La ubicación de la ermita de San Sebastián actualmente, está en la parte inicial del Cementerio Municipal de Fernán Núñez. En su primer patio, frente al cancel de la entrada principal del camposanto.
En rojo, localización del cementerio municipal |
No voy a tratar de describir el cementerio, eso lo dejaré para otra entrada pero si del paraje que rodea a este y por inclusión a la ermita.
Ampliación de la imagen anterior: en rojo la ermita, en verde el recinto del cementerio y en naranja la calle San Sebastián |
Esta zona es una de las partes más altas de Fernán Núñez, ronda los 310-320 metros de altitud. Lo demuestra la cuesta que nos lleva al cementerio desde el centro de Fernán Núñez, por la céntrica calle San Sebastián, y en cuyos últimos tramos más próximos al cementerio comienza a aumentar su pendiente.
Tramo final hasta el cementerio |
TOPONIMIA
Es muy curiosa la denominación de este paraje, porque aquí no existe topónimo concreto si no que la ermita de San Sebastián es quien le da el nombre al sitio, conociéndose como el Monte de la Vieja Ermita (de San Sebastián y Nuestra Señora de los Remedios). La economía del lenguaje hizo que evolucionase hasta El Monte la Vieja, actual.
La ermita también le da nombre a la calle que la unía con Fernán Núñez: San Sebastián. Parece ser que la ermita fue lo primero que hubo en aquellos terrenos y que destacaba entre los chaparros y el matorral bajo que abundaba desde sus inicios, convirtiéndose en una especie de atalaya que siempre era tomada como punto de referencia en la zona este de nuestro pueblo.
Torre y cúpula del crucero de la parroquia de Santa Marina desde el Monte La Vieja |
Los primeros datos son de 1680, pero con mucha probabilidad su fundación es anterior, situándola a finales del XVI o principios del XVII. La devoción a San Sebastián surge en respuesta a las epidemias de peste que azotaban las poblaciones de Castilla durante la Edad Media y la Edad Moderna. A este se le unía la devoción a Nuestra Señora de los Remedios, que compartió la advocación en esta ermita con San Sebastián durante muchos siglos.
En ese 1680, una gran epidemia causó muchas víctimas en Fernán Núñez, llenando los enterramientos del cementerio de Santa Marina y de La Caridad y se hizo un enterramiento provisional junto a la ermita de San Sebastián, siendo este el germen de nuestro cementerio actual.
La ermita desde la fachada principal del Cementerio Municipal |
Con el paso de los siglos la cosa no mejoró, si no que empeoró y en los años de 1785 y 1786 la peste dejaba la cifra de ocho a diez personas por día en la villa. Finalmente la epidemia se saldó con ochocientos muertos de los dos mil habitantes con los que Fernán Núñez contaba en esas fechas. El sexto conde, Carlos José Gutiérrez de los Ríos Rohán y Chavot autorizó que se hicieran enterramientos imitando a los de 1680, en sus terrenos adyacentes a la ermita.
Los abogados de la peste, San Sebastián y Nuestra Señora de los Remedios eran traídos al pueblo, en procesión de rogativas para que librase del contagio a los demás habitantes de Fernán Núñez.
Grabado del sexto conde, Carlos José Gutiérrez de los Ríos |
No nos queda nada de aquella ermita de las epidemias, pues en 1860 se construyó el cementerio en su entorno, pidiendo permiso al sucesor de la casa de Fernán Núñez, la ahora segunda duquesa, Francisca Gutiérrez de los Ríos Lasso de la Vega. Esta cedió el terreno y autorizó la reconstrucción de la ermita, pues esta estaba casi derruida, con sus puertas inmovilizadas por los escombros.
Tenía la ermita una finca de olivar, de cuatro aranzadas, conocida por Olivos de San Sebastián, sobre la cual se construyó el cementerio y el barrio del Monte La Vieja.
En dicha ermita también se estableció la cofradía de San Sebastián de la que también se tiene constancia desde el siglo XVIII.
La ermita ¿años setenta? |
Y eso es lo que queda hoy, una ermita del siglo XIX bastante simple que ha sido reformada en algunas ocasiones durante el siglo XX. Tenía adosada la casa del santero, donde vivía con su familia, de hecho mi madre fue amiga de la hija de uno de ellos y delante de ella había una cruz de término de forja, sobre un pedestal, hoy desaparecida, que fue sustituída por un crucificado del escultor local Juan Polo.
· Información editada procedente de:
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crepín Cuesta
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta
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Diego, me ha sorprendido el origen del topónimo "el monte de la vieja" o "el monte la vieja" como se suele decir, no tenía ni idea de que tenía que ver con la vieja Ermita de San Sebastián, todos los días se aprende. Que barbaridad, tampoco conocía la enorme mortandad que causó la peste en tu pueblo a finales del siglo XVIII, debieron ser días terribles aquellos para Fernán Núñez. Enhorabuena por esta entrada tan interesante. Un saludo.
ResponderEliminarBuenas, me alegra ver que puedes comentar de nuevo.
ResponderEliminarPues sí, a ese barrio le tengo mucho cariño por ser el de mi madre y ahí viene el nombre de su origen, es muy curioso.
De la peste hablaré más detalladamente, solo he hecho un resumencillo pero hay muchos datos y muchos textos que reflejan situaciones extremas... espero escribir sus respectivas entradas pronto!
Un saludo y gracias por comentar, como siempre.
Diego, entonces supongo que la ermita estaba ahí propiedad de los de siempre e hicieron el favor de los terrenos aledaños dejarlos emplear para cementerio. Por mucha devoción a San Sebastián la peste haría los estragos correspondientes en una sociedad que, en lugar de los nobles propietarios proveerla de santos y ermitas, los hubiesen proveeido de una alimentación adecuada, higiene y medios para ella, otro gallo le hubiera cantado seguro. Es lamentable la aceptación con la que el pueblo encajaba, y encaja, lo que creen envía la divinidad de turno para castigarlos porque se lo merecen, cuando el verdadero castigo es ser súbditos de semejantes individuos. No es mi intención ofender a ningún creyente, que es libre de creer lo que quiera, pero es lo que pienso.
ResponderEliminarBuenas Paco hay muchas cosas que matizar...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu crítica hacia el misticismo y las ideas medievales y posteriores: San Sebastián y la Virgen de los Remedios no iban a librar a medio pueblo de la peste... (por la parte científica que me toca) pero la verdad en un pueblo sin educación (ojo, que no cultura) lo único que conocían era lo que la religión católica les enseñaba, porque escuelas como tal ya sabemos para quienes eran.
Seguiré hablando de la Ermita porque SIGUE siendo propiedad de la casa señorial de hecho tienen marcada una zona para su cripta, pero finalmente los Falcó Osorio no decidieron enterrarse en Fernán Núñez, si no en Madrid.
Eso sí, los Gutiérrez de los Ríos en concreto el tercer conde, hizo escuelas, hospital para pobres y enfermos, desecó tierras y las dividió en pequeñas parcelas para repartirlas a los vecinos y hasta escribió un libro que se llama El Hombre Práctico donde se adelantó a las ideas de la Ilustración y donde hablaba de lo necesaria que era esa educación para que un pueblo funcionase bien (de hecho por eso mi pueblo empezó a progresar y avanzar frente a otros pueblos con señorío como Montemayor o de realengo como La Rambla) De todo eso hablaré cuando le dedique muchas entradas, que es que me resulta tan compleja la figura de ese hombre que no me decido a empezar a escribir su biografía. Sin lugar a dudas, ningún otro Gutiérrez de los Ríos y ningún otro noble de la provincia de Córdoba - que yo conozca- se preocupó tanto por su pueblo.
Y te lo digo yo que soy descendiente de uno de esos arrendatarios de las tierras del ducado de los cuales, no hace más de 40 años todavía dábamos un diezmo fuese la cosecha buena o mala (casi siempre buena pues la tierra de Fernán Núñez por suerte y edafología, es muy fértil) Vamos, que los nobles no son santo de mi devoción, pero he de reconocer sus cosas buenas (y sus cosas malas jaja)
También hablaré de los silos de mi pueblo y la alimentación (que es mi tema profesional) y por otro lado, de la peste, esto solo ha sido un resumencillo para hablar de la ermita.
Y como siempre Paco, libremente de expresar tu opinión, y a defender con vehemencia tus ideas. Es algo que me gusta mucho de tu blog. Quizás yo a veces hago un blog mucho más "plano" de lo que me gustaría.
Diego, muchas gracias por tu explicación, cabe desde luego. Tolstoi jugó al anarquismo que en Guerra y Paz se autodibuja. Entra dentro de lo posible, siempre debe haber una excepción que confirme la regla. Y estoy de acuerdo que era cultura lo que tenían los campesinos, porque la educación y conocimientos los tenía el clero y el poder. Gala decía que la cultura es lo que queda después de olvidar lo que te han enseñado en el colegio. A ti se te ve como el terruño te domina, y como te introduces en la vida de esta gente que desde luego es la historia del lugar. Pero hicieron mucho daño, aunque eso no se puede cambiar fácilmente, bueno como en Francia o Rusia, cuando el pueblo ya no puede más, aunque en Francia no fue verdaderamente el pueblo. En todo está la mano que sostiene el báculo detrás. Esos eran los verdaderos dueños porque además conocían los secretos íntimos (con la confesión) de los nobles y los amenazaban con el infierno, ya que las dádivas eran para asegurarse el paso al paraíso. Enterrarse en lugares sagrados, misas para su alma, etc. eran sus aspiraciones y como la religión perdonaba todas los ultrajes pues a seguir. Me vas a obligar a leer sobre el Sr. Gutiérrez, aunque está uno escarmentado de las lecturas que siempre las escribe uno cercano y con poca independencia. Lo único cierto es que me fío de ti ya que eres descendiente de un oprimido, y tu perspectiva es buena. Te reitero mi felicitación porque la de cosas que yo se de Fernán Núñez, las se gracias a tu blog. Antes solo sabía que vivía allí (ya no ahora en Lucena) mi amigo Manolo Luna que hicimos la mili junto y se casó con Maruja, que su abuela tenía un estanco. Esto dicho en plan de broma. Un saludo Diego
ResponderEliminarNo te conozco, Diego, pero te digo que lo que he leído de tu blog me gusta. Tampoco yo sabía el origen del nombre "Monte la Vieja". De chico siempre pensaba que tiempos atrás habría vivido por allí alguna viejecita solitaria. En mis tiempos de estudiante, junto a Rafael López Pintor y otros, durante los veranos subíamos al barrio a enseñar a los niños a leer (lo de la "microescuela" vino después). Del cementerio actual sí sabía que lo reconstruyó ese Adolfo Darhan que citas en otra entrada. Tiene su tumba muy cerquita de la ermita. También cerca de la iglesia están dos de mis bisabuelas (una nada más entrar, a la derecha, la otra a la izquierda). Gracias y saludos de un paisano
ResponderEliminarHola Andrés, yo así de primeras tampoco, pero seguro que de vista sí, porque me suena su nombre. Espero que siga comentando y visitando la web, gracias por aportar esa información ahora me fijaré para ver si encuentro la tumba de Adolfo Darhan.
ResponderEliminarEnhorabuena por su blog, le he estado echando un vistazo, y es muy interesante. Un saludo y gracias por pasarse por aqui.