La Monclova y Fernán Núñez

María de Bocanegra fue la séptima señora de Fernán Núñez tras su matrimonio con Diego Gutiérrez de los Ríos y Montemayor. Esta era hija del Almirante Mayor de Castilla Micer Ambrosio de Bocanegra, señor del estado de Palma (del Río), Fuente del Álamo, Monclova y Linares.

 (Micer: título antiguo honorífico de la Corona de Aragón)

María era su segunda hija y trajo como dote a este matrimonio la mitad del estado de la Monclova y el señorío de Linares. La otra mitad de La Monclova pasó a su hermana doña Urraca de Bocanegra. Por tanto,  ambos títulos pasaron a ser parte del linaje  de  los Fernán Núñez durante algunos siglos.

La Monclova se encuentra en el término de Fuentes de Andalucía, en Sevilla. Está situado en la autovía A-4 km 476,  a 22 km de Ecija y esta divide a la finca en dos. Cuenta con más de 5000 hectáreas de tierras. Se cree que en sus cercanías, se encuentra enclavada la ciudad turdetana de Obúlcula. Los elementos más antiguos del castillo se remontan al Siglo XIV y por tanto, los señores de Fernán Núñez tuvieron que ver con estos: son tres lienzos del recinto amurallado y la torre del homenaje, la cual tiene planta rectangular y consta de dos plantas. La entrada posee un pórtico con arcos de medio punto sobre columnas y escudos en las enjutas de estilo renacentista, que da paso a un patio porticado con arcos de medio punto.

Fachada principal: Capilla , torre del homenaje y pórtico de la entrada

Después de la conquista cristiana, y con repartimiento de Écija, se fijó aquí uno de los núcleos de repoblación, hasta que en el año 1342, el rey Alfonso XI lo concedió al Almirante de la Mar, Micer Egidio Bocanegra, abuelo de doña María, como premio a los servicios prestados. Con el matrimonio pasa a la Casa de Fernán Núñez hasta que en el siglo XVI se desvincula de los Gutiérrez de los Ríos, pasando a la familia de Garcilaso de la Vega, en el XVIII a los Palafox y finalmente a la Casa de los Duques del Infantado.

Patio porticado

Una epidemia de peste a finales del siglo XVIII despobló el castillo. Solo se mantuvo  la capilla, en la que se atendía a los pasajeros del Camino Real que va desde Córdoba a Sevilla pasando por Écija, tras el impulso que Carlos III le dio a esta vía con las Nuevas Poblaciones.

En el año 1910, Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVII duque del Infantado y XV conde de la Monclova,  reconstruyó el castillo embelleciéndolo con restos del convento de la Merced de Lorca, columnas romanas de Córdoba y otros elementos artísticos traídos de Italia.

Escudo de Armas del Infantado en la torre del Homenaje

Actualmente sus tierras  se usan para celebrar el Campeonato de España de galgos.