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lunes, 11 de febrero de 2013

Ana Francisca de los Ríos y Alsacia

El cuarto conde de Fernán Núñez, Pedro Gutiérrez de los Ríos y Zapata, se casó con su prima Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, hija de los marqueses de los Ríos, don Francisco Gutiérrez de los Ríos de la Tour y Taxis y doña Ana de Alsacia. El padre de Ana Francisca, fue uno de los principales nobles aliados del Archiduque Carlos en su lucha por el trono de la corona española, tanto que le otorgó el título de Marqués de los Ríos y se trasladó con su familia a la corte de Bruselas. Contrasta este hecho con sus familiares los Gutiérrez de los Ríos de Fernán Núñez que siempre mostraron su afinidad por Felipe V. 

Al parecer se limaron asperezas entre las dos familias ya que el primer Marqués de los Ríos fue criado como un hijo más por su tío, el tercer conde de Fernán Núñez, Francisco de los Ríos, y consintió la boda de sobrina y su primogénito.
Doña Ana Francisca pasó gran parte de su vida en Fernán Núñez mientras su marido se dedicaba a su profesión de Capitán General. Este falleció en 1734, sin embargo ella tuvo una vida muy longeva y sobrevivió a su cuñado José Diego (fallecido en 1749) que sería quinto conde de Fernán Núñez tras la muerte de su marido y a la mujer de este, la condesa viuda Carlota Rohán y Chabot (fallecida en 1750). Los hijos de estos dos últimos, Carlos José, futuro sexto conde y Escolástica, futura duquesa de Béjar, quedan bajo la tutela de Ana Francisca de los Ríos y Alsacia, permaneciendo en la villa hasta pasar los lutos por la muerte de sus padres. Los niños eran menores y hasta 1767 no heredaron los estados, mientras Fernando VI designó a Francisco de Cepeda como gobernador de los estados de Fernán Núñez.

Ana Francisca de los Ríos mantuvo relaciones estrechas con Pedro de Luque Granados, una de las personas que más influyeron en la construcción del nuevo templo de Santa Marina de Aguas Santas y con la familia de los Villafranca, hidalgos que llegaron a Fernán Núñez y que prestaron servicio como administradores, caballerizos de la casa condal y presbíteros en la iglesia de Santa Marina desde la época del tercer conde. Llegaron a contar con gran prestigio en la villa y aún conservan hoy capilla propia en la iglesia de Santa Marina, llamada de San Francisco, así como sepulturas destacadas en el cementerio municipal y su escudo en una casa solariega de nuestro pueblo.

Escudo de los Villafranca en la calle Doctor Berral
  El 30 de junio de 1752, fallece doña Ana Francisca y el concejo de la villa, dispone los lutos y los sufragios pertinentes en honor a los beneficios aportados a este pueblo, como las partidas de dinero para la finalización de la construcción de la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas o la restauración de la capilla de la Veracruz. Sobre esta última apenas hay datos, pero sí de la primera: el 23 de julio de 1735 ella aporta 8000 reales que faltaban para el importe acordado por su marido, el cuarto conde y con el dinero se concluyó la obra de la Iglesia Mayor de Fernán Núñez, aunque con modificaciones. El concejo acuerda que la fiesta religiosa que anualmente sufragaba la condesa viuda, en honor a Santa Marina el 18 de julio, se celebrase en adelante con cargo a los fondos del común. En el Archivo Parroquial se conserva el siguiente documento:

En la Villa de Fernán Núñez, en treinta días del mes de Junio del año de mil setecientos cincuenta y dos, murió, habiendo recibido los Santos Sacramentos, la Excma. Señora Doña Ana Francisca Josefa de los Ríos y Alsacia, Condesa viuda que fue de esta Villa, mujer del Excmo. Señor Don Pedro José Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, Conde de dicho título, Grande de España de Primera Clase, General de la Real Armada del Mar Océano y Ejército de su Majestad, Clavero del Castillo y Sacro Convento de Calatrava, Dignidad de la Orden y Comendador de ella, Camarera que fue, dicha Excma. Señora de la Reina nuestra Señora, y en el día primero de Julio de este dicho añose enterró Su Excelencia en la Capilla Mayor de la Iglesia Parroquial de esta dicha villa, al lado del Evangelio, con entierro solemne de tres nocturnos, asistencia de todo el clero, música y doble general de campanas, habiendo precedido la recomendación solemne y después novenario en los días siguientes, con la misma solemnidad y asistencia. Y no habiendo podido testar su S.E., se dió poder para ello a Don Pedro de Villafranca, presbítero, su capellán, vecino de esta Villa, a los once días del referido mes de Junio de dicho año, ante Alonso José de Espinosa, escribano público del número de ella, en cuya virtud, el expresado don Pedro de Villafranca, otorgó su testamento a los catorce días del mes de Octubre de este dicho año, ante el referido escribano, por el cual dispuso se dijesen por el alma de S. E. mil misas rezadas, u limosna de cada una dos reales y medio de vellón, la cuarta parte de estas misas para la Parroquia y, de las foráneas, cincuenta para Don Antonio de Villafranca, presbítero, secretario del Secreto del Santo Tribunal de la Inquisición, de la ciudad de Córdoba, otras cincuenta para el Rvdo. Padre Fray Juan de Montes de Oca, y otras cincuenta para el Revdo. Padre Fray Miguel Díaz, ambos del Orden de la Santísima Trinidad, Redentores calzados, conventuales del de la Rambla, capellanes que fueron de S. E. y las demás para los eclesiásticos seculares o regulares que dispusieren sus albaceas. Y que se diese limosna de quince reales de vellón para la cera del Santísimo Sacramento, ocho reales para Redención de Cautivos, otros ocho para los Santos Lugares de Jerusalén y, a las demás obras pías y mandas acostumbradas, cuatro reales de cada una. Nombró por albaceas al Excmo. Sr. Don Francisco Gutiérrez de la Tour y Taxis y a la Excma. Sra. Doña Ana de Alsacia, Marqueses de los Ríos, padres de dicha Excma. Señora, al Eminentísimo Sr. Cardenal de Bussu, arzobispo de Malinas, su tío, a la Excma. Señora Doña María Francisca de Silva Hurtado de Mendoza Sandoval de la Baga y Luna, duquesa del Infantado, Pastrana y Lerma, marquesa de Santillana, su sobrina, al Sr. Don Francisco de los Ríos, su hermano, Coronel Comandante del Regimiento de los Ríos, en servicio de sus Majestades Imperiales, y al dicho Don Pedro de Villafranca. Se nombró, asimismo, por albaceas al Dr. Don Pedro de Luque Granado, Vicario de la Iglesia de esta villa y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, a Don Juan y Don Pedro Baena y Luque, curas de dichas Iglesias, y al referido Don Antonio de Villafranca, y por herederos a los Excmos. Señores Marqueses de los Ríos, padres de dicha Excma. Señora, arriba expresados, residentes en Bruselas, corte de Flandes.

Firma de Alonso de Espinosa, escribano de la villa de Fernán Núñez. Archivo Histórico Provincial de Córdoba



 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.

jueves, 31 de enero de 2013

La crisis fernannuñense de primeros del XVIII

Repasando la historia de nuestro pueblo durante el gobierno del cuarto conde, Pedro José Gutiérrez de los Ríos, parece que los ciclos de bonanza y vacas flacas, el endeudamiento, la especulación y sobre todo, que los más pobres son los que pagaban el pato, no es algo exclusivo del siglo XXI. 

A pesar de todos los grandes avances realizados por el tercer conde desde la segunda mitad del siglo XVII y hasta los primeros años del XVIII (la creación de los molinos de harina, de fábricas de seda y paños, los batanes, las huertas, el reparto de las tierras con censo enfitéutico...) el vencindario de Fernán Núñez empieza a agotarse por los años de malas cosechas que imperaban en torno a 1720. 

Los fernannuñenses no pueden pagar los tributos reales para el mantenimiento de los ejércitos que mantienen en el poder a Felipe V y en vista de ello, el Concejo del pueblo, en primer lugar, entrega numerosas partidas de trigo a los vecinos del Pósito municipal, los conocidos como Silos de San Mateo y San Bartolomé, situados en la actual calle San Marcos, próximos al paseo, construídos en el siglo XVI. Además  acuerda vender algunas fanegas de las tierras comunes de la villa y así poder hacer frente a los tributos reales.

Solar donde se ubicaban los Silos de San Mateo y San Bartolomé
 En 1730 empeora la situación, la deuda con la Real Hacienda asciende a 1.260.858 de maravedíes, que el pueblo no puede satisfacer a pesar de múltiples requerimientos, apercibimientos y amenazas.  El cuarto conde, afincado en Cádiz, cuando viene a la villa se dedica a la caza, su distracción favorita y para ello mandó acotar todas las tierras de la jurisdicción y publicar bandos y pregones anunciando las penas en que incurrirían los vecinos si fuesen sorprendidos cazando en los terrenos vedados.

La climatología se une a las desgracias: una sequía atípica azota Andalucía entre 1733 y 1737, siendo nefasta para los campos de Fernán Núñez y encima, en 1734 se recibe la orden de suministrar a dos Compañías de Regimiento de Caballería de Sevilla, alojadas en La Rambla con 1011 raciones de pan, 130 fanegas de cebada y 414 arrobas de paja, cada mes mientras dichas tropas permaneciesen en la población vecina.

Con el paso del tiempo, el rey Felipe V por fin reacciona y decide rebajar su deuda a la tercera parte, pero en ese mismo año de 1734 se agrava la situación: el Concejo se da cuenta de que el pan que se reparte al vecindario está siendo objeto de la especulación por parte de traficantes que vienen de fuera. El Concejo acuerda establecer la "taca" oficial de venta de pan.  No me queda muy claro como funcionaba este control pero según la información del cronista Crespín Cuesta,  parece que el Concejo repartía a los panaderos el trigo y estos almacenan el pan amasado en tacas (alacenas) de sus panaderías, para la venta al vecindario que también la realizaba o supervisaba un capitular (alguien que formaba parte del Concejo) que se encargaba de expenderlo al precio de cinco cuartos cada libra de treinta dos onzas (medio kilo aproximadamente)

El sistema se mantuvo hasta el verano de 1735, cesando su actividad por dos motivos:

- Algunas veces se vendía a vecinos de Montemayor donde la libra valía cinco cuartos y medio. Por lo que el Concejo se ve obligado a establecer el mismo precio en Fernán Núñez.
- Se consume todo el trigo del Pósito

La cosa no mejoró y durante todo el invierno y primavera de 1738 siguieron acusándose los efectos de la falta de cosechas agontando nuevamente lo poco que se había ingresado en el Pósito fernannuñense y acudiéndose a otro pósito que poseía la iglesia de la villa, con el que solo se abasteció el pueblo para una semana más.   

Finalmente se recurre al Corregidor de Antequera que además era Intendente General de Granos de Andalucía  que terminó proporcionando 139 fanegas que habría que ir a buscar al puerto de Málaga, pero encontrando a mejor precio en Sevilla, las rechaza. El prestamista que pagó las fanegas de Málaga fallece y se gastó más dinero en nuevas negociaciones las cuales aumentaron considerablemente el precio del grano, mermando más la situación. Finalmente se recogió el trigo de Málaga y se llevó al Pósito de la villa.


Mientras, en Fernán Núñez,  moría de hambre una persona al día.
 

 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.

lunes, 28 de enero de 2013

El cuarto conde de Fernán Núñez, Pedro de los Ríos

Pedro Josep Gutiérrez de los Ríos Zapata de Mendoza fue el cuarto conde de Fernán Núñez, vizconde de Abencalez y señor de la Villa de La Morena, entre otros títulos. Nació en Madrid en 1667.

Muy joven se alistó en la Marina Real, participando en las múltiples batallas navales que se libraron durante la Guerra de Sucesión, en la que como su padre, tomó partido por Felipe de Anjou, posteriormente Felipe V. Algunas de las batallas fueron el desembarco de tropas angloholandesas en la Bahía de Cádiz de 1702 o la recuperación de la isla de Mallorca que se encontraba bajo el dominio de los británicos y austriacos.

Felipe V por Jean Ranc. Museo del Prado (Madrid)

Una vez terminada la Guerra de Sucesión  la lucha se centró contra berberiscos y piratas turcos en el Mediterráneo.

El rey Felipe V compensó sus servicios en los combates con la concesión de varios títulos:

- General de la Real Armada del Mar Océano y sus Ejércitos

- Caballero de la Orden de Calatrava, a la cual pertenecían sus antepasados, de la cual llegó a ser clavero, caballero que tenía cierta dignidad y a cuyo cargo estaba la custodia y defensa del principal castillo o convento, y posteriormente Comendador.

Casa con el escudo de la Orden de Calatrava (Calleja de Marcos)
Y finalmente, el rey elevó su título de conde con la Grandeza de España de Primera Clase, concedido por Decreto del día 2 de diciembre de 1728 y despachado por Real Cédula el día 23 del mismo mes y año, para él y sus descendientes o sucesores legítimos.

Se casó con su prima, la hija de los Marqueses de Los Ríos, que residían en Bruselas, Ana Francisca Gutiérrez de los Ríos y Alsacia.

Sucede a su padre como cuarto conde de Fernán Núñez en el año de 1721, con 54 años de edad. En otras entradas se describirá como era el estado de la villa bajo su jurisdicción. Fue el que se encargó de la reconstrucción de la antigua iglesia de Santa Marina iniciada a finales del siglo XIV y derribada en 1724 (excepto su torre),  probablemente por quedar afectada su estructura tras las obras que acometió su padre, el tercer conde, en el Altar Mayor y en la nueva cripta, situada bajo el mismo.

El cuarto conde, don Pedro visita las obras tras la muerte de su padre y se encuentra la iglesia en alberca (es decir solo con las paredes, sin el techo por no haberse terminado)  destinando 45.000 reales para que se cerrase la bóveda del panteón de sus antepasados y se cubriese la iglesia. Finalmente moriría sin verla terminada, pues se acabó abriendo al culto el uno de enero de 1740.

Su carrera militar siempre tuvo como base la Bahía de Cádiz, donde el 10 de febrero de 1734 falleció, siendo enterrado en la Iglesia del Hospital Real de Cádiz, hoy, Iglesia del Santo Angel, donde si que consta la sepultura de otro General de la Marina, pero no de don Pedro. En algunos documentos se cita que su cuerpo sería trasladado posteriormente hasta la Iglesia Parroquial de Santa Marina de Aguas Santas de Fernán Núñez, junto a los restos de sus padres, pero no he encontrado alguna prueba de ello. 

Iglesia del Santo Angel. Cádiz.

Falleció sin descendencia, por lo que sus títulos pasaron a su hermano José Diego, que en esos instantes ya era su sucesor al mando de la escuadra de Galeras de España.


 · Información editada procedente de:
- Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta. 1994.
- El tercer conde de Fernán Núñez (1644 - 1721): Corte, parentesco y memoria familiar. Carolina Brutrach. Florencia. 2009.

sábado, 11 de febrero de 2012

Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (III)

Y llegamos a las reformas en el urbanismo de Fernán Núñez.

El tercer conde hizo numerosas reformas, todas ellas conocidas gracias a su correspondencia que hoy se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Toledo. Voy a relatar un breve resumen de ellas, y espero algún día, poder escribir mucho más sobre este tema, que me está causando muchas incógnitas  y que quizás, en una futura visita a Toledo, pueda esclarecer.

1. Reformas en la Fortaleza - Palacio

En el siglo XIV, Fernán Núñez de Temez, conquistó una torre y creó una fortaleza en torno a ella, la cual fue modificada por sus sucesores y por los Gutiérrez de los Ríos cuando estos pasaron a poseer el título de Señores de Fernán Núñez. Pero los tiempos cambiaron, la Guerra de Granada terminó y la frontera desapareció, así como las razzias que asolaban la campiña. Este fue el fin de las funciones militares de esta fortaleza.

Francisco Gutiérrez de los Ríos y Córdoba comenzó una serie de obras para acomodar su castillo-palacio a estos nuevos tiempos. Poco se sabe del aspecto de esta fortaleza, pero gracias a uno de los cuadros que el mismo encargó, llamado Procesión de la Virgen de Guadalupe, usado para decorar este castillo-palacio reformado, podemos ver el aspecto del entorno del castillo, donde han desaparecido muchos lienzos amurallados. En el lado derecho del cuadro, hoy caballerizas y escuelas, hay un edificio de corte clásico con dos torres y los ecudos de la casa condal en sus flancos. Levemente, en el cuadro se deja asomar, gracias a una puerta abierta, una zona ajardinada con una fuente.

Cuadro de la Procesión de la Virgen de Guadalupe en el Ayuntamiento de Fernán Núñez

Detalle del cuadro donde muestra una fuente
 El único rastro sobre la fuente, es que consta en una carta que emitió en febrero de 1683 a su arquitecto José Granados de la Barrera (que era Maestro Mayor de la Catedral de Granada) con un dibujo para una fuente opinando sobre la combinación en ella de distintos mármoles, blancos, rojos y negros, y añadiendo comentarios como que “el diámetro del pilón bajo abrá de ser de cinco baras porque como no lleva petipié el dibujo es menester hacerle esta advertencia"


2. Reformas en la iglesia parroquial de Santa Marina de Aguas Santas

Antonio Gallego, en representación del conde, como administrador y gobernador de Fernán Núñez mandó construir un nuevo altar mayor el 6 de febrero de 1677. El proyecto del conde consistía en alargar la primitiva iglesia que desde su fundación en 1385, no había sido ampliada y crear una bóveda para los enterramientos familiares. 

Según consta en el Archivo Histórico Nacional: ... [la iglesia] no  era capaz para que los vecinos de dicha villa concurran en la celebración de lo divinos oficios en los días festivos por haberse aumentado su población [ya describimos en anteriores entradas el fuerte aumento demográfico de aquella época]... La tercera parte de la gente que concurre no cabe en ella y se queda de puertas afuera, para cuyo remedio dicho conde quiere agrandar la iglesia.

A la muerte del conde en 1721, no solo no se había concluído el panteón, si no que la iglesia al completo tuvo que ser reconstruída al desplomarse en 1724. Su sucesor Pedro Gutiérrez de los Ríos en un memorial presentado para terminar las obras comentaba: ...[el tercer conde] alargó la iglesia con una capilla mayor, la cual y Panteón para el entierro de los de su casa dejó fuera de zimientos a costa de no poco gasto y haviéndose arruinado la Iglesia derribó toda el año de 1724 con lizencia del obispo para hacerla de nuevo como se ha ido y se va ejecutando y su capilla mayor sobre lo que  en ella estaba hecho por el conde don Francisco..."

3. Molinos y batán
Sobre ambas estructuras hidraúlicas ya he hablado ampliamente en otras entradas de este blog:
Los molinos de harina de Fernán Núñez (I)
Los molinos de harina de Fernán Núñez (II)
Los molinos de harina de Fernán Núñez (III)
Los molinos de harina de Fernán Núñez (IV)
Entradas sobre el Batán

 Lo único que tengo que añadir es que existe la posibilidad, prácticamente confirmada, según las cartas del tercer conde, que fueron diseñadas por José Granados, el maestro mayor de la Catedral de Granada.
 
- Ermita del Calvario (en un inicio posiblemente, de Santa Marina) y Cruz de los Desamparados
Les dedicaré, a cada una, su propia entrada en los próximos meses.


 - Reinstitución y posibles reformas en la Ermita y Hospicio de Nuestra Señora de La Salud (actual ermita de La Caridad): sobre esto también dediqué una entrada el año pasado.
La ermita de La Caridad (II) 

 Por tanto, con este resumen de edificios civiles-religiosos, el conde Francisco de los Ríos, intentó satisfacer las nuevas necesidades de los fernannuñenses (o más bien, necesidades que desde años atrás no estaban cubiertas) y las de su familia nobiliaria. Vinculando con estas construcciones el título condal que les daba nombre con su territorio, nuestra villa de Fernán Núñez ya que a partir de la reforma de la iglesia parroquial se afianzó la costumbre de que los condes de Fernán Núñez se enterrasen en Fernán Núñez. Por otro lado, también acometió reformas en instituciones de Córdoba capital de las cuales eran poseedores o patronos como el Convento de la Concepción.


 ·Bibliografía:
Memoria y vínculos familiares: la fragmentación y sepultura del cuerpo del III conde de Fernán Núñez. Carolina Blutrach Jelin en Joan Bestard (ed), Familia, valores y representaciones, Publicaciones de la Universidad de Murcia.


· Agradecimientos:
A Carolina Blutrach y Fernando Bouza, por su amabilidad y ayuda prestada en el aporte de la información y su labor investigadora sobre la figura del conde Francisco Gutiérrez de los Ríos.

·Entradas relacionadas: 
Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (I)
Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (II)

Introducción sobre Francisco Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, tercer conde de Fernán Núñez.
Breve biografía de Francisco Gutiérrez de los Ríos
Francisco de los Ríos y Carlos II
Fernán Núñez y la Batalla de Cádiz (1702)
Francisco Gutiérrez de los Ríos y la Guerra de Sucesión Española.
Las cartas del tercer conde de Fernán Núñez
El Hombre Práctico
Catálogo historial genealógico de la casa de Fernán Núñez de Luis de Salazar y Castro (I)
Catálogo historial genealógico de la casa de Fernán Núñez de Luis de Salazar y Castro (II)
El reparto de Valdeconejos
Las Dieciséis Huertas de Fernán Núñez
La Cruz de los Desamparados (I)
La Cruz de los Desamparados (II)
Los cuadros del tercer conde
La fortaleza-palacio de Fernán Núñez en tiempos del tercer conde (Introducción)
La fortaleza-palacio de Fernán Núñez en tiempos del tercer conde
Francisco Gutiérrez de los Ríos y el convento de la Concepción de Córdoba
El entierro del tercer conde de Fernán Núñez
Descendencia y muerte del tercer conde de Fernán Núñez
Francisco Gutiérrez de los Ríos en Fernán Núñez y Córdoba
 

martes, 30 de noviembre de 2010

Los molinos de harina de Fernán Núñez (III)

Estructuras

1. Molinos
Los textos no dejan claro si fueron cinco o cuatro. Todo parece apuntar a que inicialmente había cinco molinos. Probablemente cuatro se situaban unos paralelos a otros en la loma de la cuesta de las Huertas, justo debajo de La Estacá. La situación es idónea porque el desnivel ayuda al funcionamiento de este tipo de molino. El que queda se situaba próximo a las fuentes, de forma aislada con respecto a los demás.

 Estamos hablando de molinos hidráulicos, es decir usaban agua para hacer girar una rueda que giraba sobre otra sobre la cual se depositaba el trigo u otro cereal y se molía. Para ello había que manipular el agua en una serie de estructuras que detallamos acontinuación. Incluso podía estar conectados unos con otros para aprovechar el agua y seguir haciendo moliendas de manera sucesiva. 

Esquema de un molino harinero hidráulico
Normalmente el molino tiene dos plantas y por eso puede sorprender la altura de los restos que hoy vemos al lado de Prao Molino. En el inferior, llamado cárcava desemboca el canal que trae el agua. Por su parte opuesta a la entrada será  por donde sale el agua una vez realizada su función. En el piso superior o cuarto de molienda contenía las piedras, huecos para la aireación y era la parte más visible.


Los de nuestro pueblo presentan zonas hechas con sillares, con tapial y con ladrillos, como se puede observar en las fotos. En uno de ellos se encontraba el escudo que hoy se puede ver en el interior del mesón del duque y que se atribuye a Don Pedro Gutiérrez de los Ríos Zapata y Mendoza, VI conde o a su hermano Don José Diego Gutiérrez de los Ríos Zapata y Mendoza, V conde. 

Escudo Nobiliario de uno de los Molinos (actualmente en el interior del mesón del Duque)


Los restos se encuentran en muy mal estado de conservación y olvidados.

2. Acequias
En la anterior entrada señalaba con rojo las zonas donde quedan restos de acequias. Algunas de ellas siguen llevando hoy agua, pero no tengo explicación sobre su uso. Su función era transportar el agua desde el Llano de las Fuentes hasta el llano de La Juncá, donde está la actual piscina municipal.

Restos del muro del canal de entrada al molino

Acequia de la Calle Goya (con mucha basura)

3. Represa
Estaría ubicada en el entorno de la piscina municipal, lo que se denominaba La Juncá. La depresión de la zona facilita que se almacene el agua. La no conservación de ningún resto no nos aclara si hubo alguna construcción para retener las aguas. Por fotografías podemos apreciar unos diques de contención. Popularmente se le llamaba El Chilanco.
La Juncá a principios del siglo XX, a la izquierda el Chilanco

Se recuerda que estos restos se encuentran en una finca privada y que el acceso no está permitido sin el consentimiento del dueño. Por otro lado, puede ser peligroso por las oquedades que los restos han generado con su deterioro. No obstante se puede observar desde el camino público. 
Se completa con las siguientes entradas: