La torre de Santa Marina es una torre hecha con sillares de piedra caliza de tamaño regular. Sus dimensiones son de unos seis por seis metros de lado. Siendo su base casi cuadrada. En su exterior encontramos ciertos elementos que la encuadran en la arquitectura gótica.
Del suelo al campanario encontramos en un primer lugar, una serie de lápidas dispuestas en forma de cruz. La central es posterior a las dos laterales. Quizás, en un principio, estuvieron puestas en otro lugar. Al colocar la última, en el periodo en el que se estaba reconstruyendo la iglesia en el siglo XVIII, se dispuso que se colocaran al pie de la torre para hacerlas públicas al resto de los vecinos del pueblo, junto a la más reciente.
Las lápidas hablan sobre la vocación a la Virgen de Guadalupe y la fundación de una obra pía en honor a dicha Virgen otorgada por el tercer conde, Francisco Gutiérrez de los Ríos, y como su nieto, el Conde don Carlos José Gutiérrez de los Ríos, restaura y mantiene.
Lápidas de las fundaciones creadas por los Condes de Fernán Núñez |
Las filas de sillares quedan interrumpidas hasta llegar a los restos de un matacán que le otorga su carácter defensivo y militar. El matacán podría pertener a la antigua terraza de dicha torre y que fue cerrado creando una cornisa al hacer un segundo cuerpo que hacía de campanario. También se puede ver como debajo del matacán hay una saetera, una ventana pequeña por la que se arrojaban flechas o piedras a los enemigos.
Por matacán entendemos esa obra voladiza, prácticamente sin suelo, que se sitúa encima de las torres o muros, sobraliendo para poder atacar mejor al enemigo cuando este se sitúa a los pies de la muralla o de la torre durante un ataque, ya que ofrece las aperturas necesarias para arrojar armas.
Comparación de los restos del matacán de la torre de Santa Marina y de un castillo de la misma época. En el segundo se puede ver como está abierto aún el matacán por su parte inferior. |
Debajo del matacán vemos un friso compuesto por bolas y diamantes, que rodean a la torre por completo en todos sus lados (excepto en el lado que pega a la nave, que se encuentra tapado por esta y no se puede observar) Además en la parte central hay un ensanchamiento donde se muestra un libro abierto y que contiene carácteres góticos, que no he podido identificar por el mal estado de las mismas y porque el zoom de la cámara no avanzaba más.
Detalle del libro que hay en el friso, debajo del matacán |
Hasta aquí, no había cambios entre la torre de la primitiva iglesia de Santa Marina y la actual, exceptuando las placas de la dote de los condes, que se colocaron a posteriori o se remodelaron colocando encima y de forma vertical la de menor antigüedad.
El campanario primitivo tenía un pináculo como se puede observar en el cuadro de La procesión de la Virgen de Guadalupe.
Detalle y modificación del cuadro de "La procesión de la Virgen de Guadalupe" |
Dicho pináculo se perdió, dando paso a la cúpula actual que termina en una veleta con la forma de Santa Marina de Aguas Santas. En cuanto al cuerpo del campanario data de la reconstrucción de 1724 - 1740. Está prácticamente hecho de ladrillo en su totalidad. En su cara occidental tiene el reloj, del que desconozco su fecha de colocación y si hubo alguno posterior.
Parte superior del campanario. Foto de Salvador López, extraída de Fernán Núñez en imágenes |
Las campanas fueron restauradas entre febrero y marzo de 2001, afrontada por los donativos de la población. La sujeción de las mismas estaba hecha con yeso y suponía un riesgo para los vecinos.
También se ve como las ventanas eran de mayor tamaño y se fueron cegando, bien en la reforma del dieciocho o poco tiempo después. Son ocho ventanas, dos en cada lado, sin ninguna ornamentación con arcos de medio punto, de las cuales, seis, alojan las campanas. Las del lado oriental son más pequeñas, por no alojar campanas.
Campanario de Santa Marina. Foto de Salvador López, extraída de Fernán Núñez en imágenes. |
Torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas en Córdoba |
Aunque la de Fernán Núñez es mucho más rudimentaria, sin apenas ornamentación, si que presenta algunas similitudes: la cordobesa tiene una cornisa parecida al matacán; la cúpula que la corona; que ambas veletas tenga fisionomia de santo (la forma de San Rafael en el caso de la cordobesa, y con forma de Santa Marina en la de la villa) y la forma de las ventanas.
La primera parte se puede leer aquí: La torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina (I)
La primera parte se puede leer aquí: La torre-campanario de la Iglesia de Santa Marina (I)
Diego
ResponderEliminarUn diez. Enhorabuena. He estado leyendo las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada y hay muchas referencias (1725) al cortijo de tu abuelo (bueno de tu abuelo es un decir, tu me entiendes)que son interesantes en cuanto a cultivos, superficie, rentas etc.
Por poner un ejemplo: le llaman jurisdiccción despoblada a los cortijos y dividen el territorio en diecinueve. En una de las preguntas referidas al cortijo de la Alameda, dicen; "que pertenecía a la dignidad episcopal de Córdoba, que consistía en tierra de regadío con hortaliza, frutales y moreras, como las antecedentes de esta especia, y de secano con sembradura a estilo de cortijo, en la que se hallan plantados algunos olivos, de alameda negra y de dehesa con sólo pasto..."
Y muchos más datos referidos al cortijo.
Un abrazo.
Gracias Paco!
ResponderEliminarMuy interesante lo que cuentas sobre La Alamedilla, yo apenas encontré información y viene genial para completar más mi entrada. No me extraña que tuviese tantos cultivos porque es un terreno muy fértil. ¿Los demás datos son respecto a cultivos? Muchas gracias por tu aportación.
Un abrazo