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lunes, 2 de mayo de 2011

Fernán Núñez y la conquista de Tremecén (Argelia)

El XI señor de Fernán Núñez destacó por su valentía en varias guerras, prestando su ayuda a la corona española. El hecho que mayor reconocimiento le concedió fue prestar ayuda al Capitán General don Martín de Córdoba y Velasco, para reconquistar la plaza norteafricana de Tremecén.

(A) Tremecén
 Don Martín viene a la península a pedir refuerzos a Carlos I, por la pérdida de plazas tan grande que se estaba produciendo en África. 

Las arcas reales estaban exhaustas y no pueden facilitar fondos para dicha empresa, el Capitán General no se rinde ante la falta de respuesta de la monarquía y viene a la villa de Montemayor a convencer a su pariente don Martín de Córdoba, conde de Alcaudete y señor de Montemayor y a su primo hermano don Fernando Gutiérrez de los Ríos y Carrillo, señor de Fernán Núñez y Abencalez.

Mezquita Mayor de Tremecén
 Este último entrega grandes créditos y ordena hacer un gran reclutamiento de voluntarios, con ventajosos sueldos, en nuestra villa y las tierras de su señorío, además de convencer a otros caballeros para que también prestasen su ayuda. 

Poco tiempo después se reunen en Montemayor las fuerzas reclutadas, en cuya plaza se celebra una gran parada militar, en la que desfilan cuarenta y cuatro banderas, marchando primeramente la caballería, capitaneada por Juan Pacheco y, a continuación, la infantería al mando de sus respectivos capitanes, yendo de Alférez portaestandarte, García de Navarrete. Esta vistosa demostración fue presenciada, como invitados de honor, por don Fernando Gutiérrez de los Ríos y demás caballeros que cooperaron con fuerzas o fondos, asistiendo como espectadores todo el pueblo de Montemayor y gran parte del vecindario de Fernán Núñez y otras villas cercanas.

La salida de las fuerzas, que sumaba más de cuatro mil hombres, entre infantes y caballería, tuvo lugar el doce de diciembre de 1542, pero un fuerte temporal las sorprendió en alta mar, dispersando las galeras que lo las trasportaban apareciendo en diferentes puntos de la costa africana.

El 22 del mismo mes, al fin pudieron reunirse todas en Orán, donde esperaba el jefe árabe aliado de España, Muley - Abu - Abdalá, con numerosos guerreros que se sumarían a las fuerzas españolas.

El tres de febrero de 1543 se cruza el río Tibda, con doce mil infantes y 300 lanzas. El  día cinco se riñe una gran batalla contra ochocientos caballos musulmanes y sesenta mil infantes que, por enorme proporción de fuerzas, estuvo a punto de ser desastrosa para los españoles. Finalmente el seis de febrero se rompe la tenaz resistencia y se entra en Tremecén, donde se hacen con prisioneros musulmanes y judíos. Tremecén era llamada por los españoles "la segunda Écija" por la gran semejanza con la ciudad sevillana, también fue el sitio donde murió el último rey de Granada, Boabdil  el Chico.

Alminar de la Mezquita Mayor de Tremecén
De esta manera, nuevamente el pueblo de Fernán Núñez mandó a sus mejores hijos a la guerra como en tantas otras batallas que hemos narrado en anteriores entradas o que quedan por narrar. 

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta


Entradas relacionadas:
Biografía de Fernando Gutiérrez de los Ríos y Carrillo.

viernes, 31 de diciembre de 2010

El Castillo de Fernán Núñez (I)

Vista de Fernán Núñez desde la Carretera de la Estación
 Observando la anterior foto podemos ver como el Palacio Ducal se sitúa en la mitad de una de las lomas donde se encuentra nuestro pueblo.  La torre de Santa Marina destaca en todo el paisaje, mientras que la torre de Fernán Núñez de Témez apenas se ve, ya que está tapada por el palacio. Entre ambas torres hay una distancia de menos de 150 metros en linea recta. Podemos crear un perímetro siguiendo las curvas del nivel, restos de muros (los que dan al Llano de las Fuentes) y que englobe parte de la iglesia, de Santa Marina de Aguas Santas. El englobar la iglesia es por la costumbre del medievo a que estas estuviesen adyacentes al recinto fortificado. Por tanto,  tenemos la siguiente foto, donde el perímetro, en rojo, mide una hectárea aproximadamente.

Posible perímetro amurallado que incluye fortaleza e iglesia de Fernán Núñez

¿Qué encontramos en los pueblos vecinos?
La misma tipología constructiva y las mismas dimensiones aproximadamente.

MONTILLA

Vistas de los restos del Castillo y la Iglesia desde la N-331
Recinto amurallado (Iglesia de Santiago y Castillo): 1,400 hectáreas


ESPEJO

Vistas de Espejo desde la N-432 (Castillo e Iglesia de San Bartolomé)
Recinto amurallado de Espejo: 7234 metros cuadrados


MONTEMAYOR

Castillo y torre de la parroquia de La Asunción de Montemayor

Perímetro fortificado de Montemayor: poco menos de una hectárea

 Y así podía seguir con Castro del Río, La Rambla, Aguilar de la Frontera, Monturque, Cabra... Parecen obviedades, pues  se sabe que la construcción fortaleza-iglesia era muy común en la Edad Media. Pero  lo importante es ver los tamaños de estos recintos ya que nos puede ayudar a saber cómo de grande podía ser el de Fernán Núñez. Si miramos con detenimiento se puede deducir curiosidades como cuanto más alto es el recinto, este suele tender a ser más pequeño, quizás por las dificultades del terreno, como ocurre en los casos de Espejo, Montemayor y Monturque. 

Montilla es un buen referente por algunas similitudes orográficas con Fernán Núñez y sobre todo porque en todas las crónicas se hablaba del gran alcázar que existía  y fue destruído por los Reyes Católicos, y por tanto, debería de ser de los más extensos de la provincia. Nuestro pueblo, probablemente no contase con un recinto y castillo de tales dimensiones y debería de estar en un término medio entre los de Espejo y Montemayor y el montillano, sirviendo de base para poder trazar un posible recinto sin excedernos en cuanto a la dimensión.

En las próximas entradas intentaré darle una ubicación y ver lo que nos queda de esta fortaleza que surgió en torno a la torre de Fernán Núñez de Témez, en los siglos XIII y XIV, que fue modificada en los siglos XV, XVI y XVII y que finalmente desapareció bajo el Palacio Ducal, en el XVIII.

viernes, 29 de octubre de 2010

El día de los Santos

 Y esta va a ser una entrada de las de recuerdos y tradiciones. Yo vivo en la calle del cementerio, o como siempre le decía mi abuela y mi madre, El Santo (abreviatura de El Campo Santo). El día de Los Santos siempre subíamos unas dos o tres veces, es que lo tenemos muy cerca, o sino no creo yo que diésemos tantas vueltas. Ibamos con mi hermana cuando venía a visitarnos y le traía algún ramo a mis abuelos, con mis amigos o si mi madre limpiaba alguna tumba, y como es costumbre, el día de antes había llovido algo y le jorobaba la faena, darle un último repaso. 


Yo me acuerdo que mi abuela me solía traer alguna doblaita de la Confitería Luque cuando salía de trabajar (ella trabajaba hasta domingos y festivos) La doblaita es un dulce hecho de batata o de mazapán que recibe el nombre del "doblar de las campanas" porque se solía comer el día de los Santos por la tarde, justo antes de misa.  Tenía formas diferentes, de estrellas, de animales... Aquí os dejo la receta. También se come en otros sitios como La Victoria. Ya conforme me fui haciendo un mozuelo, dejé de comerlas, aunque todavía paso por la calle la Feria en estas fechas y no puedo evitar mirar el escaparate con bastante gula.

Pero eso... me hice Mozuelo y lo que tocaba era irse a Montemayor. Al principio era andando y ya luego en autobús o en las motos, si tenías amigo que la tuviese. Allí había gente de La Rambla, San Sebastián, La Victoria, Montalbán... 
Finalmente hasta se fue pasando de moda el ir a Montemayor entre mis amigos y los últimos años, nos íbamos a Córdoba al cine.

Sea como sea, siempre cuando caía el sol y ya estaba en casa, acompañabamos alguno de mis hermanos y yo, a mi madre a poner la vela o la pila de petaca y su bombillita para que durante toda la noche estuviese iluminando la tumba de nuestros familiares.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La torre de la Atalaya: vínculos con otras fortificaciones

En la siguiente imagen he intentado recopilar, bajo los números del 1 al 10, las fortificaciones y torres que en la época árabe, y posteriormente bajo el dominio cristiano pudieron estar vinculadas de alguna manera u otra con la torre de la Atalaya. Esto tiene el fin de mostrar su posición privilegiada en toda la campiña cordobesa.

Por colores tenemos:
  • Línea Verde: itinerario aproximado de la vereda de Córdoba-Granada.
    • Línea Roja: itinerario ficticio de la calzada romana que unía Córdoba con Antequera.
        Por la utilidad que siguieron teniendo estos caminos durante toda la edad media, son los únicos a considerar. 
      • Líneas moradas: En el punto en común de todas tenemos a la Torre de la Atalaya, la cumbre del cerro del Madroño.  No se han seleccionado torres o fortificaciones a más de 15 km de distancia en línea recta.



        1. Torre de Fernán Núñez de Témez (actual Palacio Ducal de Fernán Núñez) a 3,3 km:  Es el punto más cercano que tiene la Atalaya. Se sitúa a su suroeste. Posteriormente sería el núcleo de población más importante y más cercano a la misma y probablemente el objeto de su defensa durante gran parte de la edad media y hasta su destrucción.  La cesión histórica de esta torre y sus terrenos la acabó vinculando al señorío, marquesado, condado y finalmente ducado de Fernán Núñez. Sin embargo en el escudo de dicho pueblo solo aparecen dos torres y no tres, quizás porque más que una heredad o herencia fue una venta. Pero no cabe duda que su papel, por muy desconocida que sea, fue también decisivo en la historia de nuestro pueblo.

        2. Torre de Abencalez a 3.9 km: Lógicamente el primer núcleo poblado de nuestro municipio tenía conexión directa con la atalaya. Puede ser que incluso fuese una de las torres que el señor de la época árabe, Aben-toxil crease para defender a Abencalez y la vega del arroyo Ventojil.

        3. Torre de Albaén a 9,6 km:  esta torre estaba situada en el cortijo del mismo nombre. Crespín Cuesta pudo ver sus últimos restos y tomar una serie de notas sobre los mismos. Es la conexión más cercana que hay hacia el oeste. Realmente dudo si hay un contacto visual directo, pero  de todas formas por el sistema de fogatas si era de noche  y humo, en caso de ser de día puediesen tener algún vínculo.

        4. Torre del Cañaveral a 6.9 km: esta torre, parece que claramente es como la de Abencalez, de defensa de una población y se oculta en una cañada de un arroyo que si permite su conexión con la vega del Guadajoz, pero da en cierto modo la espalda a la torre de la Atalaya y por tanto, no tiene contacto visual directo, pero se consigue con solo andar unos metros arriba. 

        5. Castillo de Torres Cabrera a 9.5 km: el castillo de Torres Cabrera, fortaleza que controlaba la parte del Guadajoz más próxima a la capital  es otro punto clave.

        6. Ategua a 13 km: la antigua ciudad romana, gracias a su elevada posición permite contemplar unas vistas espectaculares entre ellas las del cerro del Madroño, donde se encuentra la atalaya.

        7. Espejo a 13 km: Si hay una atalaya en la campiña, esa es Espejo, su castillo es visible desde todos los puntos de los pueblos más orientales de la  Campiña Sur y por tanto, no iba a ser menos desde la torre. Sin duda ante un ataque musulmán procedente de Granada era un salvavidas para Fernán Núñez, Abencalez, Montilla y Dos Hermanas (posteriormente Montemayor)

        8. Dos Hermanas a 8 km: Esta fortaleza y pueblo estaban unidas temporalmente a esta torre así que no hay duda de que estuvieron muy vinculadas la una con la otra al menos hasta su traslado al actual Montemayor, cosa que beneficiaría más aún porque quedaban más próximas incluso. Esta fortaleza requería mucho de las circundantes por la baja cota donde se asentaba.

        9. Montilla a 12,6 km: la vistas de la fortaleza de Montilla desde la Atalaya son impresionantes, ya que desde casi todo el término de Fernán Núñez apenas podemos ver en el horizonte parte de este pueblo, y al ir subiendo y aproximandonos vemos como la cima al este de la ciudad, donde se situaba su grandioso alcázar se contempla con gran facilidad.

        10. Montemayor a 5,3 km: y cerramos el círculo con el pueblo vecino. Apenas hay contacto visual entre Fernán Núñez  y Montemayor si nos situamos en nuestro término municipal, sin embargo es perfecto este contacto  en el caso de  la Atalaya.

        viernes, 21 de mayo de 2010

        Los restos de Abencalez en otros monumentos

        A parte de la supuesta campana encontrada en el siglo XV por Juan Criado, otros restos de la aldea, sobre todo de la torre en torno a la cual se encontraba, fueron destinados a la construcción del castillo de Montemayor.

        La población actual de Montemayor surgió cuando, a partir del año 1340, Martín Alonso de Córdoba trasladó a éste lugar a los pobladores del cercano castillo de Dos Hermanas, para mejorar así la defensa del territorio que un siglo antes conquistara Fernando III.

        El Castillo de Dos Hermanas tras su conquista a los árabes fue donado a Fernán Núñez de Témez. Don Fernán Núñez y doña Ora tuvieron nueve hijos; pero de ellos sólo nos interesan  dos. El primero, llamado Alonso Fernández de Córdoba, que fue tercero en el orden de nacimiento, sucedió a su padre en el señorío de Dos Hermanas, por haber muerto el mayor de sus hermanos, Nuño, luchando contra los benimerines de África, cerca de Ecija. El segundo fue Ruy, que llegó a ser Canónigo de la Santa Iglesia de Córdoba.

        Torre del Homenaje del Castillo de Montemayor

        Fue D. Alonso, Adelantado Mayor de la Frontera, Alcaide de Alcalá la Real, Alcalde Mayor de Córdoba, primer señor de Montemayor, por compra de este territorio a la Corona, y progenitor de toda la gran Casa de Córdoba, en la que se cuentan seis grandezas de España, diez y siete Casas tituladas y muchísimas de vasallaje y mayorazgos de gran antigüedad.

        Don Alonso, por ser hijo y nieto de los conquistadores de Córdoba, tomó este apellido, que ya fue concedido a su abuelo y padre de doña Ora, Domingo Muñoz, por privilegio real, olvidando el de su padre, si bien conservó las armas de la Casa de Témez, que pasaron a ser las de Córdoba: tres franjas rojas horizontales, en campo de oro. Casó con doña Teresa Ximénez, hija de Don Pedro Bandoma de Góngora, primer señor de la Zarza y el Cañaveral, miembro de la ilustre Casa de Góngora en Córdoba, cuyas armas fueron cinco leones de oro en campo rojo, colocados en forma de cruz.

        Su hermana, doña Constanza Fernández de Córdoba, recibió en dote el señorío de Fernán Núñez. Casó con don Lope Gutiérrez de Haro, hijo del conquistador don Pedro Díaz de Haro, el cual aportó al matrimonio el señorío de la torre de Abencalez, con lo cual este señorío y el de Fernán Núñez quedaron definitivamente unidos, como veíamos en la anterior entrada.

        El hijo de Don Alonso, Martín Alonso de Córdoba destruyó parcialmente la antigua fortaleza musulmana de Dos Hermanas para aprovechar sus materiales en la construcción de lo que posteriormente sería el castillo de Montemayor. Así pues, la fundación de Montemayor comenzó con la construcción de su castillo, a cuyo alrededor se fue asentando la población. Martín Alonso contrajo matrimonio con su prima  Aldonza López de Haro, que por herencia era la 5ª señora de Fernán Núñez, uniéndose durante este matrimonio los señoríos de Dos Hermanas, ya Montemayor y Fernán Núñez y Abencalez.

        Actuales restos de Dos Hermanas

        Por tanto, Don Martín Alonso aprovechó los restos de la antigua torre del territorio de su esposa también para la construcción de su nueva fortaleza en Montemayor. Incluso esto llega a ser una baza para algunos historiadores que demuestran que hayan restos en el castillo de origen romano por ser procedentes de distintos sitios tanto de Dos Hermanas, que algunos autores citan como la antigua Soricaria romana como los de Abencalez, sembrando la gran polémica de si Ulia se encontraba en las proximidades de Fernán Núñez y Abencalez y fueron trasladados restos de este sitio hasta el actual castillo de Montemayor. Lo cierto, es que ambos términos son muy abundantes en restos romanos y carece de peso toda esta hipótesis de traslado de elementos romanos. Lo que si dejan claro es que parte de la torre fue usada para construir el nuevo castillo junto con los restos traídos desde Dos Hermanas (los restos de esta población y castillo se pueden visitar en la Carretera que une Espejo con Montemayor, en el cortijo del mismo nombre)

        Rompiendo con la parte histórica ... yo me pregunto ¿qué pasaría si hoy día nos dijesen que de buenas a primeras nuestros gobernantes son para Montemayor y para Fernán Núñez al mismo tiempo? ¡Ay si nuestros vecinos supiesen que hay tanto pasado en común...! (y para otro día dejamos la historia de los Chuscarraos)

        lunes, 22 de marzo de 2010

        Ubicación de Abencalez (Segunda parte)

        En la anterior entrada, ya veíamos como Crespín Cuesta situaba el núcleo mayor de población al oeste de la actual población, pero ¿en qué sitio concretamente?

        ¿Cuáles son los documentos o vestigios en los que nos podemos basar para situar Abencalez?

        1)Algunos documentos de la casa ducal, que a día de hoy continúan poseyendo el título de Vizcondes de Abencalez.

        Como ejemplo citamos la siguiente escritura pública del Conde don Francisco de los Ríos, que Alfonso Zurita Villalba aportaba a la Revista de Feria de 1988. En ella, el nueve de diciembre de 1702 en Cádiz, donde se encontraba ejerciendo de Capitán General de la Artillería y de la Armada del océano. En ella hace donación al concejo de la villa de 17 fanegas de tierra que están en el trance y sitio que dicen del Pozuelo, donde estuvo antiguamente la población de Abencalez.
        Y es que las posesiones ducales en la zona eran muy abundantes. Puesto que son los terrenos que fueron conquistados por Pedro Díaz de Haro, y entregados en donadío por el rey Fernando III y que por uniones matrimoniales acabaron unidas a la de los herederos de Fernán Núñez de Témez y sus descendientes a lo largo de la Edad Moderna y Contemporánea.

        2)Lápida de la antigua Cruz de los Desamparados.

        Esta cruz contenía una lápida, conservada gracias al escultor local Juan Polo, y hoy, junto a una copia, se encuentra en la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas, concretamente en la capilla de la titular de la parroquia (antigua capilla del Bautismo). La lápida, fechada en 1717 cuenta el relato de la aparición de la patrona de nuestra villa citando literalmente "en este sitio por donde encontramos el lugar de Abencalez"


        3) Restos arqueológicos

        Existen una serie de muros en la parte media-baja de la loma que se situa al oeste del actual pueblo. Una loma que en algunos tramos presenta vegetación típica de bosque mediterráneo y fuertes pendientes, aunque hoy día muy suavizadas por las labores agrícolas.


        Es muy dificil dar con los restos de esta alquería y su torre por uso de material para construcción de edificios del antiguo y del actual Fernán Núñez y hasta del cercano castillo de Montemayor.

        En la cuesta de las huertas encontramos muros, relacionados con construcciones hidráulicas romanas por algunos expertos. Lo cierto que aunque fuese hidráulico en época romana no sé ha descrito si tuvo alguna función en la época árabe.

        En la Estacada, en su parte más baja, se encuentran otros muros también sin función muy conocida.



        Y mezclando un poco con la leyenda, aquí un ilustre vecino, Juan Criado, encontró una campana que atribuyó a la antigua iglesia de la aldea en el siglo XV. Hecho, que siendo realidad o ficción, si que demuestra el continuo uso de los materiales de Abencalez por los habitantes de Fernán Núñez en sus construcciones

        4) Toponimia

        Por último nos queda buscar alguna referencia sobre nuestra torre, algo que nos indique que en esa zona hubo alguna construcción. Es así como me fijé en la Colada de Puerta Alta. Es llamativo como de repente en una zona alejada del núcleo del actual Fernán Núñez, encontremos un camino con dicho nombre.  Se continúa dicho pago con el nombre de Puerta Baja. Pueden hacer referencia a las puertas de alguno sde los recintos amurallados de la alquería. Dichas poblaciones no solo contaban con una torre, sino con varios recintos amurallados que las protegían, normalmente construídos con tapial.


        CONCLUSIONES

        La zona más lógica para situar Abencalez, iría desde la actual Cruz de los Desamparados hasta el inicio de la Colada de Puerta Alta, justo próximo a la zona donde quedan unos pilares de la cerca que protegía a los olivos ducales de El Realengo.

        La zona de mayor pendiente presenta restos de vegetación mediterránea y restos de estructuras defensivas como muros. Esta zona es bastante húmeda en época de lluvias y una vez termina, unos pocos metros más arriba de la actual carretera del pozuelo conforma un pequeño altiplano que permite una buena defensa y una visión bastante espectacular de toda la campiña, sobre todo la vega del Ventojil donde se ubicaban el resto de torres vigias.


        Al no disponer de restos arqueólogicos que corroboren esta hipótesis, esto no queda más que en eso una hipótesis, pero seguro que algo aporta sobre donde se encuentra una parte importante de la historia de nuestro pueblo.
        Especial atención requiere actualmente esta zona por la gran cantidad de segunda residencias que nuestros vecinos se están haciendo y que probablemente no sientan ningún interés por respetar en cierto modo un lugar con tanta historia en sus entrañas.