jueves, 31 de marzo de 2011

La ermita de La Caridad (I)

SIGLOS XVI Y XVII: LA ERMITA Y HOSPICIO DE SANTA ANA

La primera noticia vinculada con  la actual ermita de La Caridad, situada en la calle Francisco Bonilla, también conocida como la calle Empedrá, nos llevan al décimo señor de Fernán Núñez, don Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas.

Alrededor de 1525, don Alonso por propia iniciativa y con cargo a sus rentas, mandó edificar la Capilla de Santa Ana, hoy ermita de La Caridad. Probablemente unos  cincuenta años después, en 1568 inicia su labor la cofradía de la Santa Caridad que se instaló en edificios anejos a la capilla, constituyendo el Hospicio de Santa Ana. Sus estatutos fueron aprobados por el Obispo de Córdoba don Diego de Ávila y Esquivel, el seis de julio de 1561.  En 1595 ya contaba con 254 hermanos.

Fue tal la importancia de dicha cofradía que acabó por sustituir el nombre, llamándose popularmente el Hospital de La Caridad, en lugar de su nombre original. A partir de ahora, hablar de la ermita será hablar del Hospital y de su cofradía pues las tres cosas, cofradía, hospital/hospicio y ermita van a ir unidas en la historia. Su función inicial era atender a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela por la ruta del sur y a pobres enfermos de la villa.

En rojo, la actual ermita y terreno adyacente, hoy solar, que pudo ser parte del Hospicio
 Poco se sabe de aquellos edificios iniciales. Debían estar próximos a las afueras de nuestro pueblo en aquellos tiempos. En primer lugar,  por encontrarse próxima a los caminos para salir y entrar del mismo, facilitando el cobijo de los peregrinos y en segundo lugar, para que en caso de enfermedad contagiosa, no situarse dentro de la población y así poder aislar los focos de infección. Y poco se sabe de como era la capilla inicial de aquella época y si fue la que perduró hasta antes de la Guerra Civil, cuando fue incendiada.

Probablemente los pleitos y juicios vividos en a finales del XVI dentro de la casa de los Gutiérrez de los Ríos por la sucesión en el señorío de Fernán Núñez, hicieron peligrar la manutención del Hospicio y su capilla y por eso, se entregó a la cofradía de dicho nombre, la cual intentaría sacar a flote y mantener los servicios prestados con la ayuda de los vecinos y del cabildo.

El  siglo XVII no fue mucho mejor, y los antes señores, y ahora condes de Fernán Núñez, estaban inmersos en guerras para las que destinaban grandes sumas de dinero y ya tenían bastantes rentas destinadas a su Hospital de los Ríos, el Monasterio de la Concepción, la Parroquia de Santa Marina de Fernán Núñez y otras capillas, incluyendo la del Sagrario de la Mezquita  en la capital cordobesa,  como para acordarse del humilde hospicio y su capilla de Santa Ana.

Finalmente el Hospicio en torno a 1680 cerraría sus puertas por no poder mantener esta situación.

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

lunes, 28 de marzo de 2011

El Cuadro de El Socorro a Castro del Río

Este cuadro pertenece a la colección  de cuadros que son parte del Palacio Ducal y cuya ejecución fue mandada probablemente por el III conde Francisco Gutiérrez de los Ríos, realizados tanto para resaltar el engrandecimiento y el linaje de los condes de Fernán Núñez como para decorar el palacio fortaleza. En el Memorial de los Bienes Muebles realizado por el conde en 1717, se relacionan todos los objetos conservados en su castillo-palacio, describiendo los lienzos pero sin dar noticia de su autor, y desgraciadamente, sin mencionar unos dibujos que tienen la misma temática de los cuadros y que parece ser sirvieron de boceto para crear dichos cuadros. En 1983 el palacio ducal y sus tierras pasan a propiedad municipal y con esto los cuadros, que se han mantenido en un estado deplorable hasta no hace mucho, gracias a la Asociación Cultural Los Ríos y la magnífica labor de los restauradores Teresa de la Rosa Casado y Manuel Luque Posada.

Estado antes de la restauración del cuadro, cortesía de Teresa de la Rosa Casado

Dibujo, cortesía de Diego Luis Urbano
En el cuadro aparece el ejército musulmán liderado por Mohammed IV, dispuesto a cercar y vencer la ciudad de Castro del Río, que está representada en la mitad izquierda del cuadro. De esta se puede observar su espectacular muralla, la cual se conserva hoy parcialmente y en su interior los campanarios de dos iglesias. Castro del Río aparece rodeado de humo por los incendios provocados, y a los pies de la muralla se agrupan los soldados intentado abrir brechas o treparlas, mediante escaleras. En las almenas se pueden observar a los habitantes de Castro y a los refuerzos traídos por Martín Alonso Fernández de Córdoba intentando impedir el avance de las fuerzas granadinas.

Cuadro "Socorro a Castro del Río" cortesía de Teresa de la Rosa Casado
En un primer plano vemos un exuberante caballo que porta al rey Mohammed IV y justo detrás de el un estandarte con las armas del mismo y que posteriormente pasarían al escudo de don Martín Alonso por real privilegio, como contabamos en la anterior entrada.

En la parte final, como ya es costumbre en los cuadros de esta colección, aparece una leyenda con la siguiente información: 
EL REY MAHOMAD DE GRANADA PONE SITIO EN EL AÑO DE 1331 A LA VILLA DE CASTRO DEL RIO Y AVIENDO ENTRADO EN ELLA MARTIN ALONSO DE CORDOVA SEÑOR DE MONTEMAIOR Y FERNAN NUÑEZ LA DEFIENDE CON SUMO VALOR OBLIGANDO AL MORO A QUE ALCE EL CERCO Y RETIRANDOSE A SU REINO LE DEJE LA GLORIA DE TAN EROICA AÇAÑA. CRONICA DEL REY DON ALONSO XI. CAPITULO 112.
Este cuadro, junto a las correas de la montura del caballo eran la prueba de la participación de la Casa de Fernán Núñez en dicho socorro. Igual que el cuadro de la Villa de Linares sirvió para unir nuestro pueblo con la ciudad jiennense, sirva este para unirnos con nuestros vecinos de Castro del Río.

Entradas relacionadas:
El Socorro a Castro del Río (I)
El Socorro a Castro del Río (II)
El Socorro a Castro del Río, en el blog Historias de Castro del Río, por Diego Luis Urbano Mármol.


sábado, 26 de marzo de 2011

El socorro a Castro del Río (II)

(...)
Al amanecer de aquel 21 de marzo las tropas de Muhammed IV reanudaron con gran violencia su ataque, de manera que sus saetas llegaban a todos los lugares de su medio deshecha fortaleza. El rey musulmán tuvo noticia de que nuevas tropas podrían venir a auxiliar a Martín Alonso Fernández de Córdoba y decidió zanjar el asedio cuanto antes: se aproximaron a los portillos abiertos el día anterior para intentar entrar dentro de Castro, pero la bravura de los soldados de Martín Alonso, secundados eficazmente por los castreños malheridos, les impidió seguir con su propósito.

La lucha duró todo el día, llegándose en muchas ocasiones el cuerpo a cuerpo, hasta tal punto que resultó herido el señor de Fernán Núñez, pero siguió en el combate como todos los castreños y como el resto de sus guerreros.

La llegada de la noche puso fin a la cruenta y agotadora jornada donde Castro del Río resistió un día más, pero a costa de casi llegar al punto de perder a sus defensores. En la oscuridad, como ocurrió el anterior día, llegaron los refuerzos de Córdoba y Espejo, acaudillados por Pay Arias de Castro, acampando en una altura, frente a las destrozadas murallas.

Castillo de Espejo o de Pay Arias, por Quico Ventana.
Al despuntar el día, cuando los árabes se disponían a reanudar el ataque, vieron como a su espalda  se levantaban numerosas tiendas y un respetable ejército formaba ante ellas en orden de batalla. El sultán de Granada decidió abandonar y emprender la retirada. Pero don Martín Alonso, a pesar de sus heridas, ordenó la salida de la muralla, arremetiendo contra los musulmanes de forma muy rápida, tanto que sorprendió a los esclavos de Mohammed, que no habían logrado desmontar su tienda quedándose con algunas de las pertenencias de su enemigo, como ahora veremos.

En dicha retirada, el ejército granadino, para vengarse de la humillación sufrida asaltó y saqueó la ciudad de Cabra, derribando sus murallas y llevándose como cautivos a bastantes de sus habitantes.

Restos de la muralla urbana de Cabra
Para premiar estas acciones, Alfonso XI concedió nuevo escudo a don Martín Alonso, añadiéndole a las tres franjas rojas horizontales de la Casa de Córdoba, una banda negra engolada en dos cabezas de sierpe, tomadas del escudo del rey de Granada. A la vez, le concedió los títulos de Caballero de la Banda Dorada y Caballero Veinticuatro de Córdoba.
Escudo otorgado por Alfonso XI
 Durante mucho tiempo, estuvieron expuestos en una vitrina del castillo de Fernán Núñez, y posteriormente en el palacio, los atelajes de un caballo con una inscripción siguiente:
Montura del caballo que llevaba Mahomad en MCCCXXXI en el sitio de Castro del Río, cuya villa, con solo LXX de cavallo y pocos de a pie, entró el rico-home don Martín Alonso de Córdova, señor de Montemayor y de Fernán Núñez, peleando tan notablemente que, aunque salió con grandes heridas, los moros espantados de su fortaleza alzaron el cerco. Por esta singular hazaña, los descendientes de Don Martín llevan sobre las armas de Córdova las del rey moro
Esta silla, guarnecida de oro, plata y pedrería, pasaría después a mediados del siglo XX a la Casa de Cabrera y a la condesa de Talará, descendiente de la misma, que la dió en concepto de donación al Museo Arqueológico de Málaga.

Vitrina del Palacio Ducal de Fernán Núñez. Fotografía cortesía de Diego Luis Urbano
 En el palacio de Fernán Núñez también se ha conservado un cuadro que muestra el momento del cerco y cómo los soldados de don Martín junto a los castreños defienden Castro del Río.

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta
Fotografías del Castillo de Castro del Río por Vértice.

Entradas relacionadas:
El Socorro a Castro del Río (I)
El Socorro a Castro del Río, en el blog Historias de Castro del Río, por Diego Luis Urbano Mármol.
El Cuadro de El Socorro a Castro del Río

viernes, 25 de marzo de 2011

El Socorro a Castro del Río (I)

Doña Aldonza López de Haro fue la quinta señora de Fernán Núñez y Abencalez, casó con su primo el señor de Dos Hermanas y luego Montemayor, don Martín Alonso Fernández de Córdoba. En el siglo XIV la seguridad de los estados de estos señores exigía la permanencia de importantes fuerzas y construcción de fortalezas para guardar sus tierras de las partidas que organizaba el reino musulmán de Granada, que con frecuencia recorrían la campiña, robando y destruyendo muchos pueblos de la provincia cordobesa. La frontera estaba situada en las inmediaciones de Lucena y Priego y por tanto, los trigales y fincas de molinos aceiteros eran una constante tentación.

Estandarte de la dinastía Nazarí de Granada
 El 20 de marzo de 1331 emisarios del pueblo de Castro del Río llegaron a Córdoba solicitando ayuda para resistir el ataque de un potente ejército mandado por Muhammed IV de Granada.  Martín Alonso salió de Córdoba con las fuerzas que pudo reunir y al paso del vado del Guadajoz se les unieron  fuerzas de los señoríos de Fernán Núñez y  Dos Hermanas, presentándose en Espejo, donde solicitó la cooperación del señor de la villa, don Pay Arias de Castro. El señor de Espejo se negó, por temor a que los árabes atacasen su fortaleza, prometiendo que si se introdujesen estos finalmente en Castro del Río, iría en su auxilio. 

Vista de Castro del Río. Pier María Baldi, siglo XVII
 Y así fue, el rey granadino, con un numeroso ejército de infantería y caballería atacó la fortaleza del pueblo con tal dureza que logró abrir en la muralla algunas brechas, en las que se combatió cuerpo a cuerpo, pudiendo finalmente los defensores impedir la entrada de los invasores a duras penas.

Amparados en la oscuridad de la noche, llegaron los refuerzos de Córdoba, Fernán Núñez y Dos Hermanas. Los enemigos descansaban de la dura batalla librada de día alrededor de la muralla de Castro, confiando en que los sitiados no podrían resistir la avalancha del día siguiente y no tendrían más remedio que capitular o sucumbir. 

Castillo de Dos Hermanas en el término de Montemayor. Foto de Jorge Garzón
 El señor de Fernán Núñez dió orden de atacar a plena noche, con objeto de alcanzar las entradas de la fortaleza y poder introducirse en ella. Las tropas cordobesas se lanzaron con ímpetu contra los sitiadores, rompiendo el cerco, destrozando tiendas, matando y arrollando cuanto se ponía a su paso, hasta alcanzar uno de los boquetes, por el cual pasaron al interior de la muralla, recibidos con gran alegría por los castreños.

Vista actual de Castro del Río
 Martín Alonso encontró casi desfallecidos a los defensores. Infinidad de muertos se hacinaban junto a los portillos abiertos en la muralla, señal del heroísmo con que defendieron su villa. Otros estaban heridos, pero con armas en las manos dispuestos a seguir el ejemplo de los ya fallecidos. Rápidamente se empezaron a reparar los destrozos en la muralla, tapando los boquetes con piedras, vigas y hasta muebles, se distribuyeron las fuerzas por los lugares más vulnerables y se enviaron emisarios a Córdoba y a Espejo pidiendo más refuerzos.

Fragmento actual de la muralla de Castro del Río. Foto de Luis Puey Vílchez
Castro del Río había resistido el primer asalto y por fin, había recibido auxilio por parte de las poblaciones vecinas y de la capital, pero aún quedaba un segundo día de asedio. Los musulmanes estaban decididos a someter a Castro y que la plaza cayese en manos del reino de Granada...

Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

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El Socorro a Castro del Río (II)
El Socorro a Castro del Río, en el blog Historias de Castro del Río, por Diego Luis Urbano Mármol.
El Cuadro de El Socorro a Castro del Río

martes, 22 de marzo de 2011

El cuadro de la Procesión de la Virgen de Guadalupe (II)

En la anterior entrada describía la escena de la procesión, y ahora es el turno del paisaje. El problema de este cuadro es que no se conoce su fecha exacta de creación. La primera vez que se mencionan el conjunto de cuadros del que este forma parte, es en el testamento del III conde, don Francisco Gutiérrez de los Ríos que vivió entre 1644 y 1721. En 1706 es cuando se retira de la vida militar y decide volver a Fernán Núñez a pasar el resto de sus días, viviendo el pueblo un resurgimiento que muchos autores lo han considerado como el verdadero fundador de nuestro pueblo. Es también cuando comienza a interesarse por sus antepasados y quizás cuando decida el encargo de estos grandes lienzos.

Por tanto, si este cuadro es del siglo XVIII ¿las vistas que tiene serán también del XVIII?

He aquí la incógnita.  Probablemente así lo sea, pues es prácticamente imposible que este noble pudiese recordar como era la Plaza de Armas en el siglo XVI, concretamente en torno a 1525, cuando se celebró la procesión de la Virgen de Guadalupe. De esta época esperaríamos una Plaza de Armas más militarizada, por la cercanía en el tiempo a las épocas de guerra con el reino de Granada y para la defensa de las incursiones de los árabes por la campiña.

Vemos una Plaza de Armas donde quedan algunos reductos militares, restos de muros almenados, pero que van dando paso a nuevas zonas palaciegas e incluso con jardines ya del estilo del siglo XVIII, como el que se ve tras una puerta.

De la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas ya hablé en esta otra entrada, así que me voy a centrar en los edificios que vemos en la Plaza de Armas.

El aspecto actual de la Plaza de Armas data de 1783 - 1787, pues tras el terremoto y maremoto de Lisboa  de 1755 todo el conjunto quedó gravemente afectado, por tanto probablemente lo que vemos en el cuadro es una imagen de ese conjunto antes de este gran desastre.

1. Palacio o palacete 


Ocuparía la parte de la Plaza donde se encuentran hoy los edificios de las antiguas escuelas. En la imagen vemos un edificio de dos torres, de un estilo clásico o neoclásico que probablemente fue destruído por el terremoto de Lisboa. No parece tener una puerta principal, lo que hace pensar que estaría vinculado a la fortaleza pues en varios documentos de esta época ya se habla de la Fortaleza-Palacio de Fernán Núñez. No hay datos de qué señor o conde lo construyó. Consta de dos cuerpos y el aspecto es bastante similar a la fachada del palacio actual. En una de las esquinas, la que estaría frente a la torre de Fernán Núñez de Témez (torre que no se puede ver en el cuadro, por desgracia) tiene un escudo de armas de los Gutiérrez de los Ríos. En el lado contrario una puerta almenada da a un recinto con una fuente tras la cual podemos observar más dos ventanales con arcos de medio punto que asomarían al Llano de las Fuentes y al Encinar. No queda hoy día ningún resto de este palacio.

2. Casas capitulares/Antiguo Ayuntamiento


En este recorte vemos la esquina de la Calleja de la Cárcel, esquina donde actualmente se encuentra el Mesón del Duque y el actual ayuntamiento. En el cuadro podemos ver que antes del mesón había una gran casa que estaba habitada por nobles, así lo demuestran sus vestimentas. Por la ubicación eran propiedad de los condes de Fernán Núñez, con total seguridad, como lo fue el mesón que posteriormente se construyó sobre esas casas de la imagen. 

En cuanto al ayuntamiento, podemos contemplar como era un edificio de estilo renacentista con arcos de medio punto en su fachada, tanto en el primer cuerpo como en el segundo, donde tres arcos hacen una balconada y se acompaña de dos ventanas enrejadas, tan al estilo de Fernán Núñez, ventanas que cada día se están perdiendo más en nuestras construcciones actuales. En 1704 se derribaron las casas viejas propiedad del concejo de la villa y se encargó a Francisco Moyano, escultor del pueblo un escudo de la villa y de la casa condal que labró en escayola que serán los que hay a ambos lados del balcón. Además le encargaron un lienzo de la Virgen de Guadalupe, que era para la sala de Cabildos del ayuntamiento, del cual hoy desconocemos su paradero.

El resto de construcciones son de menor importancia, parecen grandes pabellones probablemente con función militar y casas de los habitantes del pueblo en las que en casi todas se puede observar como tienen un corral en su parte trasera.

lunes, 21 de marzo de 2011

El cuadro de la procesión de la Virgen de Guadalupe (I)

Como decíamos en la anterior entrada, la devoción por la Casa de Fernán Núñez a esta virgen extremeña, está confirmada por un cuadro que pertenece a la colección de cuadros que son parte del Palacio Ducal y cuya ejecución fue mandada probablemente por el III Conde don Francisco Gutiérrez de los Ríos, junto con otros cuadros que recordaban hazañas y hechos extraordinarios de sus antepasados como el Socorro a Castro del Río o La Batalla del Campo de la Verdad.

La escena que describe el cuadro es la solemne procesión que se hizo para trasladar la imagen de la Virgen de Guadalupe hasta la Iglesia de Santa Marina en 1525 tras la peregrinación años atrás al Monasterio cacereño de los señores de Fernán Núñez como promesa para obtener un heredero, súplica que se cumplió al poco tiempo después cuando doña Beatriz quedó embarazada de su primogénito.

Cuadro ubicado en el ayuntamiento
En la imagen vemos una vista de Fernán Núñez desde la actual fachada del Palacio, que  antes de 1783, sería el Castillo. Es dificil realizar ampliaciones porque es un oleo y por ubicarse en una zona muy iluminada del ayuntamiento me resulta difícil conseguir buenas fotografías, así que lo mejor es que quien quiera verlo con detalle se desplace hasta el ayuntamiento. Contemplamos la Plaza Armas y los edificios que la componían destacando las Casas Capitulares en su lado derecho y las caballerizas y un palacio a la izquierda, así como pabellones militares. Al frente una calle llevaba hasta la antigua iglesia de Santa Marina. Para explicarlo lo vamos a dividir en cuatro partes.

Esquema de la composición del cuadro

A) Lado izquierdo:
En el podemos ver un despliegue militar, seña de identidad de esta Casa durante la Edad Media. El cuadro da muestra de la importancia que tenían las huestes de los señores de esta casa nobiliaria en las guerras y conflictos del reino de España. Se ve un cuerpo de caballería formado por unos veinte jinetes, alineados, observando el evento, así como un  gran cuerpo de infantería, completamente armado con lanzas y otras armas que observa también la solemne procesión. Quedan ambos grupos, enmarcados por muros almenados y por los pabellones militares, en color rojo, pertenecientes al castillo. Cierra el ángulo una puerta  almenada de acceso al recinto, que está en la esquina de la izquierda, la cual da a un jardín con una fuente y otros ventanales que formarían parte de la zona de recreo del palacio o palacete que está en color violeta en el esquema.

Detalle del lado izquierdo
B) Parte central:
Es la procesión en sí (imagen de la Virgen en rosa en el esquema), acompañada por un séquito de personajes de tipo religioso que portan cirios y algún estandarte (en color verde) La procesión parte de la esquina inferior derecha quizás porque la imagen había llegado a la plaza por la Puerta de la Villa, acceso normal a nuestro pueblo en la época, o porque salía del castillo, por alguna puerta ubicada en ese flanco. Se enfila pasando por el centro de la Plaza de Armas en dirección a Santa Marina, conservandose la misma trama de calles que hay hoy día: asciende por la actual calle Cronista Alfonso Zurita, calle creada para comunicar directamente la zona noble con la zona religiosa de nuestro pueblo. La parte final de la comitiva son los nobles, ataviados de capas y espadas (color morado). Justo detrás del último sacerdote aparece un noble acompañado de una mujer que parece estar embarazada, pudiendo ser el décimo señor don Alonso  y su esposa doña Beatriz ya encinta. En el primer plano hay otros nobles discutiendo o debatiendo y unos niños se han acercado a una mesa donde parece que hay algún entretenimiento (¿juego de naipes?)

Detalle del lado derecho: en el círculo posibles figuras de los señores de Fernán Núñez
C) Lado derecho
En este lado vemos el antiguo y primer ayuntamiento de nuestro pueblo y el resto de casas que acogían el cabildo y las instituciones relacionadas con el gobierno de la Villa. Todas las casas están con las ventanas abiertas y engalanadas para la ocasión, asomándose a ellas parte del vecindario, siendo también partícipe del evento. Incluso aparecen algunas personas en actitud orante arrodilladas al paso de la imagen.

D) Texto explicativo (escrito en castellano de la época)
AVIENDO ESTADO SIN SUCESIÓN MUCHOS AÑOS LOS SEÑORES D. ALONSO DE LOS RIOS Y Dª BEATRIZ CARRILLO DE CORDOVA HIJA DE LOS SEÑORES DE ALCAUDETE DN MARTIN Y DE Dª MARIA CARRILLO PRIMA SEGUNDA DEL SEÑOR REY DN FERNANDO EL CATOLICO FUERON EN ROMERIA AL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE DONDE DEJARON FUNDADA UNA FIESTA PERPETUA EN SU STAUARIO TRAYENDO UNA COPIA DE AQUESTA SAGRADA YMAGEN A SU VILLA DE FERNAN NUÑEZ DONDE LA COLOCARON EN EL ALTAR MAYOR DE SU YGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARINA DEJANDOLE MUI YLUSTRE DOTACION Y ENCARGANDO A SUS SUZESORES LA GRAN DEVOZION A ESTA SANTA YMAGEN POR CUIO MEDIO OBRA DIOS NUESTRO SEÑOR MUCHOS MILAGROS Y LES CONCEDIO A LOS SOBREDICHOS SEÑORES MUI COLMADA SUCESION COMO CONSTA EN LOS AUTORES GENEALOGICOS QUE TRATAN DE LAS CASAS DEL REYNO DE CORDOVA Y EN ALONSO LOPEZ DE HARO EN LA CASA DE ALCAUDETE LA FILIACION DESTA SEÑORA.

Entradas relacionadas:
El cuadro de la procesión de la Virgen de Guadalupe (II)

sábado, 19 de marzo de 2011

La devoción a la Virgen de Guadalupe en Fernán Núñez

El décimo señor de Fernán Núñez, don Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas y su esposa Beatriz Carrillo de Córdoba, pasaron muchos años unidos en matrimonio sin lograr descendencia. Ambos fueron en peregrinación al santuario cacereño de Nuestra Señora de Guadalupe, a implorar la concesión de un heredero, que asegurase la continuidad sucesoria de esta casa de Fernán Núñez. 

Parece ser que las súplicas fueron escuchadas y al poco tiempo nació el heredero que llevó por nombre Fernando, en memoria de su abuelo paterno. La descendencia prosiguió hasta alcanzar la cifra de diez hijos.

Don Alonso trajo una imagen del santuario extremeño y en una solemne procesión fue llevada hasta el Altar Mayor que el mismo mandó construir, y donde fue sepultado, en la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas. Se acompañó de un sermón y la posterior celebración, con los vecinos de la villa, ordenando que sus sucesores de la Casa de Fernán Núñez, la tuviesen siempre como protectora. Este hecho queda reflejado en un cuadro que se conserva en el Palacio Ducal y que ahora podemos contemplar en el Ayuntamiento, tras su restauración.



Para que siempre se recordase el favor que por su intercesión habían recibido, destinaron una renta perpetua para que todos los años, los señores de Fernán Núñez enviasen veinticinco cirios de cera blanca, dorados y plateados, que ardiesen en las vísperas y fiestas de la Navidad, en su monasterio de Guadalupe.

La Virgen de Guadalupe, presidía el Altar Mayor de Santa Marina antes de su reconstrucción, hasta el siglo XVIII, en el primitivo Altar Mayor. Posteriormente, en la nueva parroquia, presidiendo el nuevo Altar Mayor que crease Alonso Gómez de Sandoval entre 1785 y 1790 con una nueva talla de la Virgen de Guadalupe  hecha en 1791.  Parece ser que la anterior imagen permaneció en  Santa Marina, probablemente en la sacristía u otras dependencias.
Pero esta iglesia sufrió las consecuencias de la Guerra Civil y fueron destruídas muchas imágenes y altares, entre ellos la imagen de la Virgen de la que hablamos. Después de la guerra, no se volvió a colocar la imagen, sino que fue sustituído años más tarde por un imponente crucificado de Juan Polo, el Cristo de la Promesa.

En el centro del Altar Mayor se puede ver la silueta de la Virgen de Guadalupe. 1936
Ampliación del Altar Mayor (Cortesía de Juan Luis Ramírez Zurita)
Virgen de Guadalupe, tras la Guerra Civil
Hasta 1922 hay constancia de la celebración de una función a la Virgen cada ocho de septiembre y en los archivos de la Iglesia de Santa Marina queda constancia de que a partir del XVIII se relega por parte de los condes a esta parroquia, el envío de los veinticinco cirios al monasterio cacereño, dando detalle de las cuentas y elaboración de los mismos.

Igualmente los sucesores de don Alonso siguieron profesando devoción a la Virgen de Guadalupe e incluso dispusieron de una nueva copia para el Palacio construído sobre el castillo en el siglo XVIII, que se colocó en la capilla de Santa Escolástica, situada en una de las torres de dicho palacio, en una pequeña hornacina  en el altar del Resucitado.
Virgen de Guadalupe de la Capilla de Santa Escolástica
Esta imagen figura en los inventarios de dicho Palacio como Virgen de las Batallas. Este nombre puede tener relación con el hecho de que los señores de Fernán Núñez  durante el siglo XVI, XVII y XVIII destacaron siempre en el ambito militar, tanto en tierra como en mar y esta imagen  de la Virgen de Guadalupe, de pequeño tamaño, podía acompañar a los señores y posteriores condes en cualquier contienda.

También era costumbre celebrar solemnes misas para dar gracias a la Virgen cuando a alguno de los señores o condes le sucedía algún hecho extraordinario. Por ejemplo, en julio de 1742 se recibe en la Villa una carta del quinto conde don José Diego Gutiérrez de los Ríos que relata el nacimiento de su primogénito. El Concejo y Regimiento de la localidad, encabezado por el corregidor, don Rodrigo de Fuentemayor acordó celebrarlo con una fiesta en la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas, en acción de gracias, dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe.

En julio de 1775 llegó a Fernán Núñez la noticia de que entre los heridos en un expedición española a Túnez contra los berberíscos se encontraba don Carlos José Gutiérrez de los Ríos, sexto conde de la villa. Al conocer el Concejo esta comunicación se reunió el cabildo de urgencia, tomando el acuerdo de rendir sus respetos al conde, ofreciendo una solemne fiesta a Nuestra Señora de Guadalupe, para implorar misericordia sobre la persona del conde.


Información editada y ampliada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta
Colaboración de Juan Luis Ramírez Zurita.

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jueves, 17 de marzo de 2011

La vereda de Algorfillas

Parece, según veo en las búsquedas de Google, que la Vereda de Algorfillas está siendo uno de los temas que más visitas trae a este blog en las últimas fechas. Supongo que se debe al proceso de deslinde que se está llevando a cabo de la misma y a todas las notificaciones que estamos recibiendo los que tenemos alguna haza próxima, con la alarma consecuente de ¡nos van a quitar tierra que es nuestra por derecho!

Para empezar, lo hacemos con la Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías Pecuarias y su Decreto 155/1998, de 21 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Vías Pecuarias de Andalucía. Esta ley clasifica las vías pecuarias en distintas categorías, a nosotros nos interesa en concreto la que se denomina como vereda.

Vereda: vía pecuaria cuya anchura no es superior a los 20 metros. Como vía pecuaria, se considera que era o es una ruta por donde discurre tradicionalmente el ganado y podrá ser destinada a otros usos compatibles acordes con su naturaleza y fin: paseo, práctica de senderismo, desplazamientos deportivos sobre vehículos NO MOTORIZADOS (a ver si es verdad y se cumple la ley) y el paso de maquinaria para labores agrícolas.

Nuestra vereda de Algorfillas mide más de 7km  de longitud y unos 20 metros de anchura y la he trazado dentro de nuestro término, en la siguiente imagen del Sigpac: en morado la línea de nuestro término municipal, en rojo la Vereda de Algorfillas.

Pincha para ampliar

Los tramos que mayor confusión me han creado son el que se aproxima al Monte La Vieja, el de la zona del Llano de las Fuentes, que no se sabe como entra y sale o bordea al pueblo y la zona donde cruza el Puente de La Canasta. Me he ayudado de las imágenes de 1965 donde aún no se había deslindado gran parte de la vereda.

 Puente de la Canasta (siglo XVIII?)
Ahora viene el problema que está levantando ampollas y he aquí su explicación:

En 1957, el gobierno franquista mandó un supuesto perito agrícola, Juan Antonio Jiménez que clasificó las vías pecuarias de nuestro término. Y digo lo de supuesto, porque tuvo la brillante idea de declarar la Vereda de Algorfillas como innecesaria viéndose invadida e incluso desaparecida en muchos de sus tramos para aprovechar el máximo posible de la tierra por los agricultores, sobre todo los tramos que pertenecían a las tierras del Duque, que eran casi la totalidad. Su actual dimensión es de tres metros, en los tramos donde no ha desaparecido por completo, que también los hay. Por tanto, más de siete metros fueron aprovechados y "tomados prestados" por el duque de Fernán Núñez, principal poseedor de las tierras lindantes a la Vereda u otros agricultores de nuestro pueblo que tenían la suerte (o el dinero, más bien) de poseer sus propias tierras en aquella época.
Esta decisión chocó y sigue chocando con la realidad, ya que esta vereda es uno de los viales más transitados de nuestro término tanto para labores agrícolas como para uso deportivo-recreativo por su proximidad a Fernán Núñez.

Tras la llegada de la democracia, dichas tierras de propiedad ducal fueron vendidas a los vecinos del pueblo, en esa venta se incluyó parte de la vereda como parte de la haza vendida. Dicho en otros palabras, también se pagó por algo que realmente no era de la propiedad del duque.
Parece que el Plan de Ordenación y Recuperación de las Vías Pecuarias de la Junta si que ha sido consciente de la necesidad de recuperar dicha vía y está a punto de comenzar el deslinde, produciéndose la queja de muchos agricultores, sobre los metros que se les va a quitar o sobre los olivos que se les va a arrancar. Alegan en su defensa, que ese fragmento de tierra fue comprado cuando estas tierras les fueron vendidas por el duque de Fernán Núñez con la apropiación ya de parte de la vereda, por tanto, es ahora propiedad suya. Pero la realidad es que esa Vereda es para el bien común, así fue antes de que el dichoso perito se pasase por Fernán Núñez y así deberá volver a  ser en un futuro.

La Vereda de Algorfillas pasaba por el Puente de la Canasta y puede coincidir en algunos tramos con la antigua calzada romana Corduba-Anticuaria que atravesaba nuestro término por dicha zona, así lo demuestran algunas villas romanas que han aparecido en sus proximidades y sepulcros localizados a la orilla de la misma. Tomaría su nombre del cortijo y arroyo de Algorfillas, ya en el término de La Rambla, por ser el lugar donde termina dicha vía. También era parte de la vía más rápida para llegar al Guadajoz, el único curso de agua próximo que soportaba los duros veranos sin secarse y que daría de beber al ganado de nuestra población, a parte de refrescarlo.


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miércoles, 16 de marzo de 2011

Cartas de los Reyes de Castilla al X señor de Fernán Núñez

Don Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas mantuvo correspondencia con los Reyes Católicos y con su hija, la reina doña Juana, puesto que era uno de sus principales caballeros de ambos y había sido paje de los primeros desde su infancia.

Una vez fallecido su padre, hereda los estados de este y continúa con su vallasaje, prestando ayuda a los reyes siempre que se le solicitaba como lo demuestran las siguientes misivas:
LA REYNA. Alfonso de los Ríos: Ya sabeis como por algunas letras del Rey, mi Señor, e mías, vos hovimos embiado a encargar e mandar que estoviessedes apercebido con cierta gente de vuestra Casa para Nos venir a servir, qaundo vos embiassemos a llamar. Esto mismo vos ruego e encargo que fagais en todo caso; de manera que quando viéredes nuestra Carta de llamamiento, podais luego venir con la dicha gente, en lo qual plazer e servizio me fareis. De Briviesca, a 18 días de Setiembre de 96 años.             YO LA REYNA
Plaza Mayor de Briviesca (Burgos)
 Dos meses después de recibir esta carta, llega a Fernán Núñez un enviado especial de los reyes que comunica a don Alonso un "negocio" de gran consideración y gravedad. Dicho emisario, entrega al señor de la villa la siguiente comunicación:
EL REY E LA REYNA. Alfonso de los Ríos, nuestro Veinticuatro de Córdova. Nos, embiamos a vos a Christóbal de Robles, nuestro Repostero de Cámara, a lo qeu de nuestra parte vos dirá. Por ende, Nos vos encargamos dedes fee e creencia, e aquello querais poner por obra, que en ello, creed, mucho plazer e servicio rezebiremos. De la ciudad de Burgos, a 13 días de Diziembre de 96 años. YO EL REY. YO LA REYNA. 
Plaza Mayor de Burgos
 El importante "negocio" que Cristóbal Robles comunicó a don Alonso fue la Guerra con Francia, motivada por la conquista de Granada, el descubrimiento de América y la unificación de los reinos de Castilla y Aragón en 1496.

Los reyes ordenaron que entre Córdoba y su reino se consiguiese cierto número de soldados, a los cuales se repartirían 400 espingardas y armaduras compuestas de coraza, casquete, espada y puñal, así como una paga de dos meses. Don Alonso cumple en sus dominios lo ordenado y el 30 de marzo de 1497 parten las huestes desde Fernán Núñez hasta la frontera del Pirineo.

Después de la Guerra con Francia vino una rebelión morisca para la que se le volvió a solicitar ayuda:

EL REY E LA REYNA. Alfonso de los Ríos, cuya es Fernán Núñez: Sabed: Porque la pugnición e castigo de los Moros de las Serranías de Ronda y Villaluenga, que están rebelados contra nuestro servicio, mejor se faga, e aquello se allane e pazifique, como al servicio de Dios e nuestro cumple: YO EL REY, tengo acordado de partir luego la vía de la Ciudad de Ronda, donde, placiendo a Dios, seré para 25 días deste dicho mes de Marzo. Por ende, Nos vos mandamos e encargamos que, luego que esta nuestra Carta veais, partais en Persona con veinte lanças e cien peones de vuestra Casa e Tierra, con talegas de veinte días, para que seais conmigo, el Rey, en la dicha Ciudad de Ronda, para el dicho término de los dichos 25 días, deste dicho mes de Marzo. E por cosa alguna, no se detengan ni falten de aquel día, que en ello mucho plazer e servicio me fareis. De Granada, a 20 de Marzo de 1501. YO EL REY. YO LA REYNA.
Ronda, foco de rebeliones moriscas
Y finalmente, aunque no he conseguido dar con la carta en sí, hay otra fechada en Toledo, el 9 de agosto de 1502, donde manda los reyes que haga alarde de soldados de a pie y de a caballo que hubiese en todo su estado, para disponer el número de ellos que habrían de enviarse a Nápoles en ayuda del Gran Capitán.

El Gran Capitán en la Batalla de Ceriñola (27 de abril de 1503)
No solo fue la Guerra de Granada donde mucho de los fernannuñeses derramaron su sangre si no que queda documentado la participación de nuestros antepasados en los grandes conflictos bélicos que atañen a la historia de España durante finales del siglo XIV y  todo el siglo XV.


Información editada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

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martes, 15 de marzo de 2011

Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas (II)

El décimo señor de Fernán Núñez y Abencalez casó con doña Beatriz Carrillo de Córdoba, hija de don Martín Alfonso de Córdoba y Montemayor, señor de las villas de Alcaudete, Montemayor y Dos Hermanas y de doña María Carrillo, prima segunda del rey Fernando el Católico, contrayendo matrimonio con solo diez años de edad. 

Doña Beatriz aportó como dote 2879000 maravedíes, según las capitulaciones hechas por don Fernando de los Ríos, décimo señor, padre de don Alonso, y don Pedro Carrillo, hermano de doña Beatriz, para las cuales tomó pleito don Pedro de Angulo, Caballero Veinticuatro de Córdoba. A imitación de su marido, doña Beatriz, fundó una capellanía perpetua en la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas de Fernán Núñez y durante los quince años de viudedad hizo grandes gastos en obras de caridad.

A pesar de llevar muchos años unidos en matrimonio no lograban la descendencia hasta que tras una peregrinación al Monasterio de Guadalupe en Cáceres, naciendo al poco tiempo su primogénito:

1. Fernando de los Ríos y Carrillo, sucesor en la Casa de Fernán Núñez.
2. Diego de los Ríos, que murió niño
3. Martín de los Ríos, alcaide de los Reales Alcázares y Veinticuatro de Córdoba
4. Pedro Carrillo de los Ríos, que fue prior en San Juan.
5. Francisco Venegas, que murió mozo.
6. Urraca Venegas, que falleció también de corta edad. 
7. Alfonso de los Ríos, que fue canónigo de la Catedral de Sevilla.
8. María Carrillo, que casó con Pedro de Cabrera, señor de las Albolafias y Montalvo.
9. Inés Venegas, religiosa del monasterio de la Concepción, de Córdoba.
10. Francisca Carrillo, monja del convento de Santa Isabel de los Ángeles, en Córdoba.
Convento de Santa Isabel en el barrio de Santa Marina de Córdoba

Información editada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

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domingo, 13 de marzo de 2011

Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas (I)

Don Alonso Gutiérrez de los Ríos y Venegas fue el décimo señor de Fernán Núñez. Tomó posesión de sus estados el uno de marzo de 1493. Fue Veinticuatro de Córdoba y Alcalde Mayor de las Dehesas del Reino, designado por la reina Juana, La Loca, como consta en una carta de la misma del 7 de abril de 1508, en agradecimiento a un acuerdo sobre tierras de La Vereda y Fuente los Ojos, del término de Fernán Núñez, en la cual figura el siguiente encabezamiento:

El muy Virtuoso y Noble Cavallero, Alfonso de los Ríos, Señor de la Villa de Fernán Núñez, uno de los Veinticuatro Cavalleros del Regimiento desta dicha ciudad, Alcalde de las Defesas della, e su Tierra, por la Reyna nuestra Señora.

Juana La Loca, por Juan de Flandes (reinó de 1516 a 1556)
Por este cargo gozaba de gran autoridad en cuestiones de límites, ejerciendo de juez en pleitos y querellas sobre términos, lindes y propiedades.

En su adolescencia estuvo sirviendo de paje a los Reyes Católicos, puesto de gran estimación que solo se daba a los hijos de los principales caballeros. Después intervino y prestó ayuda a los reyes de España en todas las empresas y guerras donde fue solicitada su participación:  en la de Granada, junto con su padre Fernando de los Ríos, contra Francia, en Nápoles junto a Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán y las rebeliones de moriscos en Ronda. Como veremos en las siguientes entradas, su participación quedó demostrada mediante la correspondencia con los monarcas. Y por supuesto, esa ayuda se prestaba gracias a los fernannuñeses que dejaban nuestro pueblo, para formar parte de las tropas de de este señor.

En 1506 es elegido Procurador para las Cortes de Castilla, por la ciudad y reino de Córdoba.

En torno a 1520 se desplazó en peregrinación, pues no conseguía tener hijos, hasta el Santuario de la Virgen de Guadalupe, en Extremadura, iniciando la devoción de la Casa de Fernán Núñez por dicha imagen, hecho documentado por uno de los cuadros conservados en el Palacio Ducal y porque antiguamente se conservaba una copia de dicha virgen en el altar mayor de la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas y que fue destruída en la Guerra Civil. De todo ello hablaremos con más detalle en otras entradas.

Real Monasterio de Guadalupe en Cáceres

También entorno a estos años, por propia iniciativa y con cargo a sus rentas mandó edificar la capilla de Santa Ana, después Hospital de la Caridad de Nuestro Señor Jesucristo y hoy ermita de La Caridad.

 Ermita de la Caridad en la actualidad
Por último, mandó en su testamento, con fecha a 17 de enero de 1531 construir una Capilla Mayor, con suntuoso enterramiento, en la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas de Fernán Núñez, donde dispuso que le sepultasen a su muerte, siendo el primer señor de esta casa que dejó de enterrarse en la capilla del Sagrario de la Mezquita Catedral de Córdoba y el primero también en recibir sepultura en dicha parroquia. A día de hoy no queda ningún resto de dicho enterramiento, que se perderían con la reconstrucción y ampliación en el siglo XVIII de dicha iglesia.

Murió don Alonso el nueve de mayo de 1531, en nuestro pueblo y fue enterrado como dispuso en su testamento, en la capilla que apenas se encontraba en construcción. Casó con Beatriz Carrillo de Córdoba que falleció el siete de abril de 1545 y fue sepultada en el desaparecido Convento de la Concepción de Córdoba, en el coro de su iglesia.


Información editada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta

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Ermita de la Caridad: Historia
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martes, 1 de marzo de 2011

Jueves Lardero: en la actualidad

Los habitantes de Fernán Núñez, o al menos en los casos que yo conozco y en los que me incluyo, sentimos un arraigo muy especial por esta tradición. 

Son ya  muchos los años que toca pasar fuera del pueblo esta fiesta, como este de 2011, y siempre ese día nos comemos el hornazo, estemos donde estemos, comprado previamente el fin de semana anterior o enviado por nuestra familia. Recuerdo mis primeros años de estudiante en Málaga donde hasta me juntaba con una amiga vecina de mi pueblo, para comernos juntos el hornazo ese día; o cómo me llevé varios para repartirlos entre la gente de la Universidad y la cara de sorpresa que me ponían al decirles que no podía traerles más porque solo se hacían una vez al año.

En los años de Granada igual, este dulce era un éxito allá por donde iba. Y este año, aquí  tengo ya uno preparado para el gran día, a pesar de los 450 km de distancia. Y es que, hasta las primeras fotos que tengo son de este día.

Uno de mis primeros Jueves Lardero

Desde 2004 se ha establecido la costumbre de elaborar un hornazo gigante en el día de Jueves Lardero en la plaza central de Fernán Núñez, llamada el Paseo de Santa Marina (el Paseo, a secas para los de aquí) a la cual estáis todos invitados por parte del Ayuntamiento de mi pueblo.

Cartel del Hornazo de 2011
Otros años como en 2006 se había celebrado en el fin de semana próximo el Hornazo del Medievo, en la Plaza de Armas, donde se ambientaba y se creaba un mercado medieval. 

Los fernannuñeses van a la zona de La Estacá y del Pozuelo a celebrarlo, haciendo peroles que se alargan hasta el fin de semana, pues además de ser festivo local, también se suele holgar el viernes siguiente. Dicha zona fue el primer lugar donde se celebró aquel primer banquete en 1492. Si bien, actualmente se reparten más los vecinos, sobre todo por la existencia de parcelas y chalets en otras zonas del pueblo donde se reunen.


Información editada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta
Artículo de José Naranjo Ramírez sobre el Jueves Lardero

Fernando Gutiérrez de los Ríos y Montemayor (I)
Cartas de los Reyes Católicos al IX señor de Fernán Núñez