jueves, 5 de julio de 2012

Las Dieciséis Huertas de Fernán Núñez

Francisco Gutiérrez de los Ríos y Córdoba, tercer conde de la Villa de Fernán Núñez heredó en 1662 el título y falleció en 1721. En estos 59 años sometió  a la población a incesantes impuestos, que tuvieron como contrapunto una serie de políticas que favorecieron el crecimiento demográfico y una mejora en la calidad de la vida de nuestros antepasados.  En el año 1679, este conde, ante el poco caudal del arroyo Ventojil, afluente del Guadajoz reunió todas las aguas dispersas de las distintas fuentes de la villa y las dirigió de forma que tras mover varios molinos harineros terminaran regando dieciséis huertas, treintaseis fanegas de tierra, establecidas en la margen derecha de dicho arroyo, en parte de las tierras de su vizcondado de Abencaes, concretamente las que lindaban con sus pagos de La Estacada del Pozuelo y Matallana. Estas tierras pasarían a formar un nuevo pago que se llamaría Las Huertas del Conde y posteriormente Las Huertas del Duque

Las dieciseis huertas, desde la Carretera a San Sebastián de los Ballesteros
 Las huertas fueron arrendadas, al igual que las tierras de varios cortijos de propiedad condal, en pequeñas parcelas que se transmitían de padres a hijos. Con la llegada de la democracia, tras una compra simbólica, las tierras pasaron a manos de las familias que las cultivaban desde aquellos inicios.

A raíz de su creación, otro pago hortelano, más antiguo, situado al noreste justo debajo del pago de El Higueral, contiguo al de Valdeconejos, fue abandonado, dejándose por perdido, pasándose a llamar Las Huertas Perdías, donde hoy se ubica la fuente de los Gitanos o de las Huertas Perdías.

La Fuente de los Gitanos, en el año 1992. Fotografía de Fernando Serrano.

Plano de localización
 Cuenta Crespín Cuesta en su libro Piedras y Cruces que las huertas de nuestro pueblo no son solo interesantes por su belleza o valor agroalimentario (en decadencia por desgracia) sino porque tienen algo típico y propio de ellas: la Alcaldía.

Una institución centenaria que, al igual que el Tribunal de las Aguas de Valencia, entiende en cuestiones de su propia y exclusiva jurisdicción. Ante la Alcaldía de las Huertas acuden los huertanos, en litigio por cuestiones de agua o lindes, y el Alcalde, asistido de uno o varios vecinos hortelanos,  designa, juzga y falla sobre el pleito, no acudiéndose a la justicia ordinaria, sino es en caso de que la sentencia se crea injusta o se dañen los intereses de alguno de los litigantes.

Esta institución creada en fecha inmemorial en Fernán Núñez, se ha mantenido en el tiempo hasta fechas recientes, de hecho hoy día no existe la figura como tal del alcalde pero si que hay un hortelano que se encarga de administrar el agua y coordinar las juntas que los hortelanos realicen por motivos como la reciente propuesta de intentar que el agua de la depuradora municipal se dirija hasta las mismas.

Las Huertas. Fotografía de Juan Luis Yuste.
Los productos de las huertas de Fernán Núñez llegaron a ser muy conocidos y apreciados, alcanzando fama a nivel provincial, como en el caso de los pimientos. Las frutas y hortalizas se vendían en la Plaza de Armas y posteriormente, en el Mercado de Abastos de la calle Miguel Hernández, conocido como La Plaza. Hoy son pocas las huertas que quedan y el olivar se ha hecho presente en la mayoría de ellas e incluso podemos ver plantaciones de palmeras.

Las huertas han dejado una huella imborrable en sus más de trescientos años de historia en nuestro pueblo, modificaron nuestro término creando nuevos topónimos como el Callejón de las Huertas o La Cuesta de las Huertas que es como todo fernannuñense conoce a la cuesta de la nacional 331, que ahora conecta nuestro pueblo con la autovía A45, y que era la puerta de entrada para todos los pueblos de la comarca de la Campiña Sur.
 
El inicio de la Cuesta de las Huertas,  la A45, el Monte la Mata y al fondo, Sierra Morena










  · Información editada procedente de:
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta
Antonio Ariza Naranjo, Rafael Naranjo Ramírez. Las huertas: sus cultivos 

miércoles, 27 de junio de 2012

La Cruz de los Desamparados (II)

La Cruz: Una de las claves para localizar Abencaes

La aldea de Abencaes, el señorío de Abencales, el vizcondado de Bencalis, la torre de Abencalez... todos estos nombres han designado a través de documentos y textos un mismo lugar: un término muy próximo al actual Fernán Núñez, en donde existía una aldea con iglesia y torre defensiva. 

Es tan importante para Fernán Núñez que el escudo del pueblo representa a la torre de esta aldea en unión con la de Fernán Núñez de Témez, en un claro ejemplo de que sin esta aldea jamás hubiese existido el Fernán Núñez actual, tras aquella razia de 1382 que la destruyó y asoló a los habitantes, teniendo que refugiarse y trasladar posteriormente sus viviendas en torno a la torre-fortaleza de Fernán Núñez.


Como vimos en la anterior entrada, la Cruz de los Desamparados presentaba una relación directa con dicha aldea. Pero hoy día son muchas las incógnitas que rodean a  Abencaes y la principal es cual fue realmente su ubicación.

La tradición y algunos documentos, pero por desgracia no la arqueología, la sitúan al oeste del pueblo actual. Uno de estos restos que nos la sitúan es la Cruz de los Desamparados, en concreto la lápida de la reconstrucción de 1717, conservada en la capilla de Santa Marina de la Parroquia del mismo nombre, donde reza: 

<<...a una pastora que rezando pastaba algún ganado en este sitio por donde entramos al lugar de Abencalez, habitado por cristianos mozárabes, en tiempos de moros...>>

Lápida de la antigua cruz de los Desamparados (Parroquia de Santa Marina)
 No cabe duda que esta cruz marca el inicio del término de Abencaes y por tanto, el lugar donde se ubicaban las casas, la iglesia y la torre de dicha aldea. El dilema que presenta es la dirección que debe  marcar, pues no nos dice acerca del sentido a seguir: si hacerlo mirando desde la cruz hacia Fernán Núñez o lo contrario, mirando desde el pueblo hacia el extrarradio. Es por ello que la frase <<sitio por donde entramos al lugar de Abencalez>> marca dos posibilidades y por tanto, dos ubicaciones diferentes para Abencaes.

1) La  inscripción de la Cruz indica que el inicio de Abencaes es hacia el oeste.

Según esta versión, el inicio de las casas de la aldea estaba en los pagos de San Isidro y La Estacada, conocido como Trance del Pozuelo, por discurrir por allí una colada conocida como la del Pozuelo, que a su vez debe su nombre a una fuente llamada del Pozuelo (hoy carretera a San Sebastián de los Ballesteros)

Como contrapunto hay que decir que es una zona donde solo se tiene constancia arqueológica de restos romanos.
Como ventaja que dista kilómetro y medio de la antigua fortaleza de Fernán Núñez, distancia que el fatídico día de la razia impide a muchos de los habitantes de Abencaes llegar a la fortaleza de Fernán Núñez para su defensa y protección.

Esta hipótesis es apoyada por un documento expedido por el tercer conde Francisco Gutiérrez de los Ríos que declaraba cambiar al Consejo de la Villa unas tierras situadas en el pago de El Berralejo, por otras que el Cabildo poseía en el trance del Pozuelo, citando literalmente hacía referencia a estas tierras como aquellas donde estuvo la aldea de Abencales

El círculo rojo es la cruz de los Desamparados y el perímetro su posible término y ubicación

2) La inscripción de la Cruz indica que el inicio de Abencaes es hacia el este.

Esta tesis fue sostenida por Crespín Cuesta diciendo que Abencaes estaba constituido por viviendas diseminadas que se extendían por la parte vieja de la actual población (extremo norte de las calles Puerta de la Villa, Colón y San José), la Ronda de las Erillas, la Juncada (actual piscina municipal) y el cerro del Calvario. Así lo demuestran los restos árabes encontrados en dichos lugares y que la lápida no especifica el sentido en el que debemos entrar al paraje. Crespín sostiene que esos terrenos fueron parte del trance del Pozuelo, hasta ser separadas por la construcción de la Carretera Nacional que fraccionó la zona.

La distancia de aquí a la antigua fortaleza de Fernán Núñez es solo de una media de 600 metros. Quizás demasiado cerca, siendo este su único punto en contra.

Círculo morado, ubicación de la fortaleza de Fernán Núñez. En rojo, Cruz de los Desamparados y perímetro de Abencaes
Por ahora no sabemos quien tiene la razón en todo este tema, solo queda esperar que el tiempo arroje algo de luz en la ubicación de Abencaes y resuelva todas las incógnitas que hay en torno a esta misteriosa aldea mozárabe que fue el inicio de nuestra villa.


  · Información editada procedente de:
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta
Historia de la Villa de Fernán Núñez. Francisco Crespín Cuesta.

· Entradas relacionadas: 
La Cruz de los Desamparados (I)

jueves, 14 de junio de 2012

La Cruz de los Desamparados (I)

Ubicación, tradición y leyenda




La cruz de los Desamparados

En el año 1382 no existía Fernán Núñez como pueblo, sino que en su término actual se encontraba una fortaleza en el lugar donde hoy se ubica el Palacio Ducal y una población llamada Abencaez, a unos pocos kilómetros de dicho castillo.  La población se encontraba mal fortificada, pues su torreón había sido desmontado para la construcción de otras estructuras como el Castillo de Montemayor.  

Ambas unieron sus señoríos con una boda entre la Casa de Haro (que ostentaba el Señorío de Abencaez) y los Fernández de Córdoba (que poseían la fortaleza de Fernán Núñez). Ambas posesiones pasaron a manos de los Gutiérrez de los Ríos y perduraron en su familia hasta el siglo XIX (más de cinco siglos). 

Las huestes del sexto señor de Fernán Núñez y Abencalez, Diego Gutiérrez de los Ríos y García de Aguayo se encontraba en ese año de 1382 con las de su cuñado Alonso Fernández de Montemayor combatiendo en Portugal. Por tanto, las fortalezas de Fernán Núñez y Montemayor, así como la población de Abencaes se encontraban sin defensa. 

Bajo estas circunstancia Mohamed V, del reino de Granada hizo una incursión por la campiña, aprovechando el inicio de la recolección de la cosecha y que no se encontraría con resistencia alguna para asaltar nuestras poblaciones. 

La tradición cuenta, según el doctor Gómez Bravo, que estando una zagalilla apacentando sus ovejas en un lugar donde se cruzan el camino del Pozuelo (hoy carretera de San Sebastián de los Ballesteros)  con el que procede de la Puerta de la Villa (procedente del actual Palacio Ducal, antes fortaleza) se le apareció una joven muy bella que le instó a que avisase a los habitantes de Abencaes a que los nazaríes se acercaban para saquear el lugar y llevarse cautivos a muchos de ellos.  Así mismo se le hizo hincapié en que sacase la imagen y objetos de valor d ela iglesia de la aldea y se trasladasen a la vecina fortaleza de Fernán Núñez que soportaría bien dicho ataque.

La aparición, que según la tradición, era Santa Marina de Aguas Santas, después de su advertencia pidió que fuese nombrada patrona del lugar y dejó constancia de su presencia, haciendo brotar de la tierra un manantial y dejando su cruz clavada en aquel sitio.

Al poco tiempo, tuvo lugar el ataque musulmán. El pueblo de Abencaes fue destruido, pero el castillo de Fernán Núñez resistió, obligando a Mohamed V a levantar el cerco sin reducirlo, gracias a la actuación heroica de aquellos vecinos trasladados desde Abencaes.

La cruz clavada en la tierra, fue nombrada por la gente como "de los Desamparados", por el desamparo en el que se encontró el pueblo de Abencaes. Dicha cruz fue colocada sobre un pilar de dos varas de altitud (más de metro y medio) y por un lado dicho pilar tenía la imagen de Jesucristo y por otro la representación de la aparición de Santa Marina. Esta cruz duró hasta 1717.

Fue en ese año de 1717 cuando el tercer conde de Fernán Núñez y vizconde de Abencaes, Francisco Gutiérrez de los Ríos, (décimoctavo señor) mandó edificar un nuevo humilladero, con cruz y fuste de mármol rojo de Cabra. A su pie hizo colocar una lápida con la siguiente inscripción:

Es tradición inconclusa haberse aparecido la Gloriosa Virgen y Mártir Santa Marina, la que llaman de Aguas Santa en Galicia, muy venerada por su patrono, Don Fernán-Núñez de Témez, a una pastora que rezando pastaba algún ganado en este sitio por donde entramos al lugar de Abencalez, habitado por cristianos mozárabes, en tiempos de moros, ordenándole que fuese prestamente al lugar y dijese que los moros irritados, habían de venir a destruirlo y que asegurasen los sagrados vasos e imágenes en la villa de Fernán-Núñez que ya estaba fortificada. Entonces rompiéndose milagrosamente una peña, quedó abierto el pocito que se llama desde entonces de Santa Marina, y su agua entra por su pie en el humilladero, sin haberse agotado su caudal; que la nombrasen Patrona de Fernán-Núñez como se hizo inmediatamente, asegurando que por su intercesión no permitiera nuestro Señor que hubiese peligro en Fernán-Núñez y que se librarían de muchas enfermedades los que usasen fervorosamente de aquel agua y pocito, como reliquia de la Santa. Todo lo cual se ha verificado por la experiencia de mas de cuatrocientos años, y lo acredita el busto de la pastora con el rosario en la mano y corona de resplandores, que en esta Santa Cruz se ve, puesta poco tiempo después. En cuya memoria y por devoción hizo el Excelentísimo Señor Conde de Fernán-Núñez, Señor de esta villa y la de Abencaez, que esta lápida se pusiese a quince de Abril de 1717.

Con esta restauración se resucitó la fé de los vecinos por la cruz, creándose también la ermita del Calvario, que hipotéticamente pudo llamarse en un principio "de Santa Marina" para que se celebrasen oficios en cualquier época del año.

Esta segunda cruz perduró hasta la Guerra Civil, donde fue destruída. De ella solo se conservó la lápida que se transcribe anteriormente. Fue conservada por el párroco Antonio Jurado y posteriormente por el escultor Juan Polo, que la cedió para que fuese colocada en la capilla de Santa Marina de Aguas Santas de la iglesia de la misma advocación, en Fernán Núñez. El 18 de julio del 2000  fue inaugurada.

Capilla de Santa Marina, en la Parroquia de Santa Marina de Fernán Núñez
Placas conmemorativas en dicha capilla


Lápida procedente de la restauración del siglo XVIII
La cruz fue restaurada en los años 80, que es la que hoy podemos contemplar. Tiene una placa en su base con la inscripción: "Cruz de los Desamparados, commemorativa"

La cruz de los Desamparados, hoy día
 Esta historia es el inicio del pueblo de Fernán Núñez como tal, pues casi todos los vecinos de la aldea se trasladaron al entorno de la fortaleza de Fernán Núñez.


  · Información editada procedente de:
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta

jueves, 24 de mayo de 2012

La ermita del Calvario (II)


LAS ERMITAS DEL CALVARIO
En esta entrada vamos a estudiar la evolución de la ermita a lo largo del tiempo, o mejor dicho, como ha ido cambiando el edificio con el paso de los siglos y las ampliaciones y reconstrucciones a las que ha sido sometida.

En primer lugar, de aquella primera ermita del siglo XVIII, no se conserva mucho en cuanto a bienes inmuebles, pero si que se conservan las dos joyas más importantes de la Semana Santa de Fernán Núñez, sobre todo por su antigüedad: el Cristo del Calvario en su Humildad, quizás anteriormente denominado Cristo de la Expiración y María Santísima del Tránsito, copatrona de Fernán Núñez, ambos del siglo XVIII.

Por tanto, la ermita siempre ha estado ubicada en el mismo sitio, pero han sido varias sus reconstrucciones.



1ª Ermita: ¿1721 - Previo a la Guerra Civil?
 Quizás aquella ermita inicial del XVIII duró hasta los años previos a la Guerra Civil, donde fue incendiada y destruída. Y digo quizás, porque no encuentro ningún dato sobre como fue el siglo XIX ni tampoco si fue o no incendiada en el previo a la guerra. Su fachada era muy sencilla, con espadaña y una veleta del estilo de la  cúpula del crucero de la iglesia de Santa Marina y las torres del palacio ducal. Su puerta no era de grandes dimensiones y se encontraba enmarcada por una moldura sencilla. En su lado izquierdo tenía la casa del santero, que se encargaba de su cuidado y del tañido de las campanas.
Aquí es donde se mezclan las leyendas sobre el porqué se salvaron las imágenes religiosas anteriormente nombradas, parece ser que los vecinos del pueblo acudieron en los días previos a su incendio y las guardaron en sus casas hasta el final de la guerra.

2ª Ermita: tras la Guerra Civil.
En la guerra, las ermitas de La Caridad, la parroquia de la Veracruz y por supuesto, la ermita del Calvario, fueron reparadas. Y esta reparación afectó de lleno a la fachada de la ermita. Se le hizo un frontón encima de la puerta principal con una cruz que remataba el conjunto. La puerta tenía unos adornos de madera con figuras geométricas y se le añadió una nueva veleta. Pasaron los años y en unas décadas la ermita comenzó a desmoronarse, primero el lateral izquierdo y la casa del santero, posteriormente la espadaña y la puerta, como dejan testigo las múltiples fotografías. 


Primer desplome de la ermita
Segundo desplome
Durante este periodo las imágenes son trasladadas a la ermita de la Veracruz. 
Finalmente en los años ochenta la Hermandad del Calvario se hace cargo de la ermita y realiza su reconstrucción. 
3ª ermita: desde los años ochenta hasta hoy.
La actual ermita del Calvario es también muy diferente en cuanto a sus  edificios antecesores. En primer lugar en una primera fase, la de los años ochenta, se reconstruye siguiendo el estilo de la ermita inicial o primera ermita, con una portada sencilla, pero se conserva en su fachada la veleta y la cruz que remataba el frontón de la segunda ermita. La casa del santero ya no se encuentra en el ala izquierda y su espacio se usa para hacer más amplia la ermita.  

La ermita a finales de los noventa
A partir del dos mil se le realiza una ampliación posterior que cambia su aspecto por completo, adosándole un torreón en su lado izquierdo para facilitar la salida de los pasos procesionales en Semana Santa y una nave posterior para la estancia de estos pasos y la realización de celebraciones religiosas como la romería de San Isidro. También se realiza una verja en el límite con la carretera de San Sebastián de los Ballesteros (antigua Colada del Pozuelo) y se asfalta el camino desde la verja hasta la ermita, anteriormente de arena.

La ermita actualmente
Veleta actual

Cruz encima de la puerta principal


De esta manera intento resumir la evolución de la ermita en sus trescientos años, y esperemos que nos siga acompañando durante mucho tiempo como parte del paisaje de nuestro pueblo.



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Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (III)
La Cruz de los Desamparados (I)
La Cruz de los Desamparados (II)

lunes, 16 de abril de 2012

La ermita del Calvario (I)

UBICACIÓN, APUNTES HISTÓRICOS y ADVOCACIÓN

La ermita del Calvario, está situada al noroeste de la villa, en la salida hacia San Sebastián de los Ballesteros, en un lugar privilegiado de la campiña. Desde sus trescientos metros de altitud se divisa toda la vega del arroyo Ventojil, el gran cauce fluvial del término de Fernán Núñez. Hoy se observa otra vía igual de importante para los tiempos que corren, la autovía A45.

En rojo, la ubicación de la ermita

En sus proximidades, al sur,  tenemos el pago de San Isidro y las canteras del mismo nombre, hoy ocultas por las construcciones. A sus pies algunas casas en el conocido como Tejar de los Gallegos, por vivir en esas casas familias con dicho apellido que se dedicaban a la fabricación de las tejas. Al norte linda con las huertas y al oeste con el pago de La Estacá. Al este tiene, frente a frente, el cerro donde se asienta Fernán Núñez, separado  por una gran depresión, antiguamente conocida como La Juncá, por la abundancia de juncos, que crecían en torno a una charca formada por aquella hendidura. Hoy este lugar está dividido en la Piscina Municipal y el Parque de Doña Rosalina.

Vistas desde la ermita de la Vega del Ventojil
Vista del Pago de San Isidro y de sus canteras (detrás de las naves)
Detrás de la ermita, la Cruz de los Desamparados
Vistas de Fernán Núñez desde la ermita
El Calvario desde la antigua ermita, hoy parroquia, de la Veracruz
Pero si hay algún sitio al que la historia y la ubicación de la ermita está vinculada es la Cruz de los DesamparadosAbencalez. Esta ermita está en las proximidades de la Cruz de los Desamparados, cruz que fue restaurada en 1717 por el tercer conde Francisco Gutiérrez de los Ríos y Córdoba.  La cruz recordaba la muerte de muchos de los vecinos de Abencalez en el siglo XIV, a excepción de aquellos que se refugiaron en el castillo de Fernán Núñez, avisados, según cuenta la tradición por Santa Marina de Aguas Santas que se apareció en el lugar donde está la cruz.

Las visitas de los peregrinos a la cruz aumentaron desde su restauración, sucediéndose en todas las épocas del año, auspiciadas por el manantial adyacente, con supuestas propiedades curativas, llamado Pocito de Santa Marina. El conde, para preservar a los visitantes y celebrar actos litúrgicos decidió crear esta ermita  en el año 1721. 

Francisco de los Ríos contó con la ayuda de una familia de la localidad, conocida por los Arroyo, de la cual no he podido conseguir más información.

Hay pocos datos sobre estos inicios. Sin embargo, este año, a raíz de la lectura de algunos artículos sobre las más de seis mil cartas en cinco años del tercer conde, encontré como José Granados, arquitecto mayor de la Catedral de Granada, supuestamente, le manda en una de ellas los planos de la ermita de Santa Marina. En el Fernán Núñez actual no encontramos ninguna ermita con dicha advocación, pero si tuviese que elegirse alguna para recibirla, no cabe duda que puede ser otra que la ermita del Calvario, sin embargo, no logro encontrar documento que así lo demuestre (pero seguiré buscando). Tampoco tengo dichos planos.

Las cartas datan de 1680, donde el conde le pide a Granados "que envíe quanto antes el designio de la planta para la ermita de Santa Marina" Quizás en el Archivo Histórico de Toledo, donde se encuentran muchas de estas cartas, tengamos la respuesta a esta incógnita.

En el lado contrario a esta hipótesis, según cuenta el cronista Crespín Cuesta, el pueblo, desde su origen la designó como "del Calvario" como nombre popular, camuflando su verdadero nombre, que era la advocación del Santísimo Cristo de la Expiración. Probablemente, el pueblo dió este nombre  por la realización de algún viacrucis por el pueblo en los siglos posteriores, como hoy se hace en muchos pueblos de Andalucía, el cual tendría ubicadas las estaciones de la vida de Jesucristo que correspondían al monte Gólgota o monte Calvario, en esta ermita. 

Imagen actual desde la carretera de San Sebastián de los Ballesteros
Estamos  muy cerca de celebrar los 300 años de esta ermita, la cual ha pasado por muchas etapas en su historia y que intentaré ir desgranando a través de nuevas entradas, para las cuales, como siempre pido la colaboración de todos vosotros.
Piedras y Cruces. Francisco Crespín Cuesta

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Las reformas de Francisco de los Ríos en Fernán Núñez (III)
La Cruz de los Desamparados (I)
La Cruz de los Desamparados (II)

martes, 20 de marzo de 2012

Plano, corte y fachada del cementerio de la Villa de Fernán Núñez (1787)

Hace tiempo que escribí sobre los orígenes del cementerio de Fernán Núñez. Ahora por casualidad, me ha llegado un documento muy interesante sobre el mismo. Es el plano del proyecto que fue realizado en torno a 1787 por encargo del sexto conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos. El cinco de mayo de ese año fue cuando se colocó, en su presencia, la primera piedra del cementerio. En él, señaló también, un lugar para el enterramiento de los eclesiásticos y proyectó un panteón para los señores de la Casa Condal (luego Ducal) con una renta de 5279 reales.

Carlos José Gutiérrez de los Ríos y su familia, con Fernán Núñez al fondo
El documento que muestro a continuación es ese proyecto, que nunca se llegó a realizar.
Según el doctor Carlos Saguar Quer, profesor de la Complutense de Madrid podría haber sido el primero de los cementerios modernos de España si se hubiese llegado a construir, pero como ya expliqué en la anterior entrada sobre el proyecto definitivo del Panteón, las circunstancias que después acompañaron a la Casa Condal en los siguientes años no fueron muy favorables. Tanto que el cementerio quedó abandonado en las décadas posteriores, como ya conté en las entradas citadas al pie de esta y el macroproyecto, se redujo a hacer los enterramientos alrededor de la ermita de San Sebastián y en reservar un espacio con pilones para tumba condal, delante de la ermita.


Por partes, lo que primero encontramos es el corte del edificio.



1. CORTE DEL CEMENTERIO.





Siguiendo el dibujo encontramos, un atrio de entrada a una gran capilla, con una gran cúpula. Esto supondría el derribo de la antigua ermita de San Sebastián, que aproximadamente hoy día se encuentra donde finalizaría la capilla proyectada. Esta cuenta con tres óculos y tres altares. Justo detrás se encontraría el cementerio en sí, al descubierto, con un claustro, que se separa del cementerio mediante una reja. 

Por último, encontramos una galería de catorce panteones justo antes de llegar al panteón ducal, de forma rectangular, con cúpula elíptica y óculos en ella, de menor altura que la de la capilla.

Si se hubiese construído este edificio encima del Monte de la Vieja Ermita (lugar donde se asienta el cementerio) hubiese sido impresionante.


2. PLANO DEL CEMENTERIO.


A. Atrio                                                              G. Puertas y calle de cipreses del cementerio
B. Capilla (con tres altares)                                 H. Cementerio descubierto
C. Sacristía                                                         Y. 14 sepulturas distinguidas con sus divisiones
D. Patio o jardín de la sacristía                            M. Panteón para los Señores de la Casa con su altar 
E. Cuartos del sacristán                                       N. Sacristía y patio del Panteón
P. Patio.                                                              O. Patio con pozo profundo para carnero*
 F. Claustro cubierto, con una verja de hierro

 Carnero:  (Del lat. carnarĭum, fosa). Lugar donde se echan los cadáveres.

La entrada al cementerio descubierto, donde serían enterrados los fernannuñenses, se producía a través de los dos patios que tiene la capilla (el de la sacristía y el de las habitaciones del sacristán). Las catorce sepulturas estaban bajo uno de los laterales del claustro, el más próximo al panteón señorial y la idea sería sacarlas en venta para las familias más pudientes, que así descansarían más próximos a los condes.

Crespín Cuesta afirmarba que encima de la fachada del panteón el conde pretendía que apareciese la inscripción "Descansan con los suyos".



3. FACHADA DEL CEMENTERIO



 La fachada dibujada en el proyecto muestra el aspecto del cementerio desde la Calle San Sebastián. Encontramos un atrio con cuatro columnas. Arriba hay un frontón y en la calle central una puerta que daría acceso a la capilla. Destaca la gran cúpula de la capilla.

Hoy día solo podemos observar lo que fue el inicio de esa gran obra, el atrio.



Gracias a Carlos Saguar Quer, por hacerme llegar este documento tan interesante.

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domingo, 11 de marzo de 2012

Fernán Núñez, la Guerra de la Independencia y la Pepa

 Aprovechando que faltan pocos días para el bicentenario de la primera constitución española, vamos a echar un vistazo a como era la situación en nuestro pueblo justo antes de promulgarse La Pepa.

En 1804 fallece el Alcalde Mayor o Corregidor de Fernán Núñez, Francisco Manuel de la Torre. Al poco tiempo, el séptimo conde Carlos José Gutiérrez de los Ríos y Sarmiento de Sotomayor, designa a un nuevo corregidor, el pontanés, Manuel Valdés

El séptimo conde, por Goya

Los fraceses comienzan la invasión de España en 1808 y Manuel Valdés se declara abiertamente enemigo de los invasores, siguiendo las instrucciones del general Pedro Agustín de Echevarri, Comandante General de la Vanguardia del Ejército de Sierra Morena. 

Este comandante, manda una serie de disposiciones que son estudiadas por el Concejo la noche del 28 de mayo de 1808 en sesión de urgencia, acordándose hacer efectivo el alistamiento de mozos comprendidos entre 16 y 40 años, para los ejércitos que se oponían al avance de los franceses.

Y así sucedió, a las 8 de la mañana del siguiente día, ante las puertas de la iglesia parroquial de Santa Marina de Aguas Santas, se reclutaron un total de 129 voluntarios, dispuesto a luchar contra los franceses, presentados muchos de ellos con sus armas y caballo.

Puerta principal de la Parroquia de Santa Marina
 Entre mayo y junio de 1808, parte del ejército francés se dirige al sur peninsular intentando acabar con las últimas posiciones de resistencia españolas, entre ellas la nueva capital, Cádiz.  El 7 de junio, se produce la Batalla del Puente de Alcolea, los franceses vencen a las milicias de nuestra tierra, mal armados y en un número inferior.

El Puente de Alcolea, construido por Carlos III.

Los pueblos de nuestra comarca, concretamente, Montilla, Montemayor, Fernán Núñez, La Rambla, Montalbán, Santaella, Aguilar, Monturque, Espejo y la aldea de Santa Cruz se agrupan para tratar conjuntamente los asuntos relativos a su defensa. Montilla es elegida cabecera de la zona o partido y el Concejo de Fernán Núñez elige a Manuel Valdés como su representante en dicha agrupación.  La primera asamblea tuvo lugar en Montilla, presidida por el corregidor montillano, Antonio Piernas, pero de ella no salió nada concreto, nada más que desacuerdos, sobre todo por la desconfianza de los demás pueblos hacia Montilla, pues creían que su elección como cabecera la podría aprovechar para inmiscuirse en los asuntos de los demás pueblos.

Se vuelve a celebrar una segunda reunión, pero ahora presidida por el Prior del Convento montillano de San Agustín. De esta asamblea salió la formación de los cuadros locales de las Milicas Honradas, una especie de cuerpos armados que velarían por la seguridad en nuestros pueblos.

De manera individual, el corregidor de Fernán Núñez destinó su sueldo de Alcalde Mayor (cien ducados anuales) durante todo el tiempo que durase la guerra y esto provocó que también los capitulares y escribanos del Cabildo fernannuñense ofreciesen 400 ducados anualmente durante la duración de la misma. El vecindario aportó partidas de trigo y dinero, que fueron entregadas a la Junta Suprema de Córdoba y se aceptó cierto número de prisioneros que no podían ser atendidos por dicha Junta, siendo sustentados por nuestro pueblo, habilitando una casa en la calle de San Marcos para tal fin.

En enero de 1810 se presentó al Cabildo una Real Instrucción para la elección de Diputados a las Cortes que habrían de reunirse en la Isla de León (actual San Fernando) en Cádiz. El 21 de ese mes, se reunió la Justicia y Regimiento de la Villa en la iglesia parroquial, donde se había convocado previamente a todo el pueblo, y mediante votación vecinal fue eligido y proclamado elector para dichas Cortes el corregidor Manuel Valdés.

Mapa de la Bahía de Cádiz
Esta elección no sirvió para nada: mientras se elegía como Diputado, los franceses rompían el frente de Sierra Morena y entraban en nuestra comarca. El corregidor Manuel Valdés abandonó el pueblo al poco tiempo, regresando al Pontón de Don Gonzalo (Puente Genil).

Si la invasión francesa se hubiese realizado unos días posteriores, quizás el Concejo de Fernán Núñez hubiese tenido su Diputado en las Cortes Gaditanas.

Manuel Valdés acabó trabajando para los franceses como Corregidor de la Villa de Espejo y posteriormente tras el fin de la guerra, durante el reinado de Fernando VII, en la Villa de Baena. Con una vida salpicada de luces y sombras, que Crespín Cuesta relata con detalle en su artículo, el cual he usado para elaborar esta entrada sobre los momentos anteriores a la elaboración de la primera constitución española.


Información editada procedente de:
Francisco Crespín Cuesta. Artículo del libro: Córdoba en sus cronistas: retazos de historia de la provincia. Córdoba: Caja Provincial de Ahorros de Córdoba. 1983.