sábado, 11 de septiembre de 2010

50 años de la Cofradía del Caído (II)


El 7 de mayo de 1960 se constituye en la parroquia de la Veracruz la cofradía de Jesús Caído y se nombra la primera junta de gobierno presidida por Pedro Jaén Hidalgo. Al año siguiente le sucede Bartolomé Jiménez Jiménez, quien ocupa el cargo hasta 1969.

La hermandad realiza estación de penitencia por primera vez en la tarde del Viernes Santo de 1961 en la que los nazarenos visten túnica y cubrerrostro burdeos y capa verde.

En la Semana Santa de 1962  se traslada a la mañana del Viernes Santo, permaneciendo sin cambios hasta 1969.

       A partir de 1970 la cofradía se revitaliza y cobra un fuerte dinamismo que se prolonga hasta nuestros días, fijándose de manera definitiva la  salida procesional en la mañana del Jueves Santo, tras haber recorrido las calles en la tarde del Jueves y Martes Santo de 1970 y 1972 respectivamente.

La imagen titular es una bella pieza realizada por el artista local, Francisco Bonilla Villalba, en 1961, por 30.000 ptas. El tema iconográfico que representa es una de las tres caídas de Cristo en la Vía Dolorosa. Jesús aparece postrado en el suelo con la cabeza girada hacia la derecha, el brazo recto y la mano apoyada en una piedra, mientras que con la mano izquierda sujeta la cruz. La corona de espinas va tallada y clavada en las sienes. Las potencias son de estética neobarroca, realizadas en 1999 en Lucena, son de plata sobredorada. Cubre su cuerpo con una túnica de terciopelo rojo que deja al descubierto su hombro derecho. En este aniversario, luce una túnica blanca. El paso fue realizado en 1972 por Manuel Guzmán Bejarano; algunos años después fue dorado y policromado por Manuel Calvo Camacho. Es un paso inspirado en las formas rotundas e hinchadas del barroco. Sobre la mesa, en las esquinas y en el centro destacan los candelabros de guardabrisas, de estética neobarroca y tulipas de cristal. 


La hermandad tiene un juego de insignias valioso: la cruz de guía realizada por Manuel Guzmán Bejarano es de madera tallada y dorada y lleva aplicaciones en plata realizadas por Jesús Domínguez. Escoltan la cruz de guía dos faroles de alpaca plateada de talleres de Orfebrería Andaluza  de Sevilla. Lucen en la procesión un juego de bocinas de estética neobarroca igualmente adquiridos en Sevilla, donde también compraron los seis ciriales, que portados por los acólitos ataviados con dalmáticas rojas, procesionan delante del paso. El juego de incensiarios ha sido realizado por los Hijos de Juan Fernández. La cruz procesional es de metal dorado y estética barroca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario