viernes, 29 de abril de 2011

La ermita de la Caridad (IX)

Y para terminar, la búsqueda de los restos del Hospicio por los alrededores de la actual ermita,  hizo que me fijara en las casas adyacentes a dicha ermita. En la casa arriba (número 19) encontré un detalle en sus puertas que me llamó la atención.

Puerta de la casa nº 19
Si nos fijamos en la parte superior de dicha puerta, a pesar de las múltiples capas de pintura podemos observar que hay dos escudos en su parte superior.

Detalle de la puerta
Los dos escudos tienen en su interior un corazón, símbolo que se asocia a muchas de las antiguas Cofradías de La Caridad. Lo que no sabemos es si estas puertas siempre estuvieron en esa casa, sirviendo esta como parte del Hospicio o quizás fuesen las oficinas que se construyeron para los franciscanos en su tercera y última refundación a finales del XVIII o  bien, fueron trasladadas a esta casa desde el antiguo Hospicio, situado en otra de las casas adyacentes tras la venta o desamortización de alguna de sus partes.

Lo positivo es que a pesar de todas las circustancias desfavorables, siempre habrá alguna huella del pasado, que muestre la magnificiencia que este Hospicio y su ermita tuvieron siglos atrás.


Fotos y texto del autor del blog. Nuevamente dar las gracias a Juan Luis Ramírez Zurita.

Entradas relacionadas:
La ermita de La Caridad (I)
La ermita de La Caridad (VII)
La ermita de La Caridad (VIII)

jueves, 28 de abril de 2011

La ermita de la Caridad (VIII)

Y, pensándomelo bien, si hacerla o no, aquí está la entrada del interior de la ermita de La Caridad:


Siguiendo el orden, desde su fachada a la parte final, podemos ver como su techo es una bóveda de arco rebajado con algunas molduras y pilastras.


En su parte central hay una cúpula y en una de las pechinas sobre las que se apoya tenemos la imagen de uno de los evangelistas. Escultura probablemente de época reciente, correspondiente a la última restauración posterior a la Guerra Civil. No sé si habría más evangelistas y se desprendieron o si realmente nunca se llegaron a colocar. 


En la parte final tenemos el espacio que correspondía al Altar Mayor y su camarín, hoy tapado por una cortina y por cajas y amontonadas.



Este es el aspecto del camarín en su interior, dicho camarín albergó probablemente la imagen de Nuestra Señora de la Salud (según consta en el Madoz del 1830) y posteriormente, de la Virgen o Nuestra Señora de La Caridad de la cual consta, mediante los archivos, que había una imagen.

De los muros laterales poco podemos hablar, entre objetos amontonados y muebles podemos ver restos de puertas que comunicaban con las estructuras explicadas en la anterior entrada.


Y sobre todo lo que se ve es como se viene abajo cada día que pasa, a pesar de que ya quede poco de lo que  fuese la ermita inicial y aquel hospicio, a pesar de que no tenga un uso concreto, excepto los días de Semana Santa. Las goteras en sus techos, las humedades, las plantas que crecen en su fachada y en sus muros laterales acabarán venciendo a estos 486 años de Historia de Fernán Núñez. 

Tampoco entiendo muy bien porque se acumulan tantas cosas en su interior y se le ha dado esa función de almacén.

Sería una lástima que llegue el 2025, y cumpla quinientos años de su primera fundación e irónicamente nadie tenga la intención  de devolver lo que este hospicio y su ermita hizo tantos siglos con la gente de nuestro pueblo y de fuera: ayudar y reparar.


Agradezco muy especialmente la ayuda de Juan Luis Ramírez Zurita.

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La ermita de La Caridad (VII)
La ermita de La Caridad (IX)

domingo, 17 de abril de 2011

La ermita de La Caridad (VII)

Visto su frontal pasemos a su único y muy deteriorado lateral visible.

Aspecto actual de la fachada lateral

En el siguiente esquema he hecho un perfil de la fachada. En morado he sombreado las ventanas o puertas que están tapiadas, mientras que en rojo he trazado los restos de costrucciones que parecían estar adosadas a ese lateral.
Esquema de la fachada
 1. Ventana
Conforme avanzamos desde la actual plazuela de La Caridad, desde la calle Escultor Francisco Bonilla hasta su interior, encontramos en primer lugar esta ventana  rectangular y tapiada. Parece que luego se hizo una construcción justo en ese lado de la ermita que la dejó sin función y por eso fue tapiada. Dicha construcción cerraría el acceso a esa zona del Hospicio donde se encontraba la puerta lateral y por eso, quizás se tapió la puerta lateral ya que ahora los feligreses sólo podía acceder a la ermita por la puerta principal, a los pies de la nave o quizás siguió operativa para que desde el interior de la ermita se permitiera al acceso al patio formado.



2. Puerta lateral y ventana
De la puerta lateral ya hablamos en la anterior entrada. Ahora nos centramos en la ventana, también tapiada que está junto a ella.  Parece que en su parte superior presentaba un arco de ladrillo, a juego con el dintel y las jambas de la puerta adyacente.


3. Ventana de la parte superior de la cúpula y cúpula
Junto con el ojo de buey, es la única ventana que aporta luz al interior de la actual ermita. Se situa justo debajo de la cúpula central. Para el sustento de la cúpula, este lado de la pared cuenta con dos grandes contrafuertes y vamos a ver como existía una dependencia en su parte más baja.


4. Restos de una dependencia
Parece ser que a los pies de la cúpula había una dependencia anexa a la antigua ermita, consta de una ventana tapiada y de una puerta.Quizás se tratase de una antigua sacristía o una zona de paso entre la ermita y el antiguo hospicio que podía situarse en la casa de abajo o de su derecha.




5. Muro y restos de dependencias
Una vez pasamos la cúpula aparece un gran muro hecho con materiales de acarreo y ladrillos que probablemente cerraba una nueva habitación mucho más estrecha que la anterior, pero de mayor altitud. Quedan restos de su tejado así como de la decoración de las estancias, como podemos ver en la siguiente foto.

Una vez pasamos el muro encontramos un arco de ladrillo tapiado muy próximo al suelo.


 6. Arco y sótano.
En el fondo tenemos un muro de contención, pues el terreno fue allanado para construir dicha ermita, ya que la cota va ascendiendo (como se puede comprobar en la calle próxima, Juan Criado) Aproximado a este muro tenemos un arco de poco más de un metro, pero en este caso no está tapiado.


Si observamos en su interior, a parte de mucha basura, restos óseos y una cometida que circula de forma abierta, sin tuberías, al fondo encontramos unas escaleras. Dichas escaleras conducen al camarín de la ermita




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sábado, 16 de abril de 2011

La ermita de La Caridad (VI)

 ERMITA DE LA CARIDAD (ACTUALMENTE): FACHADA PRINCIPAL

Una vez terminada su historia vamos a conocer como es hoy la actual ermita de La Caridad, que como hemos dicho está cerrada al culto y que se encuentra en el mismo lugar que la primitiva ermita de Santa Ana,  del siglo XVI y luego llamada de Nuestra Señora de la Salud. Y lo vamos a hacer con su exterior.

Aspecto actual con un muro en el solar vacío adyacente
Vamos a describir su fachada frontal y el lateral que queda al descubierto por dar a un solar vacío,  concretamente en su lado derecho donde hay restos de construcciones, y otros restos que vamos a analizar en otras entradas que pertenecerían a las dependencias de los franciscanos o al antiguo hospicio.

Aspecto tras el muro
 Su fachada frontal, que da a la calle Escultor Francisco Bonilla o calle Empedrá, probablemente sea una copia o restauración de la última que tuvo antes de su incendio, que pertenecía al siglo XVIII  y por tanto, seguía  los cánones imperantes en los últimos momentos del barroco y tocando ya el neoclasicismo que iba a triunfar como estilo característico de finales del dieciocho. Tiene una pequeña plazoleta de escasas dimensiones probablemente como consecuencia de su antiguo cementerio, que se extendía  a sus pies y a su alrededor. Es de una única nave, de planta rectangular. Lo más normal es que aparquen coches en la plazuela, bloqueando la parte de la puerta principal(impidiendo incluso fotografiarla) y además tiene los contenedores de basura de la zona justo en la fachada (y esta política de protección del patrimonio es la que práctican los políticos de mi pueblo desde que tengo uso de razón)
Esquema frontal
1. Actual puerta principal. 
La puerta se enmarca en dos pilastras. Con un frontón entrecortado que aloja una hornacina.
Detalle de la puerta
Antiguamente hubo otra puerta en el lateral, no sabemos si desde un principio, por ser tantas las refundaciones que hicieron y se encuentra justo antes de la mitad de la nave. Dicha puerta está tapiada actualmente (se observa si se traspasa el muro blanco adosado -foto 1- a la ermita que se ve desde la calle) Como vemos en la imagen su dintel y jambas estaban hechas de ladrillo, recordando al estilo de la puerta  de la parroquia de Santa Marina

Puerta lateral tapiada
2. Hornacina y ojo de buey


Detalle de la hornacina
 Situada en el centro de la portada, tenemos una hornacina con una terminación en forma de venera o concha  en su parte superior.  A su vez se remata por una cruz. Analizando más de cerca vemos la imagen de una mujer que sostiene en brazos un niño desnudo. Dicha imagen es del escultor local Juan Polo y es una alegoría a La Caridad.

Detalle de la alegoría de La Caridad, de Juan Polo

El ojo de buey es de las únicas aperturas hacia el exterior que conserva la ermita, y que no está tapiada. Como vimos en otras entradas, el grabado de Vicente Mariani de 1787 ya nos mostraba un ojo de buey



3. Espadaña
La espadaña tiene dos arcos para alojar dos campanas diferentes. Sin embargo solo aloja una. Quizás recordando la vieja tradición, que ya narré en otra entrada, de la campana de Abencalez encontrada por Juan Criado de Fuentes, uno de los precursores  del hospicio y la ermita en su segunda fundación que la colocó en dicha espadaña.  Sin embargo, en el grabado de Mariani observamos una espadaña que solo parece alojar una única campana, porque solo tiene un arco en ella y no dos como en la actual.

Apenas tengo conocimientos de arquitectura, por ello puedo cometer errores al expresar las formas y estilos arquitectónicos.
Información y fotografías del autor de este blog, agradeciendo especialmente la ayuda y el debate continuo de Juan Luis Ramírez Zurita.

miércoles, 13 de abril de 2011

La ermita de La Caridad (V)

 SIGLO XIX y XX: ERMITA  DE LA CARIDAD 


Nos vamos aproximando a nuestros tiempos en el recorrido de la historia de la ermita. En el siglo XVIII se pierde una de las partes más importantes, tan importante que hasta eclipsaba las auténticas advocaciones de la capilla y el hospicio en siglos anteriores (de Santa Ana y de Nuestra Señora de La Salud): desaparece la Hermandad de la Santa Caridad, como cofradía asistencial y pasa a ser una cofradía penitencial. No obstante, el hospicio sigue en marcha ya que siguen en ella los hermanos franciscanos.

La actual cofradía de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima de la Paz y Esperanza es la heredera de aquella cofradía de la Santa Caridad. Durante el reinado de Isabel II dicha cofradía se reorganiza y cobra un fuerte impulso realizando estación de penitencia la noche del Miércoles Santo con sus titulares: la Santa Cruz, Jesús del Huerto, Jesús Caido, Jesús Humilde y Nuestra Señora de la Mayor Angustia. En 1883, Francisco Díaz y Jurado, el sacristán mayor y perteneciente la Orden Tercera de San Francisco,  dona un manto de terciopelo a esta última y imagen, hoy desaparecida.

[...] un hermoso manto de terciopelo negro con galón y fleco de plata fina, conteniendo además dicho manto doscientas setenta y dos estrellas de plata mediana, tres estrellas mayores de las cuales una sobredorada, y mucho mayor blanca figurando un sol y otras doce pequeñas formando un círculo
Esta donación es la última noticia que tengo sobre los franciscanos,  que estuvieron desde 1688, regentando el hospicio y cuidando de su ermita, mínimo hasta  el año 1883.

Los siguientes años son bastante confusos, la historia de España pasa por desamortizaciones y cambios de régimen  que  casi con seguridad, pues no he encontrado datos, afectarán a la débil institución y a su ermita. El proceso culmina con el abandono por parte de los franciscanos del hospicio y con el incendio de la ermita en la Guerra Civil.


Al acabar la contienda  se reorganiza la cofradía, aprobándose un nuevo reglamento en 1948. En la década siguiente se traslada la estación de penitencia a la noche del Miércoles y Viernes Santo sucesivamente y se abordan  las obras de reconstrucción de la ermita.  Por suerte, parece que no todo el edificio se perdió y que parte de lo que hoy podemos contemplar es del siglo XVIII de la época de su tercera refundación por don Carlos José Gutiérrez de los Ríos, sexto conde.

Antiguas imágenes de la Cofradía del Huerto
Desde finales del siglo XX hasta hoy, tenemos una ermita vacía, sin altares, con excasos restos decorativos que solo abre sus puertas en los ensayos de los costaleros y cuando el Domingo de Ramos hacen estación de penitencia las imágenes de la actual Cofradía que son trasladadas desde la Parroquia de Santa Marina, donde están ubicadas habitualmente. 

Una ermita que debe distar de lo que fue en el  pasado, cuando fue la principal iglesia de Fernán Núñez, durante la reconstrucción de Santa Marina de Aguas Santas en el XVIII, un lugar donde descansan aún hoy, muchos de nuestros antepasado pues sus alrededores, junto al cementerio de Santa Marina de Aguas Santas era el lugar de enterramiento de los vecinos de la villa, desde su primera fundación en el XVI hasta la creación forzosa por la epidemia de peste de 1785 del nuevo cementerio en torno a la ermita de San Sebastián.
 

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

domingo, 10 de abril de 2011

La ermita de La Caridad (IV)

SIGLO XVIII y XIX: ERMITA Y HOSPICIO DE LA CARIDAD 
(continuación) 

En esta etapa, no ocurre como en los anteriores siglos y gracias al grabado de Vicente Mariani  de 1787 he logrado encontrar algunas referencias para describir la ermita y su hospicio en dicha época. En el se reflejan las reformas acontecidas en nuestra villa por el sexto conde, don Carlos José Gutiérrez de los Ríos Rohan y Chabot. Entre estas reformas se encuentra la refundación del Hospicio de la Caridad que como no, aparecen en dicho grabado.
Grabado de Vicente Mariani
El grabado recoge con detalle las características de los principales edificios de Fernán Núñez en dichas fechas y que hoy aún se conservan. Así encontramos, por ejemplo, el arco que se crea para salvar el desnivel de la capilla del Nazareno en la Iglesia de Santa Marina o como ajusta las dimensiones de las torres del Palacio, haciendo una más ancha y otra más estrecha, como ocurre en la realidad. Por tanto, nos podemos fiar de la imagen que da sobre el hospicio y su capilla. 

En el dibujo vemos una ermita de una sola nave, con un óculo en su fachada y una espadaña.  La orientación de esta es igual a la actual, con su fachada a la calle Empedrá. A ella se le adosa una casa a su izquierda, tal como hoy sigue sucediendo. A su lado derecho aparece un espacio vacío y a continuación ,una gran casa con un torreón que se corona por una cruz. Destaca dicho torreón por ser más alto que la espadaña.

Recorte y retocado del grabado de Mariani
Parece ser que se ha mantenido el ojo de buey hasta nuestros días y la casa adosada de su izquierda, aunque ahora es de un particular. También se conserva el espacio vacío entre ermita y la casa de abajo o casa de la  derecha, hoy con una tapia. Sin embargo, la torre y la gran casa adyacente han desaparecido para dar paso a un complejo de viviendas que fueron construidas en el solar de una casa de unas dimensiones abismales. Que Vicente Mariani, destaque este último edificio quiere significar algo, pues el resto de casas del vecindario de aquel Fernán Núñez del XVIII son simplemente tejados sin entrar en detalles y solo se centró en reflejar con detalle los edificios principales.



Según lo leído, la casa adyacente en el lado izquierdo de la ermita quizás fuese el edificio de oficinas que los frailes montillanos usaban y que exigieron en su tercera refundación. Mientras que el vacío contiguo a la ermita describía el pequeño recinto usado como cementerio y unas habitaciones aledañas a la ermita que comunicaban a esta con el Hospicio que sería el gran torreón y la casa adyacente. Todo esto no son más que meras suposiciones, así que me asomé in situ para ver si podía aportar algo de luz a tanta incógnita.

1. Actual complejo en la casa situada a la derecha de la ermita

2. Ermita y espacio vacío

3. Casa Nº19, casa arriba de la Ermita o a la izquierda
En las siguientes entradas, terminaremos la historia de dicho complejo analizando estos tres puntos para buscar qué queda de aquel hospicio, describiremos el interior de la ermita y se narrará la última etapa histórica.

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

sábado, 9 de abril de 2011

Visita a Montilla (Club Patrimonio)

Tenía muchas ganas de visitar Montilla de esta forma. Hace 26 años y unos pocos meses que nací en dicha ciudad. De allí era mi abuelo, el que me cedió su nombre, en una leve alteración de la rigurosa tradición de que el segundo hijo varón  llevase el nombre del abuelo materno (en mi caso es el tercero, pero por otros motivos hice de segundo)  Después, pude ver orgulloso, como mi hermano se alzaba en lo más alto de  la fuente del Paseo de Las Mercedes  cuando conseguió junto con todo su equipo, el antiguo López Jiménez, ascender a la liga EBA rodeado de montillanos que cada sábado acudían fielmente a seguir a su equipo.

Compás de Santa Clara
Creo que con esto justifico de sobra que dedique una entrada a Montilla en el blog que está hecho para Fernán Núñez.

Hoy ha sido la visita del Club Patrimonio una idea brillante a la que me uní sin pensarlo hace ya cosa de un mes. La visita, si la califico del uno al diez, ha sido de veinte. Habré visitado Montilla infinidad de veces, pero nunca pensé ver cosas que aunque las presentía, para eso parte de mí es de allí, desconocía.

Farol de la fachada del colegio de la Asunción
 Hay momentos en esta visita donde parece que no estás en convento o una iglesia de un pueblo de la campiña, si no en el de una de las grandes capitales, y no porque nombres como los de  Valdés Leal, Duque Cornejo o Pedro Roldán aparecen por sorpresa, sino porque en el pasado, Montilla tuvo poco que envidiar a cualquier gran capital, podemos decir que más bien fue la envidiada, basta con  ver como actuó Fernando el Católico.  

No voy a detallar la visita con la simple intención de que os apuntéis al club y para la próxima lo disfrutéis con la misma inocencia que yo llevaba.


El itinerario por el que  Juan Casado, Técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Montilla, nos ha conducido a ciertos puntos de la ciudad  demuestra un trabajo que debe tener una gran labor y esfuerzo en sus espaldas, pues no solo se trata de enseñar y mostrar el patrimonio, sino  que  deben ser muchos los entresijos que se enlazan para dar como resultado una visita tan grata. 

Yo, para finalizar, tras la visita, he hecho algo que siempre suelo hacer cuando estoy por Montilla: sentarme en la Plaza de la Rosa, subir hasta la Parroquia de Santiago y detenerme en el mirador de La Escuchuela a contemplar ese mar verde que es la campiña, el mar verde, de olivos, de trigo o de vides, donde navegan nuestros pueblos. Y quizás porque me tiran los genes montillanos, hasta me da un sentimiento de nostalgia, como si regresase a casa.

La ermita de La Caridad (III)

SIGLO XVIII y XIX: ERMITA Y HOSPICIO DE LA CARIDAD

En la anterior entrada nos quedamos con el abandono del Hospital tras fallecer el tercer conde en el mes de abril de 1721. Cuando se encontraba sin el sustento económico de los condes, parece ser que al menos el hospicio servía de albergue nocturno, en una especie de servicios mínimos.

 Las siguientes noticias nos llevan a 1753 donde el Concejo municipal de la época (el ayuntamiento) tomó en consideración la idea de restablecerlo, para que funcionase igual que en los tiempos de dicho tercer conde Francisco  Gutiérrez de los Ríos. Para ello se acordó solicitar la Real autorización y el apoyo de don Francisco de Cepeda, tutor del que sería sexto conde don Carlos José Gutiérrez de los Ríos, aún menor de edad que costease y diese carta blanca a la tercera refundación del Hospicio de la Caridad. Seguiría estando regido por los monjes franciscanos montillanos y que se debía de comprar una casa para que se asentasen estos. El acta que se levantó con tal propósito fue la siguiente:
Considerando esta Villa lo útil que sería a sus vecinos, en lo espiritual y temporal, la erección del Hospicio Religioso Observante de Nuestro Padre San Francisco de Asís y no dejando esta Villa de advertir que nunca como ahora se logrará mejor posibilidad para erigir y establecer el expresado hospicio, por contemplar que el Iltmo. Sr. Obispo dará su permiso sin dificultad y que no más asentirán a ellos los Sres. Vicario y Curas de esta Parroquial, a cuyo presupuesto, no duda del cristiano y piadoso celo del Iltmo. Sr. Don Francisco de Cepeda, tutor del Excmo. Sr. Don  Carlos de los Ríos, Conde actual de esta Villa, concurrirá con toda complacencia a obra tan pía y  santa, facilitando las licencias necesarias, así del Real Consejo como del Revdmo. Padre General de la citada Religión, siendo muchos los beneficios en particular y común que se seguirán a esta población y vecindario, de establecer dicho hospicio, ya por lo que mira a la virtud y educación y por lo que hace a la mejor paz, quietud y tranquilidad de estos naturales y aún para el socorro de algunos pobres, en el alimento cotidiano, por ser corrientes las limosnas con que se mantienen los religiosos y sustentan los necesitados, pareciendo ser bastantes para el mencionado establecimiento del Hospicio por ahora, dos religiosos presbíteros confesores, de buena conducta y un lego que les asista, que dicho Rvdo. Padre General elegirá, para que destinándoles una casa en sitio correspondiente, que podrá comprarse con limosnas de algunos bienhechores, vayan a ella, poco a poco, haciendo las oficinas precisas. Acordaron sus mercedes que para que sobre este importante asunto se den las provisiones conducentes, se saque testimonio de este acuerdo y se pase a manos del dicho Iltmo. Sr. Don Francisco de Cepeda, por quien se tomen los informes que correspondan, para venir en conocimiento de si conviene o no lo referido y, encontrando ser conveniente, facilite por medio de su autoridad dichas licencias, proporcionándolo todo de forma que tenga efecto la erección de dicho Hospicio, en el que se refundirán las limosnas de estos vecinos, para poderse mantener los religiosos, por no ser pocas las que anualmente se están dando a demandantes y a conventos de fuera de parte, que vienen a pedir a esta villa.
¿Cuál pudo ser esa casa? ¿Porqué no se usó nuevamente el  edificio del anterior Hospicio?

En este siglo, la capilla se está usando como parroquia principal de la villa puesto que la iglesia de Santa Marina se encuentra reconstruyéndose en torno a 1724y 1739. Sobre la casa o las casas que formaban parte del hospicio no se sabe mucho. Debían estar próximas, adyacentes a la capilla desde su fundación inicial en el siglo XVI, alguna probablemente en estado ruinoso o quizás se fueron cediendo o vendiendo a los vecinos para conseguir mantener durante algún tiempo más la labor caritativa del hospicio.

Ante la anterior acta, parece que no hubo pronunciamiento por parte del tutor del VI conde.

Llegó otoño de 1785 y se desató sobre Fernán Núñez una terrible epidemia de peste que consternó a la población durante varios años de manera que los cementerios del pueblo se quedaron saturados. Así consta en la reunión que se celebró el once de enero de 1786 donde refleja que en la ermita de La Caridad ya no caben más cadáveres.

Quizás esta desgraciada situación propició que por fin se restaurase, por última vez en su historia el Hospital y Hospicio de La Caridad, dotándolo ahora de diez amas, o nodrizas, a 33 reales cada una, para criar a los niños que no pudiesen ser atendidos por sus padres o aquellos que fuesen desamparados, a cuyo efecto mandó poner un torno en dicha casa, para recoger los expósitos. Para esta fundación, junto con el cuidado del nuevo cementerio de San Sebastián, el conde dejó una renta de 5279 reales.

Y aquí se pierde la pista, se sabe que la cofradía de La Caridad duró hasta el siglo XIX y siguió  con su sede en la capilla de dicho Hospicio, de tal manera era su arraigo que acabó por imponer su nombre al Hospicio y a la capilla-ermita. Probablemente en ese siglo también sería el fin del Hospicio para siempre, pues en esa época tuvo lugar las desamortizaciones más importantes de la historia de España en las que probablemente esta capilla perdería gran parte de las casas que formaban su hospicio.


Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta
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lunes, 4 de abril de 2011

La ermita de la Caridad (II)

FINALES DEL XVII  E INICIOS DEL SIGLO XVIII: ERMITA Y HOSPICIO DE LA SALUD.

En el año 1688 entran tres personas en la historia de este Hospicio y ermita, que volvieron a levantar el Hospicio, cerrado unos años atrás por falta de sustento:

- El tercer conde don Francisco de Gutiérrez de los Ríos
- El presbítero de Santa Marina de Aguas Santas, don Juan Criado de Fuentes
- El Padre Fray Diego de Córdoba, del convento de San Francisco de Montilla (luego Convento de San Lorenzo)

Restos del Convento franciscano de Montilla
Fray Diego de Córdoba escribio al Cardenal Salazar pidiéndole abrir un hospicio, pues los peregrinos que iban a Santiago de Compostela no encontraban cobijo en Fernán Núñez porque la mayoría de los vecinos pensaban que se trataban de moriscos. La carta decía así:
Excmo. Sr.: Fray Diego de Córdoba, Predicador y Guardián del Convento de Nuestro Padre San Francisco, de Recoletos de la ciudad de Montilla, provincia de Granada. A los pies de Vª Sª dice: Que hallándose el Sr. Conde de Fernán Núñez en ánimo de hacer un hospicio en su Villa, para el consuelo espiritual y bien de los fieles, manteniendo en el cuatro religiosos, dándoles lo necesario de pan, vino y aceite, para que estén continuamente en dicha Villa de Fernán Núñez, asistentes a confesar y ejercitar los demás ministerios que se ofrecieren, sin tener el trabajo de andar dos leguas desde el dicho convento de Montilla, como antes venían, Suplica a Vª Eª le conceda licencia para el dicho efecto, al dicho padre guardián y para que a Vª Eª le conste lo referido ofrece consentimiento del dicho Sr. Conde que está puesto a traer cada vez que Vª Eª se lo mande, cuya Eminentísima persona guarde Dios en su mayor Grandeza.

A lo que el Cardenal respondió:
Visto este memorial y atendiendo a las causas que en el se nos representan, damos nuestra licencia para que se haga el hospicio que se pretende, con tal que antes de seis días se presenten los consetimientos del Sr. Conde, y de la villa informen el Vicario y Clero de ella. Córdoba, Septiembre 16 de 1688. El Cardenal Salazar.
El fraile montillano leyó dicha carta al cabildo en la Sala Capitular de nuestra villa el 19 de Septiembre de 1688, recibiendo el visto bueno y la subvención del conde don Francisco, pero que no sería del todo suficiente.

Por tanto, se creó el Hospicio de la Salud que se instaló en el edificio del antiguo Hospital de Santa Ana, siendo nuevamente acondicionado para tal fin , incluyendo un cambio de advocación de su ermita, por el de Nuestra Señora de la Salud y se destinó a recoger niños expósitos ademas de sus iniciales funciones del anterior siglo. Sin embargo, al seguir instalada la  Cofradía de La Caridad  en dicha capilla se siguió llamándolo como el Hospicio u Hospital de la Caridad y a la ermita como "la ermita del Hospital  donde está la cofradía de La Caridad", o dicho de forma más corta: la ermita de la Caridad, aunque su nombre verdadero era "de la Salud".

Pero para su creación se necesitó la ayuda de Juan Criado que fue el que trató de convencer a la población de aquella época de lo necesaria que era su colaboración en la creación del nuevo hospicio. Y aquí es donde se mezcla la leyenda con la historia, pues parece ser que consiguió el apoyo de los vecinos gracias a que encontró la campana de la iglesia destruída en el 1385 por los árabes de la aldea precursora del Fernán Núñez actual: Abencalez.

Espadaña de la actual ermita
 El Hospital volvió a quedar abandonado al fallecer el tercer conde en el mes de abril de 1721.

Nuevamente tampoco conocemos como era el aspecto de la ermita en este periodo y si se reformó la inicial del siglo XVI. Lo que si parece probable es que se añadiesen o ampliase, y que se colocase una espadaña para situar dicha campana.

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

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La ermita de La Caridad (I)


 Juan Criado, La Caridad y la campana de Abencalez