En Fernán Núñez, el siete de abril de 1717, el tercer conde Francisco Gutiérrez de los Ríos y Córdoba realiza su testamento, redactado por el escribano Alonso de Espinosa, donde el conde ordena que cuando fallezca su cuerpo sea embalsamado y vestido con el traje de la Orden de Alcántara a la que pertenecía, y fuese sepultado en el panteón familiar que el mismo había proyectado construir en la Iglesia Parroquial de Santa Marina de Aguas Santas de la villa de Fernán Núñez, cuyas obras aún no habían concluído.
Busto del tercer conde en el Ayuntamiento de Fernán Núñez |
Aclara que su corazón y sus entrañas se debían de poner en una caja de plomo y entregarse a la abadesa del Convento de La Concepción, bajo en patronazgo de la casa condal, en Córdoba, donde se debían de depositar en la tumba de Beatriz Carrillo, décima señora de Fernán Núñez que mandó enterrarse en el coro de la iglesia de dicho convento.
La Calle Concepción con la portada del Convento homónimo. Gracias a Paco Muñoz |
La abadesa era Inés Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, hermana del tercer conde, que explicaba esta decisión por el amor que al convento y a sus tres hemanas monjas en el mismo.
Parece ser que este extraño ritual era muy frecuente en la Edad Media. En España, por ejemplo, se encuentra el corazón y las entrañas de Alfonso X en la Catedral de Murcia, mientras que su cuerpo descansa en la catedral de Sevilla.
Corazón en el escudo de la ciudad de Murcia que me llevó a conocer la historia de Alfonso X |
Y según la copia del testamento, ubicado en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba, transcribo lo que testó don Francisco Gutiérrez de los Ríos:
...En cualquier parte que me halle mi cuerpo sea armado según los establecimientos de mi orden de Alcántara y se embalsame y componga en la mejor forma posible para ser puesto en el entierro de los Señores de mi Casa, en la Capilla Mayor de la Iglesia Parroquial desta Villa fundación y patronato nuestro, y que si, lo que Dios no quiera, muriese yo antes de haberse perfeccionado la nueva capilla mayor y bóveda cuya fábrica tengo muy adelantada y que encargo en reverencia de Dios y memoria mía y entre tanto se rompan los tabiques del arco de la capilla de San Andrés donde está depositado el cuerpo de mi mujer y junto con la caja de esta se pongan, hasta que sean trasladados [a la cripta de la Capilla Mayor] con separación de los huesos de los otros señores, mis predecesores que allí se han ido depositando, en la bóveda que comprende toda la Capilla Mayor. Y así mismo, mando que mis entrañas puestas en una caja de plomo soldado se lleven a la ciudad de Córdoba, suplicando a mi Señora la Abadesa que es o fuese y demás Señoras religiosas del Convento de la Concepción, Patronazgo nuestro, que las ponga en el sepulcro de la Señora Doña Beatriz Carrillo de Córdoba, mi sexta abuela que está en el coro de aquel convento por el amor que yo siempre he tenido y tengo a mi hermana, mi Señora Doña Ignes (Inés), Abadesa que ha sido y es en aquel Santo Convento, encargando juntamente sobre sus consciencias a mis sucesiones estamentarios el ahorro de gastos de vanidades y pompas funerales...
Como ya escribí en otras entradas (enlace), el tercer conde hizo varias reformas en el Convento de la Concepción y un año después de redactar este testamento hizo una revisión del Patronato de la Casa de los Fernán Núñez sobre el mismo, que dió muchas ventajas a la comunidad de religiosas donde vivían mujeres de su familia: sus hermanas Inés, que era la abadesa, Ana, Isabel y Antonia y su hija natural, que no legítima, Francisca de los Ríos. Quizás todos estos vínculos le llevaron a tomar la decisión de disgregar su cuerpo, mandando su corazón a dicho convento.
Finalmente falleció siete años después, el 21 de abril de 1721 en Fernán Núñez y no se pudo enterrar en las obras del panteón que cita puesto que no estaban terminadas. Es más, la construcción de la nueva cripta afectó a los cimientos de la primitiva iglesia iniciada en 1385, teniéndose que derribar toda la iglesia en 1724 con licencia del Obispo de Córdoba.
El cuarto conde, don Pedro visita las obras tras la muerte de su padre y se encuentra la iglesia en alberca (es decir solo con las paredes, sin el techo por no haberse terminado) destinando 45000 reales para que se cerrase la bóveda del panteón de sus antepasados y se cubriese la iglesia.
Techos de la parroquia de Santa Marina de Aguas Santas de Fernán Núñez. Salvador López |
· Información editada procedente de:
-Testamento de Don Francisco Gutiérrez de los Ríos, III Conde de Fernán Núñez. ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE CÓRDOBA.
- El tercer conde de Fernán Núñez (1644 - 1721): Corte, parentesco y memoria familiar. Carolina Brutrach. Florencia. 2009.
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