Para poder entender esta batalla es necesario regresar al siglo XIV y partiremos de Alfonso XI, rey de Castilla, que se encuentra curiosamente enterrado en Córdoba, en la Real Colegiata de San Hipólito. Alfonso XI tuvo dos esposas. Con la primera tuvo al futuro rey Pedro I, apodado el Cruel o el Justiciero, dependiendo de a quién agradase. Con la segunda tuvo al futuro Enrique II. La lucha por la posesión de la Corona llevó a ambos hermanastros a entablar batallas a lo largo y ancho de Castilla. Para ello hacían alianzas con otros reinos adyacentes como el Reino de Granada, que en esas fechas era gobernado por el sultán Muhamad V.
Tumba de Alfonso XI en San Hipólito |
El futuro Enrique II, se hizo con los favores de muchos de los cordobeses, según las crónicas, por el mal trato de Pedro I a sus habitantes y este último acampó sus fuerzas, junto con las del sultán granadino en las faldas de la cuesta de los Visos. Los habitantes viendo lo que se avecinaba, decidieron enviar emisarios para que se librasen niños, ancianos y mujeres de las secuelas por la ofensa cometida, a cambio de entregar las llaves de la ciudad. Y según las crónicas la respuesta del apodado El Cruel fue la siguiente, refiriéndose a las mujeres:
¡Después de hacerlas cautivas, las que lo merezcan serán cedidas como esclavas a mis aliados! Otras pasarán a ser de plena propiedad y uso de mis guerreros y las que a mí me apetezcan serán pasadas a cuchillo. ¡Cuando tome la ciudad de Córdoba he de llenar el pilón de la fuente de la Plaza Mayor con tetas de cordobesas!
Al volver los emisarios con estas noticias los señores (Alonso de Montemayor, Gonzálo Fernández - primer señor de Aguilar-, el maestre de Calatrava entre otros) y las mujeres se dispusieron a emprender la batalla, pues preferían morir antes que sufrir las consecuencias del Rey.
Se completa con las siguientes entradas publicadas en este blog:
La Batalla del Campo de la Verdad (I)
La Batalla del Campo de la Verdad (III)
La Batalla del Campo de la Verdad (IV)
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