Quien siga con frecuencia el blog y conozca poco Fernán Núñez puede tener la sensación de que la historia de mi pueblo solo es aquella de sus señores y mandamases. En parte, con dinero y procedencia noble, en la época en la que estés, podrás dejar tu nombre para la posteridad con grandes obras y hazañas. No quiero decir con mis palabras que no hiciesen en el pasado, hagan en el presente o llegarán a hacer en el futuro cosas buenas o importantes, sino que es injusto para aquellas otras personas que de origen humilde se ponían a trabajar al amanecer y no terminaban hasta el ocaso. Estas si que hacían algo de gran mérito: dar de comer, criar y educar a lo que ha mantenido viva esta villa durante siglos y siglos: sus vecinos, sus habitantes.
Quizás por su proximidad con el actual cortijo y anterior villa de La Morena, que estuvo muy vinculada con Fernán Núñez, el Cortijo de la Alamedilla (a partir de ahora lo escribiré como La Lameílla) fue un sitio clave para mi familia. Mi abuelo Francisco Cardador López fue aperaor del mismo, posteriormente le sucedió mi tío el mayor, Juan Cardador Ariza y actualmente su hijo mayor, como si fuera un mayorazgo de los del medievo, Francisco Cardador Moyano, es el aperaor actual. Hoy es un día triste para mi familia, La Lameílla ha vuelto a perder a otro de sus aperaores.
Vistas del caserío de La Alamedilla |
Por supuesto, fue como la mayoría de los cortijos de Córdoba de propiedad señorial probablemente hasta su venta a una de las familias de la aristocracia cordobesa que comenzaron a adquirir alguno de los grandes cortijos de la nobleza en el siglo XIX. Fue señorío para algunos nobles como Pedro Fernández de Montemayor, hermano de Inés Alonso de Montemayor, sexta señora de Fernán Núñez.
Localización en el Sig Pac |
El cortijo se ubica hacia el Monte de La Morena, cerca del arroyo de la Alamedilla, en plena campiña de tierras calmas, al sudeste de la capital cordobesa. Está bastante alejado de Fernán Núñez, y como se ve en el mapa del SIGPAC está más próximo a Córdoba que a nuestra villa. Pero es algo típico de nuestro pueblo, nuestro excaso término municipal siempre ha conducido a nuestros vecinos a trabajar en el término de Córdoba o de La Rambla como aún hoy sucede.
El caserío se dispone en torno a dos patios: uno principal y otro secundario. Se iniciaron las obras en 1929 haciéndose una construcción de dos alturas en fachada, precedida por una era con muros de contención. Cocina con zahurda, granero, cuadras... son algunas de sus dependencias. En 1940 se prolongó uno de sus flancos y se hizo una nueva nave para guardar paja, próxima al camino de entrada al cortijo. En 1950 nuevamente se amplió, creándose otro patio con dependencias para los trabajadores, donde tantas y tantas veces han dormido mi abuelo, mis tíos y mi padre.
Estatua del Sembrador, obra de Juan Polo. Extraída de Fernán Núñez en imágenes |
Siento lo de tu tío, coincidió con mi padre en el hospital y hoy me he enterado de su fallecimiento, animo para toda la familia.
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro, espero que tu padre se esté recuperando muy bien.
ResponderEliminarDiego en primer lugar lo siento.
ResponderEliminarCuando leí tu entrada primero pensé, ¿pero si no es de Fernán Nuñez el cortijo? Y eso es culpa de mirar el artículo de golpe y visualizar las imágenes, luego en el desarrollo del texto se entiende la relación que nada tiene que ver con la ubicación. Conozco esa zona por haberla andado muchas veces en bicicleta y la entrada al cortijo está en el puentecillo del arroyo en la última curva antes de llegar a Doña Sol. Desde el cortijo si miras al norte ves el olivar de la Mesa de Montalvo un olivar en alto muy hermoso. Mi bisabuelo fue “aperaor” de otro cortijo, el de Cabriñana, en la carretera de Córdoba a Obejo, y espero que el tuyo no fuese “ cordobés y hombre de bien”, como el mío, aunque eso fue de otros tiempos más atrás siempre ha habido granujas que han utilizado el poder contra el débil.
Conocí otro cortijo que se llamó Trinidade por esa zona con una tocayo tuyo, y vecino de tu pueblo apellidado Ariza, un asunto de comunicaciones, y me llamó la tención la riqueza de esas tierras que desde los romanos les están sacando producto.
Están cambiados los enlaces perdona Diego.
ResponderEliminarGracias Paco.
ResponderEliminarLos enlaces es una idea tremenda, porque del tirón he visto dos entradas muy interesantes de tu blog que no había leído. Por mí, ¡hazlo cuando comentes siempre! (incluso cambiados, que no tiene ninguna importancia)
Seguro que mi padre conoce a ese Diego Ariza. Como dices esa zona es una tierra muy fértil y que se fue despoblando durante la edad media y moderna por causas que tampoco entiendo mucho y que algún día debatiremos, espero.
Me alegra que conozcas la zona y gracias por los links y por comentar. Un saludo
Hola Diego, muy bonita e ilustrativa la entrada a la par que emotiva por la parte que te toca. Haces un bonito homenaje a esos familiares tuyos que con tanto esfuerzo trabajarían en aquellas tierras campiñesas. Me ha gustado mucho ver la foto de la estatua del sembrador, recuerdo de niño siempre que iba a Córdoba en "la catalana", cuando pasaba por tu pueblo mi madre me decía: "mira pare, la estatua del hombre sembrando de Fernán Núñez". Un saludo y enhorabuena por la entrada.
ResponderEliminarGracias Talbanés. También llamamos en Fernán al bus, la catalana jajaja :D Esa escultura se parece mucho a un familiar de mi padre y mucha gente nos ha preguntado si realmente Juan Polo se basó en su fisico para hacerla. Pero no tienen nada que ver una cosa con otra, es que era una persona muy alta con las manos muy grandes y al ver la estatua tan grande lo asocian. Cosas del pueblo... jajaja
ResponderEliminarDiego muchas gracias por este homenaje que le has hecho a mi padre, ya que para él su "lameilla" era lo más, yo pienso que los dueños de la finca no sentirán jamás lo que sentía mi padre por ese lugar. Muchas gente no entienden como una persona puede añorar tanto un lugar de trabajo pero es que cuando ese lugar ha sido tu hogar durante las primeras etapas de tu vida y una vez casado con "La María" creas tu hogar allí y crías a tus 3 hijos en ese entorno te pones a recordar tu vida y ves que todo va relacionado, nos guste o no, con un cortijo. Por eso mi hermano mayor, Francisco, como tú bien has escrito es el que sigue en ese cortijo y ha estado desde que se jubiló mi padre comentándole casi a diario lo que se hacia en la lameilla y pidiéndole opinión por que para nosotros seguía y seguira siendo "Juanito el aperaor de la lameilla".
ResponderEliminarMuchas gracias por escribir prima. Tenía pensado escribir más sobre el cortijo (las cosillas que me va contando mi padre de nuestro abuelo y tu padre) pero aquella tarde quise publicarlo.
ResponderEliminarHasta pronto y un abrazo.
Apreciado Diego. Me he emocionado al entrar casualmente en tu blog; andaba buscando referentes de cortijos de alrededor de nuestro pueblo, en los que trabajé hace unos 78 años y sobre lo que estoy escribiendo un libro, relatando mi niñez y juventud en la guerra y posguerra. No descarto que hubiese estado a las órdenes del aperaor que mencionas; si es así, su hermano Manolo lo tuve en el cortijo de Cantarranas, también propiedad de D. Juan Cañadas Laguna.
EliminarMe gustaría poder seguir en contacto contigo y con todos los seguidores de este blog.
Hola Francisco, muchas gracias por escribir. Espero algún día poder leer ese libro y disfrutar de esas vivencias. Un saludo.
EliminarHola: quisiera preguntaros si estáis hablando del Cortijo que esta situado cerca de la Roda de Andalucia, linda más cerca de la frontera de Cordoba, que de Sevilla que es ha donde pertenece, ya que la Roda es de los últimos pueblos de Sevilla. A parte que el Cortijo que te digo yo, este esta en la aldea cerca de Estepa llamada Alamedilla. Aunque me he dado cuenta que en Granada hay otra llamada igual. Espero me digais si es este Cortijo u otro.
ResponderEliminarPor cierto la hija de la dueña se llamaban Carmona de apellido.
Hola! No, este cortijo está en el término de Córdoba, no de la provincia de Córdoba, sino del municipio de Córdoba, en el centro de la provincia. Un saludo.
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