Y esta va a ser una entrada de las de recuerdos y tradiciones. Yo vivo en la calle del cementerio, o como siempre le decía mi abuela y mi madre, El Santo (abreviatura de El Campo Santo). El día de Los Santos siempre subíamos unas dos o tres veces, es que lo tenemos muy cerca, o sino no creo yo que diésemos tantas vueltas. Ibamos con mi hermana cuando venía a visitarnos y le traía algún ramo a mis abuelos, con mis amigos o si mi madre limpiaba alguna tumba, y como es costumbre, el día de antes había llovido algo y le jorobaba la faena, darle un último repaso.
Yo me acuerdo que mi abuela me solía traer alguna doblaita de la Confitería Luque cuando salía de trabajar (ella trabajaba hasta domingos y festivos) La doblaita es un dulce hecho de batata o de mazapán que recibe el nombre del "doblar de las campanas" porque se solía comer el día de los Santos por la tarde, justo antes de misa. Tenía formas diferentes, de estrellas, de animales... Aquí os dejo la receta. También se come en otros sitios como La Victoria. Ya conforme me fui haciendo un mozuelo, dejé de comerlas, aunque todavía paso por la calle la Feria en estas fechas y no puedo evitar mirar el escaparate con bastante gula.
Pero eso... me hice Mozuelo y lo que tocaba era irse a Montemayor. Al principio era andando y ya luego en autobús o en las motos, si tenías amigo que la tuviese. Allí había gente de La Rambla, San Sebastián, La Victoria, Montalbán...
Finalmente hasta se fue pasando de moda el ir a Montemayor entre mis amigos y los últimos años, nos íbamos a Córdoba al cine.
Sea como sea, siempre cuando caía el sol y ya estaba en casa, acompañabamos alguno de mis hermanos y yo, a mi madre a poner la vela o la pila de petaca y su bombillita para que durante toda la noche estuviese iluminando la tumba de nuestros familiares.
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