martes, 20 de marzo de 2012

Plano, corte y fachada del cementerio de la Villa de Fernán Núñez (1787)

Hace tiempo que escribí sobre los orígenes del cementerio de Fernán Núñez. Ahora por casualidad, me ha llegado un documento muy interesante sobre el mismo. Es el plano del proyecto que fue realizado en torno a 1787 por encargo del sexto conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos. El cinco de mayo de ese año fue cuando se colocó, en su presencia, la primera piedra del cementerio. En él, señaló también, un lugar para el enterramiento de los eclesiásticos y proyectó un panteón para los señores de la Casa Condal (luego Ducal) con una renta de 5279 reales.

Carlos José Gutiérrez de los Ríos y su familia, con Fernán Núñez al fondo
El documento que muestro a continuación es ese proyecto, que nunca se llegó a realizar.
Según el doctor Carlos Saguar Quer, profesor de la Complutense de Madrid podría haber sido el primero de los cementerios modernos de España si se hubiese llegado a construir, pero como ya expliqué en la anterior entrada sobre el proyecto definitivo del Panteón, las circunstancias que después acompañaron a la Casa Condal en los siguientes años no fueron muy favorables. Tanto que el cementerio quedó abandonado en las décadas posteriores, como ya conté en las entradas citadas al pie de esta y el macroproyecto, se redujo a hacer los enterramientos alrededor de la ermita de San Sebastián y en reservar un espacio con pilones para tumba condal, delante de la ermita.


Por partes, lo que primero encontramos es el corte del edificio.



1. CORTE DEL CEMENTERIO.





Siguiendo el dibujo encontramos, un atrio de entrada a una gran capilla, con una gran cúpula. Esto supondría el derribo de la antigua ermita de San Sebastián, que aproximadamente hoy día se encuentra donde finalizaría la capilla proyectada. Esta cuenta con tres óculos y tres altares. Justo detrás se encontraría el cementerio en sí, al descubierto, con un claustro, que se separa del cementerio mediante una reja. 

Por último, encontramos una galería de catorce panteones justo antes de llegar al panteón ducal, de forma rectangular, con cúpula elíptica y óculos en ella, de menor altura que la de la capilla.

Si se hubiese construído este edificio encima del Monte de la Vieja Ermita (lugar donde se asienta el cementerio) hubiese sido impresionante.


2. PLANO DEL CEMENTERIO.


A. Atrio                                                              G. Puertas y calle de cipreses del cementerio
B. Capilla (con tres altares)                                 H. Cementerio descubierto
C. Sacristía                                                         Y. 14 sepulturas distinguidas con sus divisiones
D. Patio o jardín de la sacristía                            M. Panteón para los Señores de la Casa con su altar 
E. Cuartos del sacristán                                       N. Sacristía y patio del Panteón
P. Patio.                                                              O. Patio con pozo profundo para carnero*
 F. Claustro cubierto, con una verja de hierro

 Carnero:  (Del lat. carnarĭum, fosa). Lugar donde se echan los cadáveres.

La entrada al cementerio descubierto, donde serían enterrados los fernannuñenses, se producía a través de los dos patios que tiene la capilla (el de la sacristía y el de las habitaciones del sacristán). Las catorce sepulturas estaban bajo uno de los laterales del claustro, el más próximo al panteón señorial y la idea sería sacarlas en venta para las familias más pudientes, que así descansarían más próximos a los condes.

Crespín Cuesta afirmarba que encima de la fachada del panteón el conde pretendía que apareciese la inscripción "Descansan con los suyos".



3. FACHADA DEL CEMENTERIO



 La fachada dibujada en el proyecto muestra el aspecto del cementerio desde la Calle San Sebastián. Encontramos un atrio con cuatro columnas. Arriba hay un frontón y en la calle central una puerta que daría acceso a la capilla. Destaca la gran cúpula de la capilla.

Hoy día solo podemos observar lo que fue el inicio de esa gran obra, el atrio.



Gracias a Carlos Saguar Quer, por hacerme llegar este documento tan interesante.

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domingo, 11 de marzo de 2012

Fernán Núñez, la Guerra de la Independencia y la Pepa

 Aprovechando que faltan pocos días para el bicentenario de la primera constitución española, vamos a echar un vistazo a como era la situación en nuestro pueblo justo antes de promulgarse La Pepa.

En 1804 fallece el Alcalde Mayor o Corregidor de Fernán Núñez, Francisco Manuel de la Torre. Al poco tiempo, el séptimo conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos y Sarmiento de Sotomayor, designa a un nuevo corregidor, el pontanés, Manuel Valdés

El séptimo conde, por Goya

Los fraceses comienzan la invasión de España en 1808 y Manuel Valdés se declara abiertamente enemigo de los invasores, siguiendo las instrucciones del general Pedro Agustín de Echevarri, Comandante General de la Vanguardia del Ejército de Sierra Morena. 

Este comandante, manda una serie de disposiciones que son estudiadas por el Concejo la noche del 28 de mayo de 1808 en sesión de urgencia, acordándose hacer efectivo el alistamiento de mozos comprendidos entre 16 y 40 años, para los ejércitos que se oponían al avance de los franceses.

Y así sucedió, a las 8 de la mañana del siguiente día, ante las puertas de la iglesia parroquial de Santa Marina de Aguas Santas, se reclutaron un total de 129 voluntarios, dispuesto a luchar contra los franceses, presentados muchos de ellos con sus armas y caballo.

Puerta principal de la Parroquia de Santa Marina
 Entre mayo y junio de 1808, parte del ejército francés se dirige al sur peninsular intentando acabar con las últimas posiciones de resistencia españolas, entre ellas la nueva capital, Cádiz.  El 7 de junio, se produce la Batalla del Puente de Alcolea, los franceses vencen a las milicias de nuestra tierra, mal armados y en un número inferior.

El Puente de Alcolea, construido por Carlos III.

Los pueblos de nuestra comarca, concretamente, Montilla, Montemayor, Fernán Núñez, La Rambla, Montalbán, Santaella, Aguilar, Monturque, Espejo y la aldea de Santa Cruz se agrupan para tratar conjuntamente los asuntos relativos a su defensa. Montilla es elegida cabecera de la zona o partido y el Concejo de Fernán Núñez elige a Manuel Valdés como su representante en dicha agrupación.  La primera asamblea tuvo lugar en Montilla, presidida por el corregidor montillano, Antonio Piernas, pero de ella no salió nada concreto, nada más que desacuerdos, sobre todo por la desconfianza de los demás pueblos hacia Montilla, pues creían que su elección como cabecera la podría aprovechar para inmiscuirse en los asuntos de los demás pueblos.

Se vuelve a celebrar una segunda reunión, pero ahora presidida por el Prior del Convento montillano de San Agustín. De esta asamblea salió la formación de los cuadros locales de las Milicas Honradas, una especie de cuerpos armados que velarían por la seguridad en nuestros pueblos.

De manera individual, el corregidor de Fernán Núñez destinó su sueldo de Alcalde Mayor (cien ducados anuales) durante todo el tiempo que durase la guerra y esto provocó que también los capitulares y escribanos del Cabildo fernannuñense ofreciesen 400 ducados anualmente durante la duración de la misma. El vecindario aportó partidas de trigo y dinero, que fueron entregadas a la Junta Suprema de Córdoba y se aceptó cierto número de prisioneros que no podían ser atendidos por dicha Junta, siendo sustentados por nuestro pueblo, habilitando una casa en la calle de San Marcos para tal fin.

En enero de 1810 se presentó al Cabildo una Real Instrucción para la elección de Diputados a las Cortes que habrían de reunirse en la Isla de León (actual San Fernando) en Cádiz. El 21 de ese mes, se reunió la Justicia y Regimiento de la Villa en la iglesia parroquial, donde se había convocado previamente a todo el pueblo, y mediante votación vecinal fue eligido y proclamado elector para dichas Cortes el corregidor Manuel Valdés.

Mapa de la Bahía de Cádiz
Esta elección no sirvió para nada: mientras se elegía como Diputado, los franceses rompían el frente de Sierra Morena y entraban en nuestra comarca. El corregidor Manuel Valdés abandonó el pueblo al poco tiempo, regresando al Pontón de Don Gonzalo (Puente Genil).

Si la invasión francesa se hubiese realizado unos días posteriores, quizás el Concejo de Fernán Núñez hubiese tenido su Diputado en las Cortes Gaditanas.

Manuel Valdés acabó trabajando para los franceses como Corregidor de la Villa de Espejo y posteriormente tras el fin de la guerra, durante el reinado de Fernando VII, en la Villa de Baena. Con una vida salpicada de luces y sombras, que Crespín Cuesta relata con detalle en su artículo, el cual he usado para elaborar esta entrada sobre los momentos anteriores a la elaboración de la primera constitución española.


Información editada procedente de:
Francisco Crespín Cuesta. Artículo del libro: Córdoba en sus cronistas: retazos de historia de la provincia. Córdoba: Caja Provincial de Ahorros de Córdoba. 1983.