Según Crespín Cuesta en su libro Historia de la Villa de Fernán Núñez volvemos a situarnos en el año de 1240: Pedro Díaz de Haro, Fernán Núñez de Témez y Fernán Núñez de Aza, bajo las órdenes de Fernando III El Santo se disponen a ampliar el cerco defensivo al suroeste de la recién conquistada capital cordobesa, esa tierra de nadie que era parte de la campiña cordobesa.
En este caso nos vamos a centrar en Fernán Núñez de Aza. Los datos sobre este capitán son escasísimos. Solo se sabe que se dirige hacia una de las tres atalayas árabes que había en la zona, la que luego con los siglos se denominó de "La Atalaya". Dicha torre se encontraba en el conocido como Cerro del Madroño, llamado así por la abundancia de este árbusto en los denominados paredones - pareón- o desniveles donde fue imposible el desbroce para convertir más tierra de bosque mediterráneo en tierra de labor. La zona más alta del cerro se denomina "Los miradores" por las vistas que hay de la campiña, ya que alcanza los 296 metros en su punto más alto.
En este cerro hay restos de todas las épocas históricas y hasta fósiles de cuando la campiña no existía y era aún el Mar de Tetis en la lejanísima era mesozoica. Es por ello que puede confundirse la procedencia de cualquier resto y que todavía no queda claro cual es exactamente la torre a la que hacemos referencia en estas entradas bajo el nombre de la Torre de la Atalaya, torre vigía de origen árabe que pudo tener un origen previo de civilizaciones anteriores.
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