hasta allí ayudo con unas lineas a descubrir cómo era.


Trazas identificables


Por tanto podemos distinguir las siguientes estructuras:

Al menos un ábside de forma semicircular en la parte más occidental del templo, donde se situaría el altar mayor. Probablemente el altar mayor estuviese dedicado a Santa Marina de Aguas Santas, hasta que posteriormente fue modificado en el siglo XVI para alojar la imagen de la Virgen de Guadalupe. 

Vemos que la puerta lateral que actualmente se encuentra en la capilla de Nuestro Padre Jesús Caído ya se encontraba en esta primitiva iglesia en el mismo sitio. Que poseía dos contrafuertes a cada lado y estaba enmarcada por tres escudos nobiliarios, que no se puede apreciar muy bien a qué casas representaban. La longitud también era menor que la actual, el ábside ocuparía el lugar donde hoy se encuentra la cúpula del crucero que conecta el altar mayor con los del Nazareno y el de la Inmaculada Concepción que están frente a frente.

Comparación del aspecto de la puerta del cuadro con la actual


El tejado parece delimitar tres naves, la central de mayor altura y anchura. En el siguiente dibujo he adaptado el plano de una iglesia románica de Baeza que podía tener muchos puntos en común con esta primitiva parroquia.
Posible planta

La altura de la antigua iglesia era menor que la de la actual. Para ello comparo las fotos siguientes, donde vemos como antiguamente el matacán de la torre quedaba más alto que el punto central del tejado de la nave mayor. La actual nave mayor ya toca el matacán por su zona más baja. Esto le daba a la torre un aspecto diferente, no tapaba su cara oeste como ocurre actualmente y al no tener la gran cúpula del crucero de la actual iglesia, la torre disponía de mayor campo visual, para así poder ejercer su función defensiva, a parte de la de campanario.


Comparación de la torre actual con la que nos muestra el cuadro


De su conexión a la muralla o cerca que protegía al pueblo a penas se puede contar nada aunque en uno de sus laterales quedan restos de almenas como demuestra la siguiente fotografía. Estas son un gran enigma, tanto por su altura como por su dirección. 

Restos de almenas vistos desde el Jardinito de Santa Marina

Con respecto al interior poco se sabe. En la revista de feria de 1992 hay un artículo  de Antonio Garrido, sobre una capilla  que se perdió con la reconstrucción, la capilla de San Ildefonso. Así lo demuestra un contrato firmado en junio de 1581 entre el presbítero de nuestra iglesia, un pintor y un carpintero para la confección de un retablo sobre dicho santo. La pila bautismal actual se supone que sigue siendo la misma que la de aquella primitiva iglesia y según la tradición esta procedía de la iglesia de Abencalez, según contaba Alfonzo Zurita en una de sus crónicas. 


El décimo señor, don Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas dejó en su testamento, en 1531 la construcción de la capilla mayor, con un suntuoso enterramiento donde dispuso que fuese sepultado, siendo el primer señor que dejó de ser sepultado en el Sagrario de la Mezquita Catedral de Córdoba y el primero en serlo en esta iglesia.

Aún hoy se conservan muchas piezas de orfebrería, como cálices, de esta primera época.


Esta iglesia recibió la orden de derribo por parte del obispo de Córdoba, Marcelino Siuri en 1724 y sería sustituida por la actual desde 1740 hasta el día de hoy.

martes, 11 de enero de 2011

El Hospital de Los Ríos (II)

Si en la parte "uno" se hizo un recorrido por la historia del Hospital, ahora lo vamos a hacer a nivel artístico.

Originariamente formaría parte de las “casas mayores” de don Lope Gutiérrez de los Ríos, que fueron nombradas en su testamento de 1441, y al menos existentes en época de sus padres los señores de Fernán Núñez,  por lo que se pueden remontara la centuria anterior.

La casa actual se construyó en el siglo XIV sobre obra anterior a la que se adapta el pórtico mudéjar del segundo patio. El año 1569 se inician las obras renacentistas del patio principal, se embellece con la colocación de dos columnas de estilo dórico y se construye la capilla. 

La fachada principal fue realizada por Jerónimo Ordoñez.  Está compuesta por un cuerpo principal de dos plantas con portada de corte manierista, de dos cuerpos. El superior contiene los dos escudos similares de la casa de los Gutiérrez de los Ríos, dos balcones y en el nicho central tiene una escultura de la Virgen con el Niño.  El resto de la fachada, tiene zócalo y huecos de proporción vertical y composición homogénea.

Detalle de la fachada: Virgen y niño
Balcón de la izquierda, con el escudo cardenalicio de Los Ríos
Blacón de la derecha con un escudo similar al anterior

Los dos patios principales son de forma irregular.  El situado más al oeste está conectado con  una galería al jardín posterior y tiene arcos de medio punto sobre columnas y capiteles. También existe al fondo un jardín dividido en dos partes por un muro y con niveles distintos estando solo en uso la más próxima a la edificación. 

Patio renacentista

El segundo patio claustrado tiene unos arcos peraltados del siglo XVI. 

Patio de arcos peraltados

 En total, se han catalogado en esta casa: un capitel romano decadente, cinco capiteles visigodos, dos de ellos muy interesantes por no tener compañeros en la mezquita y cinco árabes del tiempo de Almanzor. Cuenta con algunos artesonados mudéjares muy interesantes.

Artesonado
A partir del siglo XVII se produce un deterioro continuo del edificio hasta mediados del siglo XX en el que se realizan reformas bajo la dirección del arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría. Finalmente se inició la rehabilitación en los primeros años del siglo XXI con el convenio de cooperación entre la Universidad, el Ayuntamiento de Córdoba y la Fundación Santa María de los Huérfanos. También se realiza una intervención arqueológica que se puede consultar aquí. La fachada fue restaurada recientemente.
La fachada principal, después y antes de restaurarla.
Hay constancia documentada de cómo la Junta familiar cuidaba el edificio y adornaba con obras de arte, que han desaparecido En el portal hay un gran lienzo, y en la escalera, un crucifijo que dicen estuvo en la capilla.

Cristo crucificado que se conserva en la escalera
Fotos extraídas de la Fundación Hospital Santa María de los Huérfanos
Primera parte de esta entrada en: El hospital de los Ríos (I)


 

El Hospital de Los Ríos (I)

El Hospital de Los Ríos, que es como comúnmente se llamaba al Hospital de Santa María de los Huérfanos, está situado en la calle Agustín Moreno nº 3, en la ciudad de Córdoba. Al frente tenemos el Convento de Santa Cruz, y a la vuelta de la esquina la Basílica de San Pedro.

Imagen aérea de la localización

En la anterior entrada publicada, desglosábamos los hijos de don Diego Gutiérrez de los Ríos y García de Aguayo, y veíamos que su segundo hijo, don Lope Gutiérrez de los Ríos y Montemayor se convertía en canónigo de la Mezquita Catedral. Fue un apoyo incondicional para el Papa de Avignon. Benedicto XIII, llamado el antipapa. Don Lope terminó siendo obispo de Ávila y Cardenal. Así lo demuestran los escudos de dicho hospital, en el que se muestra el escudo de los Ríos bajo el galero o sombrero de ala ancha y las quince borlas a cada lado.

Estatua de Pedro de Luna (Benedicto XIII) en Peñíscola

El segundo hijo del señor de Fernán Núñez, fundó el 21 de junio de 1441 este Hospital de dicho nombre, para el recogimiento de pobres, prefiriéndose sobre todos a los descendientes de sus padres, ya fuese mujer u hombre, mandando que si alguno estaba en indigencia se le socorriese por el patrono. Llamó como patronos, a los descendientes de sus padres, sin señalar línea preferente, y que a la muerte del patrono se juntaran los demás familiares y eligieran el que debía ser Patrono y llevar la administración del dicho Hospital.

Dejo la fundación generosamente dotada con bienes comprados por él, 33 casas y más de 1.000 fanegas de tierra en las fincas Valchillón, Perelada, Justa Martín y la Dehesa de Galapagares.


El primer patrono de este hospital fue su sobrino Alfonso Gutiérrez de los Ríos, que sería el octavo señor de Fernán Núñez. Destinó algunas habitaciones separadas donde albergar a los parientes pobres, sin confundirlos con los enfermos, y siempre eran hombres, pues nunca hubo enfermería para mujeres. Don Alfonso no encontró en el testamento de su tío bases fijas y generales para el gobierno de aquella casa, y como veía que había muchas exigencias de parte de los parientes que eran alojados, formó una junta con los más ricos de la familia de Los Ríos y redactaron unas ordenanzas o constituciones que no fueron reformadas hasta el siglo XIX.

La  junta ejerció sus funciones con notable parcialidad a favor de los parientes (parece que era un  hospital muy "familiar", y no por el trato sino por la admisión) a quienes hasta vistió en algunas ocasiones, llegando esta preferencia a poner en riesgo en 1612, la pequeña enfermería y quedar como  lo encontró Ramirez de Arellano en el XIX, reducido a una casa de vecinos o albergue de los descendientes del padre del fundador, sin que esta circunstancia se justifique, como debiera, para ser admitido. Desde aquella época fueron abandonando el hospital. Los parientes pleiteaban entre sí, y la Chancillería de Granada se hizo patrono y semidueño de todo aquello, hasta que en 1817 sin resultado, y después, en 1835, se trató de arreglar la administración del mismo encontrándose con una falta de fondos y de bienes.

Real Chancillería en la Plaza Nueva de Granada

 Todas las grandes casas nobiliarias surgidas del señor de Fernán Núñez, han tenido un patrono. Desde los Condes de Gabia hasta los de Torres Cabrera, siendo estos los últimos en ostentar el patronato hasta que pasa al Ministerio de Gobernación en 1925. 

Durante el siglo XX será restaurada, incluso recuperará alguno de sus edificios iniciales que les hizo perder su mala gestión. Finalmente en 1973 se convierte en una residencia de ancianos que perdura hasta hoy. Con este trayecto desde el siglo XV hasta hoy, está reconocido como una de las fundaciones más antiguas de España.


Página web de la Fundación: http://www.lope1441.org/
La entrada se completa con una primera parte que puedes leer aquí: El Hospital de los Ríos (II)

domingo, 9 de enero de 2011

Diego Gutiérrez de los Ríos (III)

Don Diego Gutiérrez de los Ríos y García de Aguayo, 6º señor de Fernán Núñez y Abencalez, fundador de nuestro actual Fernán Núñez, tuvo los siguientes hijos con doña Inés Alfonso de Montemayor:


1.° Diego Gutiérrez de los Ríos y Alfonso: primogénito que heredaría el título de 7º señor de Fernán Núñez. 
2.° Lope Gutiérrez de los Ríos y Alfonso:  Canónigo, Maestrescuela de Córdoba, gran valido del antipapa Benedicto XIII y fundador del hospital de Santa María de los Huérfanos en Córdoba  (también conocido como Hospital de los Ríos) y de los mayorazgos de Ascalonias y Murillo en dos sobrinos suyos. Otorgó testamento en Córdoba, el 21 de Junio de 1441, ante Martín Gómez. 

Hospital de Los Ríos en la calle Agustín Moreno
  3.º Juana Gutiérrez de los Ríos y Alfonso, esposa de Lope Ochoa de Caicedo, Comendador de Calatrava después de viudo. De este matrimonio proceden en Córdoba las casas de Caicedo y Saavedra, los Marqueses del Villar, de Ascalonias y de la Puebla, y los Condes de Villanueva, la Jarosa, Taholú, Peñaflor y Torres Cabrera. 

Escudo del Palacio de la Marquesa de Escalonias en Antequera (en el centro, armas de los Gutiérrez de los Ríos)




Fachada del Palacio de la Marquesa de  Escalonias de Antequera

4.° Aldonza Gutiérrez de los Ríos y Alfonso, llamada también Aldonza López de Haro, como su  abuela materna. Casada con Gómez García de Sotomayor, de la Casa de los Marqueses del Carpio.

 De esta sucesión destaca por un lado la figura del segundón don Lope Gutiérrez cuyo papel en la ciudad de Córdoba fue muy relevante. Por otro lado, su hermana Juana, que será tronco común para todas las casas nobiliarias que se citan anteriormente.

Entradas complementarias en este blog:
Diego Gutiérrez de los Ríos (II)
Diego Gutiérrez de los Ríos (I)

viernes, 7 de enero de 2011

Diego Gutiérrez de los Ríos (II)

El matrimonio de don Diego con doña Inés Alfonso de Montemayor y la dote otorgada a esta por sus progenitores, desvinculó por línea directa, a los Fernández de Córdoba de sus estados de Fernán Núñez y Abencalez. Ahora pertenecían a una nueva Casa Nobiliaria: los Gutiérrez de los Ríos.

Durante los siguientes seis siglos, será la casa que ostentará el título de primero señor, después conde y posteriormente duque de Fernán Núñez.

Castillo de la Estrella, en Teba, pueblo a medio camino entre Ronda y Antequera
Don Diego Gutiérrez de los Rios fue Alférez Mayor, Veinticuatro de Córdoba - cargo de la Edad Media que puede equivaler a concejal- y Alcaide del Castillo de Teba en Málaga. Sirvió a los reyes don Pedro I, el Cruel, y don Enrique II. Cuando el primero, mandó degollar a Alonso Fernández de Córdoba, señor de Montemayor, que era su cuñado, y a sus primos, Gonzalo y Diego Fernández de Córdoba, señores de Cañete y de Chillón, respectivamente, pasó al servicio de don Enrique de Trastamara, ayudándole a conquistar el trono de Castilla. Por esta causa, el rey Enrique le libró de pagar impuestos a la corona por su villa de Fernán-Núñez, que traía en dote su esposa, lo que confirmó después el Rey don Juan I el 10 de Septiembre de 1382, y además le concedió la facultad para fundar mayorazgo en su hijo mayor. Por dicha facultad, Diego Gutiérrez de los Ríos y su esposa fundaron mayorazgo del estado de Fernán-Núñez, con obligación de apellido y armas, el 31 de mayo de 1382, ante Pedro García y Guillén Gómez, escribano público de Córdoba. 

Juan I de Castilla
 Sin lugar a dudas este es uno de los principales acontecimientos para que surgiese nuestro pueblo. El otro fue la destrucción del poblado e iglesia de Abencalez en el mismo año de 1382. Cuando ocurrió tal tragedia don Diego se encontraba en Córdoba y a su vuelta se encontró con un panorama desolador en la antigua alquería tras ser arrasada por las tropas de Muhammed V de Granada, que tantas veces había sido enemigo de Enrique II.  En 1385, este señor suplicó al obispo de Córdoba, Juan Fernández Pantoja, que eligiese sitio para la construcción de la Iglesia Parroquial en su fortaleza de Fernán Núñez, por quedar despoblado Abencalez, lugar donde estaba la Iglesia y  pila bautismal. Admitió esta súplica el obispo y nombró a Francisco González Desa, Maestre Escuela de la Catedral de Córdoba y otros que fueron los que señalaron el sitio en el que hoy se conserva la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas, como consta en escritura pública del 13 de febrero de 1385.

Ubicación inicial y actual de la Parroquia de Santa Marina desde 1385
Falleció el 28 de Enero de 1405, gozando de una larga vida. En su testamento se mandó enterrar en su capilla del Corpus Christi, en la Mezquita-Catedral y que allí fuesen enterrados todos sus descendientes y su esposa doña Inés. Declaró su matrimonio y sus hijos, ratificando la fundación del mayorazgo que lleva el nombre de nuestro pueblo y  reconoció un hijo que nació antes de casarse, con María Rodríguez llamado Juan Gutiérrez de los Ríos.